Humo de hoguera

460 53 3
                                    


Los novios subieron a la habitación de Polo para buscar su móvil y cambiarse la cazadora para salir a comer los cinco.

- ¿Te ocurre algo? - mirando la preocupación en los ojos de su novio.

- Hace tiempo que no veo a... mi madre y sí te soy sincero no sé qué esperar de esto...

- Tranquilo. Yo voy a estar contigo y tu papá se irá sólo por dos días máximo. Nos tienes de qué preocuparte, si lo necesitas puedes sujetar mi mano.

- Tonto... - acercándose para recargar su cabeza en el pecho de Rodolfo - bueno, vamos que Armando se pone de mal genio cuando no come. Y quiero pasar un rato agradable antes de que llegue.

Y así ocurrió: Lucio sobre las nueve de la mañana siguiente llegó a la casa donde los tres hombres lo esperaban ya desayunados. Lo veían emocionado, incluso alegre, algo que extrañaba tanto a su hermano y que ciertamente le provocaba un poco de envidia, quería sentir la misma emoción al ver a su madre pero, simplemente no podía, no con lo que le había hecho.

Su madre se conservaba joven, era joven como su padre pero, de cierto modo había cambiado; su cabello era más largo y más dorado de lo que recordaba. Su padre tampoco se sentía cómodo con volver a verla, pero, había sido un favor por parte de Lucio para su cumpleaños: una comida familiar, sin su padre. Polo lo pensó tarde, pudo haberlo acompañado, después de todo le importaba más bien poco lo que diera de él, pero ya era demasiado tarde.

- Lucio, por favor baja mis maletas.

Polo se tensó cuando ella se paró frente a él. Su sonrisa no le generaba más que incomodidad; no estaba contento de verla y en cuanto abrió la boca su madre, estuvo seguro de que no había cambiado nada.

- Leopoldo, pero que pinta llevas, eh. Pero no te arreglas ni para tu madre... Bueno, bueno. Comenzamos mal. ¿Y tú quién eres?

- Soy Rodolfo, el mejor amigo de Polo.

- Ah, ¿y cómo conociste a "Polo"? Se ve que eres mayor.

- Lo conocí en Strachan, en un restaurante.

- Ah. Eres estudiante venido a menos...  ¿Y qué carreras haces? Seguro que es podología.

- No - dijo tratando de no sonar tan cortante -, ingeniería de la salud.

- Que bien - entrando en la casa.

Armanda llegó con su padre media hora después. Él también conocía a Beatriz, ellos tres solían ser amigos cuando jóvenes.

- Quisiera decir que es un gusto, pero estaría siendo como tú - Beatriz apretó los labios en un intento de sonrisa -, bueno, ¿nos vamos?

- Claro - dijo Álvaro saliendo de la casa. Sin mirar siquiera a su ex mujer. Despidiéndose de su hijo. Quien tuvo que llamar a toda su cabellería para no estar por completo solo con ella en ningún momento; así que Amanda tuvo que soportar con su amigo las críticas a su forma de vestir durante la hora de la comida, que Alba había preparado para no salir de casa.

- Con esas pintas no vas a conseguir novio chiquilla.

- Tengo novio...

- Ah. Cuídalo.

Polo susurró un "lo siento" ante tal comentario hacia la chica.

- Pero que es esto... - advirtió Lucio al ver la comida que había preparado. La favorita de Polo, que no era otra cosa que canelones, pero claro, todo era poca cosa para su madre según Lucio.

- ¿Qué pasa?

- Que este no era el tipo de comida que quería para madre.

- ¿Y por qué no te las llevas a un restaurante entonces?

Mírame: te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora