FOREVER BESIDE YOU 「Libro#3」

#Capitulo 53*

Mack's pov

No sé cuánto tiempo ha pasado hasta que he podido calmarme. Creo que ha sido más de una hora. He seguido intentando llamar a Brian pero es imposible, no contesta.

Le he dejado miles de mensajes de voz que espero pueda escuchar, aunque no creo que quiera hacerlo.

Cuando por fin estoy consciente de lo que debo hacer, me levanto y esta vez me concentro en coger un taxi con mas tranquilidad. Me demoro un par de minutos y al divisar uno, lo logro tomar. Le dicto la dirección de Brian y antes de subir el conductor me mira con cara de pocos al amigo, supongo al verme totalmente empapada.

Mis ojos aun arden de haber llorado tanto pero me he mentalizado no llorar porque así no podré solucionar nada. Si es que puedo hacerlo.

El tráfico no ayuda mucho y estoy demasiado impaciente mientras mis dedos se mueven nerviosos. Cojo mi barbilla y me acurruco en un rincón del asiento trasero, mirando por la ventana las calles mojadas y pienso.

¿Qué es lo que debo decir primero? ¿Lo siento? ¿Es suficiente?

No tengo ni la menor idea de lo que diré o haré pero necesito verlo. Necesito ver a Brian al rostro y saber que esos ojos me pueden mirar aun. No quiero su odio, no quiero su rencor, no quiero su lastima. Lo quiero a él.

Me quedo pensando en eso de nuevo ¿Realmente estoy aceptando que lo quiero o es solo mi egoísmo?

Esa pregunta se retiene en mi cabeza. Mis ojos se distraen cuando me doy cuenta que el conductor me mira con una expresión que no se reconocer por el espejo retrovisor. Me remuevo inquieta. No se cómo reaccionar.

Pasan alrededor de 15 minutos cuando reconozco el complejo de departamentos donde él vive. Inmediatamente saco el dinero y estoy pagando. El conductor lo recibe y me da mi vuelto. Le indico donde tiene que parar y antes de que baje se despide con unas palabras de aliento que no sé muy bien como tomar.

Corro hacia la entrada y me detengo en la entrada. ¿Estará aquí? Si cuando me llamó dijo que se encontraba fuera de mi casa. Ha pasado más de una hora así que supongo que ya regresó. ¿Y si aún sigue ahí?

Demonios.

Me doy media vuelta para irme pero lo vuelvo a pensar y toco el timbre con el número de su departamento. Por los nervios y porque mis dedos se encuentran mojados por la lluvia al igual que todo mi cuerpo, estos resbalan y marcan de casualidad los tres números siguientes.

Inmediatamente se escuchan tres voces distintas preguntando quién es pero ninguna es de Brian.

–Eh... lo siento, yo... yo marqué de c-casualidad sus números – balbuceo tontamente tratando de disculparme. Escucho sus maldiciones y sus quejas hasta de que cuelguen. Trago saliva nerviosa.

Me quedo parada sin saber muy bien que hacer nuevamente.

Creo que pasa un minuto cuando escucho el clic de las rejas al abrirse, lo cual me sorprende y no estoy segura de quién abrió. Por enésima vez no sé qué hacer y me la vuelvo a pensar antes de entrar.

El encargado del edificio no presta mucha atención ya que parece concentrado en su Tablet mientras toma un café caliente. Rápidamente entro al ascensor y presiono el número del piso de Brian. En cuanto las puertas se cierras recuesto mi cabeza hacia atrás suspirando.

Cierro mis ojos y trato de pensar nuevamente con claridad ideando cómo iniciar mi discurso – si es que está dispuesto a escucharlo – A pesar de que Brian no es del tipo que te cierra la puerta en la cara, simplemente en este caso no sé lo que pueda pasar.