Una pervertida experiencia nocturna ¬¬

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Intentaba dormir, aunque era muy difícil. A parte de no ser mi cama, (estábamos en la habitación de invitados, la única que tenía una cama grande para dos personas), me encontraba aprisionada por los brazos del asaltador de casas. Estaba a mis espaldas. Se le veía profundamente dormido. Me había dicho que dormiríamos así todas las noches, por si se me ocurría hacer alguna locura como la de hoy. Así si me movía o algo, se despertaría. Demasiado brillante, asaltador. Más que nada parecía una técnica propia de asaltadores de casas para ligarse a una belleza como yo (?.

No podía dormir. No paraba de venirme a la nuca el aire de la respiración del asaltador. Y no era nada agradable. Me daba escalofríos. Y cada vez que movía un músculo, el tío me agarraba aún más fuerte.

—Bueno, Lía. Intenta dormir. Sólo concéntrate en ello —me susurré a mí misma.

Y... creo que conseguí dormir o concentrarme en dormir por unos minutos. Me despertaron unas manos que recorrían mi cintura con suavidad y luego continuaban por mi espalda hasta llegar demasiado arriba. También noté bastante movimiento de sus piernas, pero no me llegaron a tocar en ningún momento, por suerte.

Primero pensé en no hacer nada. El asaltador estaría soñando algo erótico, pero cuando noté algo en mi espalda que no eran las manos, me alarmé mucho. Intenté soltarme de sus brazos, pero me llevó un poco de tiempo.

Las manos de Axel iban subiendo por mi cuerpo, por debajo de mi camiseta, hasta llegar a tocar mis pechos. Eso sí que no lo consentía.

En cuanto me hube liberado, le pegué un puñetazo en la mejilla, y conseguí despertarlo.

—¿A dónde vas? —me preguntó (manzanas traigo xd. Okno, era una cosa de otro fanfic).

—¿Qué... qué haces desnudo? —le grité incrédula comprobando su desnudez—. ¡Si cuando te has metido a la cama estabas vestido!

—Yo tampoco lo sé —respondió mirándose y poniendo una mano detrás de su cabeza. Se le veía aturdido, más que nada, somnoliento.

—¿Y qué... qué es esa cosa? —le señalé la entrepierna.

—¿No has dado nunca anatomía? Es pues...

—¡¡Calla!! Ya sé lo que es, obviamente —le grité histérica—. ¡Puto pervertido! ¡Fuera!

Él se levantó con intención de calmarme.

—¡¡¡Que no te acerques te he dicho!!! ¿O quieres que te reviente los sesos de un disparo? ¡Sé dónde está la pistola!

—Oye, Lía, ¿por qué no te calmas un poco? Podemos seguir durmiendo —intentó negociar. Me pregunté por una milésima de segundo cómo sabía mi nombre, pero me acordé de que en los diplomas estaba mi nombre completo.

—¡Ya, lo que tú digas! ¡Tápate con algo, joder! —y le tiré una manta que vi en una mesa.

—¿Por qué no me ayudas a terminar y luego hacemos como si nada? —me volvió a proponer.

—¿Terminar? ¡¿Terminar qué, retrasado?! —volví a gritarle. Y luego me di cuenta de lo que quería decir—. ¡Puto pervertido! ¡Aléjate! ¡Te voy a denunciar! ¡Mi padre es policía! Tiene mi dirección IP. ¡Va a por ti! —le grité. Obviamente era mentira, pero sólo se me ocurrió decirle eso.

Salí corriendo de la habitación donde estábamos y me metí a mi habitación y cerré con pestillo.

—Lía, abre. Vamos... No te enfades (?

—Fuera, imbécil, pervertido.

Al final se cansó de insistir y noté que se marchaba de mi puerta.

—Por fin se ha ido —y así fue cómo esa noche pude dormir.

*******

Al día siguiente, cuando fui al baño, vi una prenda de color azul marino en el suelo. Me acerqué a ver qué era.

—Un momento, eso son mis bragas —exclamé. Cogí la prenda con dos dedos y la inspeccioné. Había algo viscoso pegado en ellas—. Preferiría no saber qué es eso. Qué asco.

Y eché al lavabo mis bragas para limpiarlas inmediatamente.

—Puto cerdo. Se va a enterar.


*********

Holaaaa^^

Pues bueno, no tengo mucho que comentar, más que, espero que os guste, y muchas gracias por leer, votar y todo eso.

Por cierto, ya sé que no tiene mucho contenido sexual, pero yo pongo el ¬¬ por si acaso.

Inazuma Eleven - El síndrome de Estocolmo - Axel [Lemon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora