Era domingo, y yo estaba en esos típicos humores de domingo; triste y sola. Estaba tumabada boca-arriba en mi cama pensando en mis desastres amorosos. Sin duda, yo me había rendido en el amor; simplemente no era para mí, me repetía una y otra vez.Primero fue Jack. Ese chico tan guapo que me había robado el aliento duranto todo el instituto. Ese que me reír nerviosa con una mirada. Ese que me rompió el corazón, que jugó conmigo como quiso. Porque eso fue exactamente lo que hizo; jugar conmigo.
Y quizás... quizás fuera la hora de mi venganza. Ya era una mujer que se miraba al espejo y sabía lo que valía, no una simple cría insegura; que fue lo que él vio. Sólo necesitaba su número y dos días para vengarme de él.
*
Pegué a la puerta y mi querido sobrino me abrió, se tiró en mis brazos y me sonrió tiernamente.
-¡Tita! - Le devolví el abrazo y le di besitos en la frente.
-¡James! ¿Qué te he dicho de abrir la puerta? ¡Puede ser cualquiera! - Le regañó Heather, la cual, venía por el pasillo con el ceño fruncido. Se relajó un poco al verme y me dedicó una pequeña sonrisa. -Hola, Rachel.
-¡Hola! - Dije estrechándola entre mis brazos. Ella me dedicó una sonrisa mucho más grande que la anterior.
-Pasa. - Dijo entrando con James en brazos. Hice lo propio y me senté en el sofá con las piernas cruzadas junto a Harry. -¿Todo bien?
-Sí, sí. Estoy de maravilla. - Sonreí y miré a Harry con una ceja alzada.
-Hola, Rachel. - Me sonrió de lado. -¿Qué quieres? - Dijo al cabo de unos segundos.
Harry me conocía realmente bien. Al principio, no me llevaba nada bien con él, por todo lo que había hecho pasar a mi amiga. Sin embargo, en poco tiempo, se había convertido en el hermano mayor que nunca tuve. A pesar de que tuviéramos la misma edad, Harry había madurado antes que yo, -por obvias razones- y por ello, siempre trataba de protegerme.
-¿Me das el número de Jack? - Dije aleteando mis pestañas de forma infantil. -Por favooor... - Esa vez fue Harry el que enarcó una ceja, confuso.
-¿Para que querrías tú el número de Jack? - Me encogí de hombros tratando de parecer los más inocente posible.
-Para verlo. Hace mucho que no lo veo. - Harry me cuestionaba con la mirada. Sabía que no se lo había tragado. Él sabía que había algún trasfondo en mi afirmación.
-Ojalá nos reunamos los del instituto. ¿No sería genial que volveríamos a vernos todos? - Preguntó Heather, sentándose a mi lado en el sofá.
Buena idea querida amiga.
-¡Exacto! Esa era mi idea. - Mentí. A Hetaher le brillaban los ojos. -Sería genial reencontrarnos después de casi cuatro años. Harry puso los ojos en blanco, pero al final acabó cediendo.
Me despedí de mi mejor amiga, de Harry y de James y me fui feliz a mi casa con el número de Jack.
Te las haré pagar, Jack.
Cuando llegué a mi casa estaba agotada. Aún eran solo las ocho, pero no podía más, así que me fui a dormir. Mañana pondría en marcha mi fantástico plan.
Los vi. Jack y esa maldita rubia; Kyle. Metro ochenta, piernas largas, bronceado de anuncio y dientes colgate. Y hablando de sus dientes, es algo que supuse, porque nunca se los vi ya que su boca estaba devorando la de Jack. Mi novio.
Fue estúpido, pero me quedé allí parada con lágrimas adornando mi cara. Después de unos segundos, se separaron. Jack cruzó su mirada con la mía y el muy capullo se acercó a mí, sonriendo.
-¿Qué pasa, Rachel? - Lo miré con todo el odio de mi corazón.
-Jack... tú... yo... - Tartamudeé y me sentí tonta al momento. Él soltó una gran carcajada.
-Rachel, tú no eres mi novia. Ni siquiera te quiero. - Esas simples palabras rompieron mi corazón en pedazos. -Sólo eras uno de mis líos. Nos besábamos y todo guay, igual que con ella. - Dijo señalando a la rubia, que se había quedado a una distancia prudente.
Me desperté agitada y miré mi despertador. Las siete de la mañana. Sólo era una pesadilla, repetí en mi interior varias veces, hasta haberme convencido casi por completo.
Bajé a la cocina. Mi padre estaba apoyado en la encimera tomándose un café. Supuse que bien cargado, como siempre.
-Hola, cielo. - Saludé con un asentimiento de cabeza, tomé un bol y los cereales y me puse a desayunar. -¿No tienes hoy que ir a la universidad?
-Ujum. ¿Tú no deberías estar en el trabajo? - Él se encogió de hombros.
-Tengo el día libre. - Asentí en silencio, tomándome mis cereales.
-Buenos días, cariño. - Dijo mi madre, apareciendo en la cocina. Vi por el rabillo del ojo como abrazaba a mi padre, y éste, le daba un beso en la frente.
-Buenos días. - Dijimos mi padre y yo a la vez. Mi madre rió y ambos fruncimos el ceño.
-Bueno, me voy. - Dejé el cuenco en el fregadero y me puse mi mochila al hombro.
-Buena suerte. - Dijo mi padre sonriente. Le devolví la sonrisa y sonreí a ambos para luego marcharme a la universidad.
*
Las clases pasaron lentas y aburridas. Todas menos las de John. Y aún así, tampoco fue muy interesante. Quizás fuera porque estaba ansiosa por llegar a mi casa y poner en marcha mi plan.
Paré con el coche en uno de estos locales que venden comida basura para llegar y me compré una hamburguesa con queso. Así no perdería el tiempo en prepararme algo para comer y podría ponerme manos a la obra.
Nada más llegar a mi casa, cogí la vieja y polvorienta agenda telefónica que no utilizaba desde hacía ya tres años. Le quité un poco de polvo con la mano y estornudé. Llamé a todos y cada unos de mis compañeros del instituto para decirles que haríamos una fiesta en dos días. Heather se ofreció a que se utilizara su casa para la fiesta y yo prometí que yo me encargaría de organizarlo todo. Todos aceptaron la invitación exceptuando a Marie y a Emma.
Y lo más importante... ¡Jack aceptó!
N.A:
Bueno chic@s, si os gusta votad y comentad. Perdonad que haya tardado tanto...😓😓 .¿Qué pensáis de que Rachel se quiera vengar? ¿Cómo creéis que será la venganza?
Si os gusta Teenager mum recomendadla.
Os quiero, gracias a vosotros sigo con esto❤.
~Love Storm.
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Love is HORRIBLE (I think) {#TM2)
Teen FictionTeenager Mum 2⚠ Rachel, la mejor amiga de Heather, es una completa negada al amor. Es una chica bastante atractiva, pero no consigue más que líos de una noche y poco más. Ella no necesita un chico, ella no quiere saber nada del amor... ¿Acaso el amo...