15.Papá, mamá; ésta es Rachel.

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-Bueno y dime; ¿qué es para ti ir despacio? -Preguntó haciendo formas abstractas con la yema de sus dedos en mi estómago. Reí, causando que a él se le formara una sonrisa de medio lado en la cara.

-No dormir en la misma cama, ni hacerme caricias en la barriga tras haber amanecido juntos. -Dije entre risas mientras me giraba para darle un pequeño beso en la nariz.

-Mm, creo que  costará eso de or despacio. -Dijo pensativo, rodeándome con sus brazos. Sonreí como una niña pequeña.

-Pero lo necesito. -Susurré contra la piel sensible de su cuello, haciendo que se estremeciera. Él me besó la frente.

-Lo sé. -Se limitó  a decir en un susurro.

Él se levantó de la cama, y yo temí que se hubiese enfadado conmigo. Me puse a gatas a los pies de la cama y tiré de su camiseta.

-¿Dónde vas? -Murmuré haciendo pucheros.

-Creí que te dije que te llevaría a conocer a mis padres. - Refunfuñé. -No tienes porqué ir si no quieres.

-No es eso... Me da miedo no gustarle a tus padres. - Me hice un ovillo en la cama. Oliver se sentó a mi lado y me acarició el pelo.

-Les caerás genial, ya verás. Además, te dije que te presentaría como mi amiga por esto de ir "despacio".  -Dijo y puso los ojos en blanco, sin embargo sonreía. -Vamos, anda. -Tiró de mí para levantarme y yo intenté resistirme, sin embargo, fue en vano.

-¿Qué me pongo? -Pregunté con las puertas de mi armario abiertas, dejando ver le desastroso montón de ropa que había dentro.

-Ponte algo cómodo. -Lo miré mal y él se encogió de hombros. -Estás guapa con todo. -Sonreí negando con la cabeza y saqué una camiseta blanca del armario y unos vaqueros.

Me giré para decirle que me iba al baño a cambiarme, pero cuando me lo encontré poniéndose los pantalones frente a mí, me di cuenta de que ya poco importaba si me cambiaba aquí, justo frente a él,  o en el baño. Me cambié -rápido para que no tuviera oportunidad de verme más de la cuenta- y tiré de Oliver hasta afuera de la casa.

**

Casi me caigo de bruces al salir del coche, gracias a que mis malditas piernas temblaban y mis rodillas habían decidido doblarse. Gracias a Dios, Oliver me agarró a tiempo.

-¿Nerviosa? -Preguntó con una sonrisilla burlona, mientras andábamos hacia la puerta.

-No, que va. - Dije sarcástica, él soltó una carcajada.

Pegó a la puerta y nos abrió una mujer bajita, de pelo castaño y piel muy pálida. Suspuse que sería la madre de Oliver.

-¡Hola, cariño! -Dijo abrazando a su hijo. Luego se separó y me miró a mi con los ojos muy abiertos. -Vaya... Eres aún más guapa de lo que había oído. -Dijo emocionada y me apretó fuertemente contra ella. -Yo soy Annabeth, la madre de Oliver.

-Yo Rachel. - Dije sonriente. Tras haber conocido a la madre, y viendo cuan encantadora era, estaba mucho menos nerviosa.

Tras separarse del abrazo, la mujer me sonrió amablemente y me invitó a entrar.

-Ponte cómoda,  cariño. Yo voy a seguir preparando la comida.

-¿Quiere que la ayude?

-¡No, hija! No te preocupes, tu eres la invitada. -Dijo y desapareció en la cocina.

-Papá, ésta es Rachel.

-Oh, hola. Yo soy Henry, el padre de este estúpido. -Dijo riendo, luego se levantó del sofá y me abrazó. -Encantado.

-Igualmente. -Sonreí. -¿Eso es un documental sobre delfines?

-Sí, pero si quieres puedes quitarlo. Este viejo ya solo se entretiene con estas cosas. -Rió.

-No, no; me encantan los delfines. -Dije sentándome a su ladopara ver el documental. El sonrió y miró a su hijo.

-Me encanta esta chica.

***

-Espero que te guste, lo he hecho con todo mi amor, cielo.

-Seguro que sí. -Dije tomando el plato que Annabeth me tendía.

-Que aproveche. -Dijo Oliver con la boca llena tras la mirada acusadora de su madre.

Lo probé y he de decir que estaba delicioso. Annabeth era casi igual de buena  cocinera que mi madre.

-¿Qué tal?

-Buenísimo, Annabeth. -Dije sonriente

***

-¿Crees que le habré caído bien a tus padre? -Pregunté preocupada, apoyando mi cabeza en su pecho.

-¿Estás de broma? Creo que le caes mejor que yo. -Rió y yo me uní a él. -Te quiero, Rachel.

-Oliver.... -Le advertí.

-Ya, ya, hay que ir despacio. No te pido que me correspondas, solo te hablo sobre mis sentimientos.

-Gracias por respetarme. -Le di un beso en la mejilla. Él me acarició el pelo.

-¿Sabes? Me gustaría de verdad pasar toda mi vida contigo. -Lo miré. -Es decir, piénsalo; despertar y que lo primero que vea sea tu cara, desayunar juntos, preparar a los niños para ir a dormir, jugar con ellos... ¿No sería genial?

-Supongo que sí. -Dije con una sonrisa tonta, imaginando como de preciosos serían nuestros hijos.

-¿Vamos? -Preguntó contra mi pelo.

-¿Qué hora es? -Refunfuñé.

-Las nueve y media. -Gruñí y me escondí en su cuello. -Si te pones así no voy a llevarte a casa, no es como si yo quisiera separarme de ti.

Le di un beso corto en los labios y me levanté, dándole la mano a él para ayudarlo a levantarse.

Después de dejarme en casa, Oliver se fue, dejándome sola con mis alocados pensamientos sobre dos pequeños niños de pelo castaño y sonrisa perfecta correteando por una casa mía y de Oliver. ¿Es muy raro pensar en eso? Yo vestida de novia junto a Oliver. Yo dándole el pechoa nuestros hijos. Yo besando a Oliver. Yo embarazada.

Quería una vida junto a Oliver. Realmente la deseaba, pero necesitaba ir despacio para asegurarme de mis sentimientos y no dañar a Oliver.

Quería a Oliver.

Love is HORRIBLE (I think)   {#TM2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora