Capítulo 30

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*NARRA CHRISTIAN*

-Mañana mismo salimos- dijo Chaz y asentí.

Teníamos todo listo, todo preparado para atacar, estaba seguro que con este plan que habíamos creado iba a recuperar a Jenn.

-Christian y yo iremos a conseguir lo que necesitamos mientras tú Alice quiero que vayas a comprar lo que te dije- dijo Chaz y Alice asintió.

-Yo me quedo cuidando a los pequeños, para cuando vengan les tendré preparadas unas galletas con atole, una bebida muy típica en mi pueblo- dijo Ana y todos asentimos.

-Gracias por todo Ana, no sé que haría sin usted- dije y le di un beso en la mejilla.

-No me agradezcas cariño, lo hago por ti, por mi nieto y por Jenn. Además de que quiero que te quedes a dormir esta noche, para que no tengas que ir hasta tu casa y volver. Ya vi que tienes una que otra ropa en los cajones de Jenn- dijo Ana levantando las cejas picara y reí.

-Lo sé, traje alguna ropa porque a veces me quedaba a dormir con Jenn- dije tímido y esta río.

-Vamos Christian- habló Chaz desde la puerta y asentí despidiéndome de Ana.

Salimos en busca de todo lo que necesitaríamos y eso nos llevó casi toda la tarde.

Después de haber comprado todo, nos encontramos en la casa junto con Alice que venía de comprar algunas cosas que necesitaríamos mañana también. Chaz, Alice y Drew cenaron junto con Ana, mi hijo y yo, los adultos hablábamos sobre el plan mientras que los niños hablaban de los nuevos juguetes que habían salido a la venta.

-Te veo pensativo cariño- Ana acaricio mi cabello dulcemente y sonreí saliendo de mi trance.

-Perdón, estaba pensando en Jenn- dije y aclare mi garganta ya que hablar de Jenn me ponía melancólico.

Chaz suspiro.

-Tranquilo hermano, la tendremos de vuelta muy pronto- dijo tomando mi hombro. Sonreí asintiendo.

Eso esperaba de verdad.

*NARRA JENNIFER*
(Ya querían esto verdad?😏)

Abrí mis ojos lentamente mientras me acostumbraba a la luz. Una punzada de dolor llego a mi cabeza sintiéndose como una bala.

Me quejé y escuche como alguien se reía.

-¿Ya despertaste bella durmiente?- mire a mi padre que me miraba con malicia.

-Hubiera preferido no despertar- bufé y este soltó una carcajada.

La camioneta aparcó y mi padre bajo para abrirme la puerta del maletero, el muy maldito me había puesto en el maletero como si fuera una basura.

-Bájate niña- dijo uno de los hombres intentando agarrarme pero lo esquivaba.

-No me toques animal- hable mirándolo con asco.

-Tranquila hija, a mis hombres no les hables así- dijo mi padre y rodé los ojos.

-Me vale un carajo tus hombres- dije y me baje de mala gana.

-Uy! Se puso furiosa la niña- dijo uno de los hombres y los demás rieron incluyendo mi padre. Los fulminé con la mirada a todos.

-Ya saben a dónde llevarla, vamos- habló mi padre y los hombres comenzaron a llevarme hacia una cabaña que se encontraba en medio del bosque.

¿Como sabía que estaba en medio del bosque? Fácil, no había ni una pu*ta vida aquí, solo esta humilde y vieja cabaña.

-Puedo caminar sola, no hay porque llevarme a la fuerza imbeciles- dije y todos rieron. ¿Creían que era un payaso o por qué se reían a cada momento que decía algo?

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