Epilogo.

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Los veo correr delante de mí.

Gerard y Ángel corren colina arriba. Estamos en el pueblo, después de 10 años, hemos vuelto aquí, a vivir y podría ser la tercera mejor decisión que hemos tomado.

-    ¿Papi? ¿Puego coder también?- Emilia me mira con sus grandes ojos verdes y sus cachetitos inflados.

-    Está bien bebé, ve con papá Gee y tu hermana a jugar.

Me estoy cansando, mi cuerpo no es el de antes.

Estoy viejo y enfermo...

Está bien, no, pero tengo 28 y Gerard tiene 30 y la realidad es que si estoy enfermo... resfriado para variar.

Gerard toma de la mano a nuestra otra melliza y sonrío porque están para tomarles una fotografía.

El viejo Arthur ya no está con nosotros y sobre la colina, en un picnic improvisado esta Mikey y Ray, con su pequeña de solo 6 meses, Isabella.

Jamia y Andy aun no tienen hijos- no me pregunten, ni yo sé cómo paso eso- porque están viajando contantemente por la giras mundiales de Andy que tiene su propia banda.

Lindsay y Bert están juntos y la primera espera su primera hija, la cual fue nombrada por Gerard como: Bandit. (Tampoco sé cómo eso paso, que ellos terminaran juntos, me refiero)

Lindsay aún tiene una malsana obsesión con mi- actualmente- esposo, pero ya no me molesta.

Crecí y madure... la verdad todos crecimos y maduramos.

Con Gerard nos casamos al año y hace 5 adoptamos a nuestras pequeñas mellizas.

Gerard quería ponerle otros nombres, pero me empecine en colocarles Ángel y Emilia y eventualmente, como siempre con Gee, gane.

-    Llegaron!- Mikey se levanta y abraza a su hermano- pensamos que no vendrían, como Frankie está enfermo.

-    Me niego a hacer cama, no mas.- miro a mi esposo que niega con la cabeza.

Gerard se tituló en la universidad de artes y luego siguió medicina, sacándola antes de los años estipulados y ganándose una fama que hoy nos mantiene muy bien económicamente.

Disfrutamos del picnic todos, en familia, como siempre. Los únicos que faltan son Matt y Jared, quienes están, ambos, con sus esposas en el caribe.

Mi vida está completa desde que adoptamos a las pequeñas y no puede ser más perfecta porque sería ilegal.

No niego que a veces tenemos diferencias con Gee, pero jamás son irreconciliables, luchamos hasta el final porque nuestra relación sobreviva a todo lo que le venga.

La manera en la que brillan sus ojos todas las mañanas cuando despertamos, esa sonrisa pícara que se le dibuja cuando hace alguna maldad con las mellizas, la forma en la que me toma cada vez que hacemos el amor... por eso y más Gerard aun me tiene profundamente encantado.

En cuanto a mi infierno personal...

Aun lo tengo, convivo con él a diario, pero no permito que mis demonios desaten guerra en mí, no puedo, no lo tolero y no es justo para mis pequeñas hijas.

***

-    Mirare un poquito, mi libro favorito, antes de ir a soñaaaaaar. El sol se esconde al atardecer, pronto no habrá luz. Con una canción, diremos adiós, al gallito dormilón.- Escucho a Gerard cantarle a las bebés desde nuestra habitación.

My personal hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora