FOREVER BESIDE YOU 「Libro#3」

#Capitulo 40*

Luke's pov 

Estaba soñando. Soñaba con Mack.

Te amo Luke, te amo tanto – susurraba – Nunca me dejes – me repetía una y otra vez mientras se aferraba a mi pecho.

Jamás lo haría – pronuncié más de mi boca no salió sonido alguno

¡Luke! ¡No me dejes! – gritó Mack al mismo tiempo que una fuerza invisible me separó de sus brazos

¡No! ¡No lo haré! – grité esta vez yo pero de mi boca voz no estaba

¡No me dejes! – gritó ella llorando. Sus preciosos ojos claros llenos de lágrimas.

¡Mack! ¡Mi amor! ¡No! ¡Mack! – me desesperé pero era inútil. La fuerza me había llevado lejos de mi chica y mi boca era un silencio pulcro.

Un dolor agudo pinchó ese sueño o más bien pesadilla. Un punto fijo detrás de mi cabeza dolía como mierda. Quise levantarme pero mi cuerpo se sentía demasiado pesado y el dolor me tenía mareado.

Kim.

Era ella quien se encontraba frente a mi cama.

–¿Qué rayos? – pregunté confundido pero al ver su mirada llena de odio recordé que había sido lo último que había visto antes de perder el conocimiento.

–Te dije que no lo había matado – espetó a alguien y al voltear hacia un lado vi a Oliver.

El chico me miraba preocupado, su ceño fruncido al igual que sus labios. Sus manos permanecían en sus bolsillos cuando dio un paso hacia mí. Instintivamente me arrinconé hacia un lado pero el movimiento brusco me mareo. ¿Qué rayos me pasaba?

Recordé la pizza, haberme desmayado en la sala, haber despertado en mi cuarto y atado, recuerdo haber peleado con Oliver, haber salido corriendo y por supuesto el golpe seco que Kim me había dado. Sin pensarlo toqué la parte trasera de cabeza y al ver mis dedos tenía sangre seca. Ya no sangraba más pero apostaba que eso era lo que me dolía como mierda.

Maldita perra loca.

–Me drogaste – fue lo que dije ni bien me recuperé del pequeño mareo

–En teoría sí pero digamos que tienes sueño profundo – sonrió con malicia

–Maldita loca – espeté con rabia y ella chistó

–Tsk, Luke – negó – Muy mal – me dijo mientras se acercaba. Ella ya no tenía la misma ropa de ayer o ¿antes de ayer?

–¿Qué hora es? – pregunté. O ¿qué día era? Luego pienso que qué rayos hacía tan tranquilo y no trataba de huir. Tal vez mi subconsciente sabía que no iba a ir más allá antes de ser golpeado. Ahora sé que Kim es capaz de todo

–Es tarde ¿sabes algo de Mack? – preguntó ella y me alerté

–¿Qué has hecho con ella? – exigí con temor y rabia. ¿Ella la habría lastimado? No, mi Mack no por favor.

–Cambia de cara, ella está bien – dijo con fastidio – Por ahora – susurró sonriendo de repente.

–Maldición Makeyla – se desesperó Oliver – Detente de una vez, esto ya se salió de lo planeado – espetó al mismo tiempo que llegó hacia ella y cogió su brazo con severidad pero tratando de ser brusco.

¿Makeyla? ¿Por qué rayos le llamaba así?

–Suéltame Oliver, hablo en serio – le respondió ella con frialdad. Su rostro no mostraba ninguna emoción y su voz había salido tan fría que no solo me sorprendió a mi, sino a él también.