Capítulo 10

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*NARRA CHRISTIAN*

Me levanté y una punzada llegó a mi cabeza como una bala atravesando un cuerpo.

Me queje tomando mi cabeza entre mis manos, masaje un poco mis sienes y abrí lentamente los ojos acostumbrándome a la luz que entraba fuertemente por la ventana.

Sentí un cuerpo a un lado de mi y sonreí, sabía que era Jenn. Pero cuando la mire, me di la sorpresa de mi vida.

Por favor, que esto solo sea un sueño y que no haya pasado lo que creo que pasó.

Levanté un poco la sabana y mire que los dos estábamos desnudos, asustado casi salí corriendo de la cama, tome mis bóxers y una camisa que estaba en el suelo y me los puse rápidamente.

La muy hija de pu*ta de Samantha se movía plácidamente por toda mi cama.

-Ahora mismo te levantas y me dices qué pasó ayer- la levante de un solo jalón de mano y esta se levanto al instante.

-Chris, déjame dormir, es muy temprano aún- dijo bostezando y se volvió a acostar.

-Oh, no. Nada de eso, levántate per*ra- dije y ahora jale sus cabellos hasta levantarla.

Esta se quejó pero después me vio en bóxers y sonrío.

-Ayer fue la mejor noche de mi vida- dijo tomando su cabello y enredándolo en uno de sus dedos.

Bufé.

-Eso me importa una mier*da, ahora dime qué pasó- dije mirándola mal.

-Pues eso, que ayer me hiciste tuya, por eso fue el mejor día- dijo riendo estúpidamente.

-Estas loca, eso no pudo haber pasado- dije negando con la cabeza.

-Tengo pruebas- dijo encogiéndose de hombros mientras seguía con esa sonrisa maliciosa en el rostro.

-Muéstramelas- le dije retándola. Esta se levanto y tuve que voltear a otro lado. No le daba vergüenza estar desnuda frente a un hombre. Claro, era tan pu*ta que ya muchos la habían mirado así.

-Aquí está- dijo y me entregó un condón. Solté una carcajada.

-¿Esto? Esto no es una prueba, lo pudiste haber hecho tú misma. Muy bien, ahora sé que no hice nada, toma tus cosas y lárgate de mi casa- le dije mientras me ponía los pantalones.

-Tengo otra- dijo mirándome maliciosamente. La mire rápidamente.

-¿Cuál?- dije mirándola mal. Esta sacó su celular riendo. Camino hasta mi y me mostró un vídeo en el que se veía claramente cómo estábamos ella y yo en la cama.

Pase saliva duramente.

-Eres una per*ra- dije con toda la rabia a flor de piel. Esta soltó una carcajada.

-¿Per*ra yo? Tú fuiste el que me pediste que me acostara contigo y yo como buena compañera de trabajo, acepte amablemente- dijo encogiéndose de hombros.

-Y eso no es todo, bebé- dijo y río como estupida. La mire en silencio.

-Tu queridísima esposa nos ha visto- dijo maliciosamente- Acostados en la cama, abrazados felizmente, hice de todo para que pareciera otra cosa- dijo y soltó una carcajada.

Mier*da y mil veces mier*da.

De un momento a otro tenía su cuello alrededor de mi mano y la tenía contra la pared.

-No sabes cuánto te odio, maldita- dije mirándola con rabia.

-Si me odiaras, no te hubieras acostado conmigo- dijo como pudo, ya que no la dejaba respirar como se debía.

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