Apagó la alarma al mediodía. Con la mirada borrosa, observó que tenía un montonazo de notificaciones y todas eran del grupo. Fue bajando, apenas leyendo las respuestas estúpidas de sus amigos, hasta que llegó casi al final con la más grande las indignaciones.
Iwaizumi cambió la imagen del grupo por una foto de Oikawa durmiendo. Tenía la boca abierta contra la almohada y todo el cabello despeinado, gran parte sobre la cara con desprolijidad. su cuello estaba torcido en un ángulo extraño (sí, acostumbraba a dormir raro pero algo que sólo Iwaizumi sabía) y la camiseta del pijama de su mejor amigo asomaba gastada en el borde de la imagen. Era, sin dudas, una foto horrenda.
Su mejor amigo dormía plácidamente a su lado. Supuso que pretendía dormir, porque la foto fue tomada hace menos de quince minutos. Oikawa logró lanzarlo fuera de la cama de una sola patada e Iwaizumi le gritó bien alto. Los dos comenzaron a luchar en el suelo hasta que la madre de Iwaizumi les golpeó la puerta, pidiendo por favor, que se comportaran como chicos de su edad.
Pasó casi toda la tarde con su mejor amigo. No revisó el celular hasta después de haber cenado en su propia casa. Lo llenó de ternura ver que Iwaizumi había puesto la foto de perfil de ellos dos que mandó al grupo la noche del sábado, incluso a sabiendas de que seguro era resultado del acoso de Matsukawa y Hanamaki. A pesar de que le encantara tomarse selfies, era rara la vez que Iwaizumi se permitía fotografiar, y mucho más rara la vez que no lo arruinara a propósito sólo para joder a Oikawa. Pero esta era una foto muy buena: Iwaizumi miraba a la cámara con tranquilidad, e incluso si no sonreía, salía bien.
Quiso molestarlo por ello, mandarle algún mensaje haciendo un chiste, pero al final todo lo que pudo escribirle fue "¿Qué películas miramos el próximo fin de semana?"

ESTÁS LEYENDO
Diez días
RomanceHanamaki apuesta a que si Iwaizumi y Oikawa agregan amor físico a su relación, ambos caerán enamorados en diez días. Matsukawa apuesta a favor de Hanamaki, Iwaizumi piensa que es una pésima idea y Oikawa está seguro de que será dinero fácil.