Me levanté con una fuerte punzada en la cabeza. Al parecer la noche anterior me lo había pasado demasiado bien, y ahora, me tocaba pagar las consecuencias. Prácticamente me arrastré fuera de la cama para desmaquillarme. Genial. El maquillaje ya estaba demasiado seco y lo único que conseguí fue un borrón adornando mis ojos. Puse los ojos en blancos. Al parecer hoy me quedaría en casita todo el día. Sí, eso haría. Nadie me vería así. Jamás.Bajé las escaleras de casa y entré a la cocina esperando encontrarme allí a mi madre, pero no estaba. Diablos, necesitaba una aspirina para ese maldito dolor de cabeza.
-Buenos días. - Dije lo más alto posible. No hubo respuesta.
¿Se habrían ido ya a trabajar? ¿Qué hora era? Miré el reloj que descansaba junto encima de la nevera; la una. Muy bien. Señoras y señores a esto se le llama aprovechar el día.
Me fui a mi cuarto y saqué de mi mochila celeste el libro de derecho penal. Nunca estaba de más hacer resúmenes. Miré el libro fijamente por unos segundos y volví a cerrarlo. Quizás cuando la aspirina hiciera efecto. ¿Qué podía hacer? Era fin de semana y era muy patético que no tuviera nada que hacer.
Eres realmente un desastre.
Me puse a ver "Dirty Dancing" y cuando la película acabó me comí la pasta que mi madre me había dejado en una fiambrera. Dios, normal que estuviera gorda, era una gran fan de la comida, sobre todo de la italiana.
Estaba limpiando los platos cuando pegaron a la puerta. Fruncí el ceño,me quité los guantes de goma rosa y fui a abrir la puerta.
-Hola. - Dijo con su estúpida sonrisa de siempre. ¿Qué pasa, qué me lo tenía que encontrar hasta en la sopa?
-¿Que demonios haces aquí? ¿Y como sabías que ésta era mi casa? ¿Que eres? ¿Un acosador? - Dije von los brazos cruzados mirándolo seriamente. Estaba harta de su estúpida y preciosa sonrisa.
-Wow, cuántas preguntas. A ver, empecemos, ayer te invité a salir y aceptaste. Me escribiste tu dirección en un papel. - Enarqué una ceja, incrédula. Eso no era nada propio de mí.
Seguro que es mentira y es un acosador. ¡Pídele pruebas!
-Mentira. - Acusé. Iba a cerrarle la puerta en las narices, pero el fue más rápido y puso el pie entre la puerta y el marco para evitar que la cerrara. Me tendió un papel por la rendija que quedaba. Lo cogí. ¡Era mi dirección! Y aún peor... ¡ERA MI DIRECCIÓN ESCRITA CON MI LETRA!
Abrí la puerta lentamente y me quedé mirándolo, avergonzada y sin saber bien que decir al respecto. De acuerdo, quizás no era un acosador, quizás yo era una estúpida borracha que aceptaba citas y después lo olvidaba. Pero espera, esto ni siquiera sería una estúpida cita. Regla número 5: yo no tengo citas.
-Creo que ayer te serví demasiadas copas. - Rió. Achiqué los ojos, intentando poner mi mejor cara acusadora.
-Es decir, ¡que admites que me emborrachaste!
-No. Tú insiste en beber.
De acuerdo Rachel, eres patética. Una borracha patética. Además de a un gimnasio apúntate a una de esas charlas de alcohólicos anónimos por favor.
Sacudí mi cabeza. Me llevé las manos a la cara intentando aclarar mis ideas. A ver, tenía en mi puerta al profesor de James, al cual yo, borracha, le había dado mi dirección la noche anterior. Bien, tu puedes con esto.
-Lo siento, pero estoy ocupada. Quizás otro día. - Dije con una sonrisa falsa. -Justo ahora iba a salir a comprar. - Cogí a tientas el bolso del perchero y me lo eché al hombro.
-¿En pijama? - Inquirió mirándome divertido. Resoplé.
-De acuerdo, ¿cuál es el plan?
-Un tour por la ciudad. - Dijo muy satisfecho con su idea de plan perfecto. Sólo había un problema; yo vivía aquí desde siempre. Conocía la ciudad.
-Sé como es mi ciudad. - Repliqué.
-Apuesto lo que quieras a que te enseñaré muchas cosas que antes no sabías.
-De acuerdo. Apostemos esa monada. - Dije señalando su BMW blanco, aparcado frente mi casa. Él me sonrió con autosuficiencia después de mirar su coche.
-Perfecto. Y si yo tengo razón me debes un beso.
Apreté los labios en una fina línea. ¿Qué diantres se había creído? Me irritaba su seguridad en sí mismo. Asentí lentamente.
-Acepto.
Confiaba en mis conocimientos sobre la ciudad. Sería pan comido. Nada que no pudiera hacer. O eso creía.
*
Al primer sitio al que fuimos fue a la plaza central. Ja. Me veía muy tonta si creía que no conocía la historia de esta plaza. Toda la maldita ciudad conocía la historia. Genial, ganaría un BMW.
-La historia de esta plaza se remota... - Le enseñé la palma de mi mano indicando que callara.
-Sé la historia. - Él asintió, para que continuara. -Esta plaza fue construida a petición de la hija de la duquesa.
-Ajá. Continúa. - Dijo, con soberbia.
-La hija de la duquesa siempre se quejaba se tener que jugar en los jardines de su casa porque se manchaba de barro, y la duquesa, aceptó la petición de su hija haciendo una plaza exclusivamente para ella con suelos de piedra.
Él se frotó la barbilla mientras asentía conforme.
-Hemos empezado por algo fácil, no te confíes. Al final del día estarás besándome.
ESTÁS LEYENDO
Love is HORRIBLE (I think) {#TM2)
Teen FictionTeenager Mum 2⚠ Rachel, la mejor amiga de Heather, es una completa negada al amor. Es una chica bastante atractiva, pero no consigue más que líos de una noche y poco más. Ella no necesita un chico, ella no quiere saber nada del amor... ¿Acaso el amo...