XVII. Baile de Graduación.

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- Dios Fr- Fran- akdieidfbsiebfjwkejs... basta, amor, basta... Diiiiiios!! Estamos en un probador, basta amor- no lo escucho. Es su culpa, me ha calentado increíblemente verlo con su traje. Lo miro pícaramente, mientras juego con el piercing de mi boca.-oye! Mírame, mierda... a los ojos Frankie, mírame. Dios, me encantas, pero el pueblo es pequeño, por favoooor, basta.- lo pego más a la delgada madera del probador y atacó nuevamente su cuello mientras vuelvo a meter mi mano entre los pantalones de tela- ajajajjaja , ya, basta.- irremediablemente se separa de mi y me sonríe. Yo bufo por lo bajo.

- Está me la pagas Way!

Y sin más salgo raudo del probador.

Estamos viendo trajes para el baile de graduación de Gerard. Al final, resulta que si irá con la zorra y que no dejará que Jamia haga una escena tipo "Carrie", por más que esta rogó y rogó.

Quedan dos días para el baile y Bert se ofreció a llevarme como su pareja, pero decline la oferta luego de ver la ardiente mirada de Gee.  Celoso de mierda.

Así que, aquí estamos.

- Hey... ¿y este?- santa madre De Dios... ¿Cómo no quiere que me caliente si aparece así ante mi?

Está vistiendo un traje sencillo, el color de la tela es lo llamativo. Es negro, pero en el movimiento se ve Azul, algo muy difícil de explicar para alguien con el cerebro frito como yo. Tiene una corbata de la misma tela, pero su sonrisa es el mejor accesorio. La Luz le llega hasta sus ojos, haciéndolos ver más verdes de lo que son, sus pequeños y blancos dientes asomando entre los labios. Su respingada nariz retándome a besarla.

- ¿ Tú haces esto con intención?- lo escucho reír y darse vuelta para mirarse en el espejo. Se sube a un banquillo que hay frente a este para mirarse mejor.

La mujer que nos está atendiendo llega justo cuando planeo hacer un comentario sobre su trasero.

- Si yo fuera ella estaría contentísima con un novio como tú, querido.- alzó una ceja, es una vieja por dios! Búsquese su maldito trozo de carne, este es mío. Gata!- te le propondrás en el baile ¿cierto? ¿crees que diga que si?

- No lo sé, preguntémosle- Gerard se gira hacia mi con una sonrisa y baja del banquillo de un salto. – Frankie amor... ¿te casarías conmigo vestido así?- gira con los brazos estirados y su sonrisa tatuada. La dependienta nos mira impresionada, con la boca increíblemente abierta y creo que sus ojos están adquiriendo forma de corazón.

- Uy... depende- Gerard y la mujer me miran estupefactos- depende... del color de mi vestido amor...

Los tres nos reímos y luego de halagar a Gerard una vez más, pagamos ese traje.

Nos dirigimos a su casa después de las compras. Los chicos salieron con Mikey y Bob a recorrer el pueblo, así que nosotros vamos a estar con Elena. El plan es el siguiente: ver una antigua película con los abuelos y después sorprenderlos haciéndoles la cena.

Arthur ha estado ausente, perdido en sus recuerdos, encerrado en su mente y Elena ha intentado por todos los medios que no notemos que se debilita cada día más. Pero no somos tontos y, al menos yo, que estoy acostumbrado a vivir en la miseria, se que a Elena no le queda demasiado tiempo.

Mikey se evade y refugia en Bob, pero Gerard quiere estar todo el tiempo en casa... y yo lo entiendo y no lo culpo. Él también lo nota, él también lo sabe.

Estacionamos y yo bajo de un salto de la camioneta. Gerard lleva el traje y otras compras entre sus manos, por lo que soy yo quien abre la puerta y se golpea de lleno con la realidad.

My personal hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora