14.Tú.

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Oliver, Oliver, Oliver. Mentiría si dijera que me dio bastante igual ver como se marchaba de mi habitación sin mirar atrás. Que no dolió no volver a verlo. No mentiría diciendo que fui fuerte y no me importó que se marchara. Porque fui muy débil, dolió demasiado. Mr Sonrisa Perfecta se había marchado de mi vida, tal y como yo le había pedido.

Estuve tres largos meses sin verlo. Al menos no en la realidad, ya que solía pasearse por mi mente pero, sobre todo, amaba aparecer en mis sueños. Para atormentarme, supongo. En esos tres meses fui a clases e hice mi vida como siempre, -al menos la escolar-. Al llegar a mi casa, sólo quería meterme en mi cuarto y una vez allí, ponía a repetir cada uno de los hermosos y  pocos momentos que viví a su lado. Porque lo que más  miedo me daba de todo eso era que en tan poco tiempo si hubiera metido tan profundo bajo mi piel, quitándome con sólo su recuerdo, el aliento. Y me sentía sola. Por primera vez en tanto tiempo admitía sentirme sola. Solía pasar la mayoría del día encerrada en mi cuarto; estudiando o pensándolo, o  bien, en casa de Heather. Ella no me había abandonado. Había secado mis lágrimas en todo momento y me había dado un hombro en el que apoyarme.

Pero todo eso cambió un día en el que decidí ir a la fiesta de graduación de la hermana de Heather. Parecía mentira que ya fuera tan mayor. No estaba de humor , pero al fin y al cabo, ella siempre había sido como una hermana para mí y se lo debía. Me puse un vestido arreglado, unos tacones, me pinté lo justo y fui a la ceremonia.

La ceremonia fue preciosa y lloré, pero me alegra decir que al menos esas lágrimas no eran por Oliver como las de lo últimos tres meses. Después de la ceremonia, fuimos a la fiesta que le habían hecho en un gran local con todas sus amigas.

Estuve allí un rato, de pie, sin saber muy bien que hacer, ni que pintaba allí,  ni nada. Finalmente, y después de un largo tiempo meditando, decidí ir a la barra a por algo de beber.

-Un Vodka con naranja. -Dije sin mirar a la cara siquiera al pobre Barman.

-Marchando. -Dijo y mi cuerpo reaccionó al instante, tensándose y levantando  la cabeza cual resorte.

-Oliver... -Murmuré. De repente mis ojos estaban aguados de nuevo. No podía llorar de nuevo, no delante de él. Suspiré profundamente y saqué valor de donde no lo tenía. -Necesito hablar contigo.

-Estoy trabajando, Rachel. -Replicó, pero lo hizo en un tono suave, como si fuera de porcelana y si levantara levemente la voz me fuera a romper.

-¿Quizás más tarde? -Pregunté mirando mis zapatos.

-Puede. - Se limitó  a decir. Entendí que no quisiera hablar conmigo, así que sin arrastrarme más, me giré dispuesta a irme, pero su voz me paró en seco. -En media hora me dan el relevo.

Sonreí mirando mis zapatos y me giré para mirarlo.

-Vale, vendré a buscarte en media hora.

Ojalá la media hora se hubiese pasado rápido, porque fue una verdadera tortura. El tiempo parecía no pasar, hasta que finalmente llegó el momento, y entonces me golpeé mentalmente a mí misma por no haber aprovechado la media hora para pensar en qué decirle.

-¿Listo? -Pregunté cuando llegué junto a él.

-Sí. Dime, ¿qué quieres decirme?

-Que lo siento. -Solté en medio de un profundo suspiro. Él me miró decepcionado con la respuesta y se giró para marcharse. No podía permitir que se fuera, no de nuevo. Tiré de la manga de su traje, consiguiendo así su atención. -Me gustas. -Él me miró sorprendido. -Es decir, no me gustas en plan adolescente de salir unos días. Me gustas para tenerte toda la vida pero querer ir despacio. Y....

Él me calló, uniendo sus labios con los míos en un perfecto y único beso.

-Iremos despacio. - Murmuró cerca de mi oreja, causándome un estremecimiento.

Love is HORRIBLE (I think)   {#TM2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora