Me encontraba en la comisaría. Habían pasado un par de días desde el anterior incidente. Philip había sido ingresado en el hospital, se encontraba bien y pronto le darían el alta. Sobreviviría. A mí me vendaron simplemente la herida producida por el disparo y me analizaron, después de que supiesen que había sido violada. Edward fue encontrado maniatado en un cuarto que usaba como despensa, pero que nunca solía utilizar. Se encontraba bien, pero no lo había visto aún. Debía ir a hacerle una visita para explicarle un par de cosas. Alex murió al de una hora de que llegase la ambulancia. Perdió mucha sangre y no fue posible reanimarlo. Axel, estaba siendo interrogado.
Me llamaron a la comisaría para poder escuchar la declaración de Axel. No sabía qué pensar después de todo lo sucedido. Estaba deseosa de escuchar qué era lo que tenía que decir.
—Mi hermano, Alex, era quien ideaba todos los crímenes. Solía usarme a mí para camelar a las muchachas. Me decía simplemente: hermano, observa esta casa. Vas a conocer a esa chica. Sedúcela y haz que confíe en ti. Sólo debes hacer eso. Yo me encargaré de lo demás. Después, él tomaba mi lugar y cometía el crimen. Las mujeres no sospechaban nada, ya que somos idénticos. Siempre era así. Le dije repetidas veces que lo dejase, que estaba loco, pero no me escuchaba. En cambio, llegó a amenazarme con matarme varias veces.
—¿Que por qué no me negaba? Sencillamente, era amenazado constantemente. Era él quien se encargaba de mantener y pagar los gastos de nuestros padres y de nuestra hermana. Oh, nuestra hermana. Tan pequeña... Estaba prohibido que lo hiciese otro que no fuese él. Si él lo quería, ellos morirían. Sólo lo hacía para chantajearme. A él le daba exactamente igual que muriesen.
—Sí, esta vez fue distinto. Efectivamente. Como les he dicho, yo solamente me dedicaba a la mera seducción. Pero... cuando conocí a Lía, decidí que no dejaría que él la matase. Intenté desbaratarle los planes repetidas veces, pero... veo que no fue suficiente. Me confié cuando supe que fue detenido. No creía que conseguiría huir.
—¿Que por qué no lo evité antes? Si me hubiese enfrentado a él antes, todos hubiésemos muerto, sencillamente. No puedo vencerlo. Quería ganar tiempo para que llegase la policía. Sabía perfectamente que Lía había avisado a un amigo. Estaba intentando alargar la llegada de lo inevitable, la muerte de ella. Quise negarme, pero él me dijo que si no participaba en... la agresión sexual —se llevó la mano a la parte trasera de la cabeza—, mataría a Lía. Y no podía permitir eso. Dijo que si colaboraba con él, ella no moriría.
»Estaba huyendo de la policía cuando vine a casa de Lía. Sabía que mi hermano, el verdadero Depredador, estaba siendo perseguido y, al ser gemelos, estaba claro que me detendrían dijese lo que dijese. Al menos, en el tiempo que estuve en casa de Lía, Alex fue detenido y pude llevar una vida más normal —sonrió a donde yo estaba. El cristal estaba tintado, de forma que para él le pareciese un espejo, pero supo dónde me encontraba. Su sonrisa me llenó completamente—. Supe qué significa amar. Daría lo que fuese por esa mujer. Ella le dio sentido a mi vida, algo por lo que luchar cada día. Es lo mejor que me ha pasado.
Cotejaron las huellas de Axel y comprobaron que, efectivamente, no eran las misma que Alex. Las únicas huellas que podían señalar a alguien como culpable eran las de Alex, y él, se encontraba muerto.
No sabía qué pensar. Ambos gemelos eran retorcidos y no sabía realmente quién de los dos era la cabeza pensante de todos los crímenes, ya que la versión de la historia de Axel difería completamente de las cosas que me contó Alex. Pero, lo dicho. Eran realmente retorcidos y calculadores, ambos.
La policía también comprobó los demás detalles de la versión de los hechos de Axel, y vieron que todo encajaba. Los condenados lo tenían todo calculado. No habían dejado ningún cabo suelto. No tenían ninguna prueba ni cargo por lo que podían meter a Axel a la cárcel, exceptuando la denuncia por violación, la cual decidí dejar a un lado por el momento. Primero, quería hablar con él.
Lo estaba esperando en la entrada de la comisaría, apoyada en la pared.
—Hombre, Lía —se acercó a mí con una gran sonrisa y me besó apasionadamente y levantándome del suelo.
—Axel, por fin. Eres tú —susurré abrazándolo también—. Tenía tantas de verte, Axel...
—¿Axel? —se echó a reír y me dejó en el suelo con cuidado—. Por supuesto, sí, Axel. Eso es.
Y estalló en carcajadas maliciosas que no supe interpretar.
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Holaaa de nuevo, pequeñas mentes viciosillas 7u7
Pues este es el final de El síndrome de Estocolmo. Realmente no podría decir que he disfrutado escribiendo. Quiero decir, me ha gustado desarrollar la historia, pero he de admitir que escribir tanto lemon me ha costado mucho.
Quería agradeceros a todxs vosotrxs por haber leído este fanfic hasta el final. Sé que soy un desastre como escritora porque tiendo a dejar colgadas las historias que desarrollo, pero es que suelo desanimarme cuando noto que una obra no gusta tanto como querría. Aun así, me siento muy contenta de que hayáis continuado leyendo hasta el final, a pesar de haber dejado colgada incontables veces este fanfic, pero, eso es lo que os hace especiales. Que seguís leyendo porque os gusta, y nada os desanima.
Muchas gracias por leer, por comentar, por animarme a seguir, por estar ahí... Por eso, voy a terminar esta historia (la segunda desde que hace 2 años empecé en wattpad).
Puede que algunos de vosotros no sepáis todo lo que significa para mí que comentéis y estéis animándome a seguir. Me encanta leer largos comentarios diciendo que habéis disfrutado mucho leer y cosas así. Por eso, después de haberme sentido tan feliz al leer tantos comentarios de ese estilo, me he animado a terminar esta historia. Quizás lo he precipitado demasiado, pero no quería volver a abandonar este fanfic después de haber decidido continuarlo. No os podía hacer eso. Por eso, os dejo este final, y tal vez, cuando vuelva a casa, os añada algún capítulo lemon extra 7u7
Espero que hayáis disfrutado mucho;))
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Inazuma Eleven - El síndrome de Estocolmo - Axel [Lemon]
FanfictionElla fue sorprendida saliendo del baño. Él la sorprendió colándose en su casa. Ella tenía carácter. Él, una pistola. ********* Retenida en su propia casa, Lía convive a la fuerza con su "secuestrador" que se esconde en su casa. ¿Qué pasará con ambos...