I Grace

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Vi cómo la atractiva chica salía del portal y cerraba con cuidado antes de irse con prisa a la universidad. Llevaba vigilándola una semana para conocer sus hábitos y sopesar si merecía la pena elegirla a ella.

Mi hermano estaba con otra de muchas mujeres en aquellos momentos. Desde aquella primera vez Alex y yo habíamos comenzado a delinquir cada vez con más frecuencia. Cada vez nos organizábamos mejor y estábamos alcanzando la perfección. Solía ser él quien se encargaba de entrar en contacto con la víctima y hacer el trabajo sucio. En escasas ocasiones llegué a mancharme las manos. A veces ocupaba el puesto de Alex durante unas horas para poder disfrutar de placeres terrenales como el sexo o el afecto de una joven enamorada de una imagen errónea. Después de eso, mi hermano era siempre quien acababa con todo el trabajo.

Creo que en el fondo le gustaba y disfrutaba. A mí me gustaba decidir quién sería la siguiente, cómo, cuándo... Simplemente le tenía que decir a mi hermano quién era y cómo debía actuar. Después sólo quedaba esperar a ver la noticia en los periódicos y en la televisión. Había temporadas que nos mudábamos de ciudad para darnos un respiro y poder trabajar en un ambiente en el que se nos conociese menos.

En esos momentos tenía a Alex a varios kilómetros de mí. Lo había mandado lejos para poder encargarme personalmente de esta chica. En el momento que la vi, supe que merecería la pena. Una vez me aburriese, llamaría a mi hermano para que se encargase de acabarlo todo correctamente.

En ese tiempo que llevaba observando a esa chica tan interesante, sabía que vivía sola porque provenía de un pueblo lejano. Había empezado a vivir en la ciudad para poder asistir a la universidad, estudiaba química y era muy confiada y amistosa con la gente. No tenía especial predilección por las chicas ingenuas, ya que prefería retos, chicas difíciles y tercas, que costase ganarse la confianza. Después quebrarlas era mucho más placentero. Aun así, vi algo en ella que me hizo querer acercarme a ella. Y ya sabía cómo.

*********

Grace:

Llegaba tarde a clase del señor Guevara, que nos daba química orgánica de segundo. En realidad se llama Ernest, pero lo apodaron Guevara por su nombre. Cosas que hacen los alumnos. Todos lo sabemos.

Apenas me había dado tiempo de secarme el pelo y coger una tostada. Había cerrado rápidamente la puerta y había montado en mi bicicleta mientras con una mano sujetaba mi tostada al 97% quemada. Una vez me comí el pan cancerígeno, usé la mano para sacudir mis rizos y las gotas de agua que estaban a punto de caer de mi pelo.

Pensaba que iba a ser un día normal, aburrido, de esos en los que siempre llego tarde y tengo que entrar a clase sin llamar demasiado la atención para no soportar los comentarios repetitivos de los profesores. No sólo les gustaba criticarme por llegar tarde, si no por hablar inocentemente en clase para amenizar las horas en las que tenía que estar sentada escuchando a otro hablar.

Iba a atar la bici a una barandilla cuando vi a un joven que se me acercó con una sonrisa. Me fijé de reojo en él, mientras ponía el candado en torno a la bicicleta. Intenté no perder mucho tiempo en mirarlo, ya que mi dignidad pendía de un hilo, ya que si llegaba tarde también aquel día, habría hecho un pleno de días que llegaba tarde a clase. Y aunque no me importase mucho que me llamasen la atención por esa nimiedad, mi calificación final en orgánica podía depender de llegar al menos un día pronto.

Era un chico atractivo, realmente llamativo. Tenía pelo claro y un color de piel tostado, que hacía resaltar su belleza. Se pasó una mano por el pelo, en forma de cresta, y volvió a sonreír tímidamente.

—Hola —se aclaró la garganta y continuó—. Esto... soy nuevo.

—Ah, hola. ¿Necesitas algo? Tengo un poco de prisa, llego tarde. Pero si quieres, luego me puedes preguntar cualquier cosa —le dije con una sonrisa mientras me echaba la mochila al hombro y comencé a andar hacia la entrada de la facultad. Tenía clase en el sexto piso. Esperaba que los ascensores estuviesen libres.

Inazuma Eleven - El síndrome de Estocolmo - Axel [Lemon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora