Capítulo 8

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"La blanda respuesta quitala ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor" Proverbios 15:1 RVR 1960.

Cristal se encontraba en casa, al igual que Christian y su novia Luisa. Cristal, además de ser líder del ministerio Luz que brilla, también era líder de jóvenes, y Christian era su asistente. Hablaba con papá referente a un evento que quería hacer este fin de semana.

– Sé que es muy pronto, pero ya hablé con el dueño del hotel – Le explicaba Cristal a mi papá –. Me dijo que lo tenía disponible para este fin de semana, porque para la próxima lo tendrá ocupado, y desde hace tiempo he querido llevar a los jóvenes a disfrutar un día en ese club, sobre todo para darle la bienvenida a la gran cantidad de chicos nuevos que han llegado a la iglesia.

– Parece interesante – Dijo mi padre asintiendo –. ¿Y cómo harás para cubrir los gastos?

– El dueño del club es amigo de mi papá, y por esa razón me dejó un precio súper económico – Comentaba Christian –. Lo demás podemos cobrarle a cada joven un precio por la entrada y un adicional, de ahí sacaremos para la comida.

– Parecen que tienen todo bajo control – Contestó papá –. Aunque me hubiera gustado que anunciaran el evento con anticipación.

– Lo sé – Dijo Christian –. Fue a última hora que el dueño del club nos avisó.

– No hay problema. El miércoles hay servicio de oración en la iglesia. Podemos dar el anuncio.

– Y Eliezer puede también dar la información por las redes sociales de la iglesia – Dijo Cristal.

– Bueno, así estará mejor – Papá se mostró más convencido.

– ¡Listo! Nos iremos el viernes, y regresaremos el sábado en la tarde. La pasaremos bien en el Club Márquez – Comentó Christian emocionado.

¡¿Club Márquez?! Increíble. Un hermoso club con un salón de eventos enorme, piscinas, canchas y un acogedor hotel. Entró la emoción en mí. Ellos seguían hablando con mi padre explicándole toda la logística que tenían, y Christian rascó su cabeza con su lápiz.

– Sólo qué... – Decía Christian – hicimos un estimado de ochenta jóvenes aproximadamente. Nos gustaría que otro chico nos ayudara en la cocina.

¿Cocina? Espera, ¡Cocina!

– ¡Yo sé quién! – Salté yo de forma estrepitosa. Todos dieron un respingo del susto.

– ¿Sí? ¿Y quién? – Preguntó Cristal.

– Es un amigo de la universidad, trabaja en una pizzería – Dije.

– ¿Joshua? – Preguntó papá.

– Sí, sí – Asentí.

– ¿Y cocina bien? – Preguntó Cristal.

– Pues claro, trabaja en la cocina desde pequeño – Aunque nunca había probado su comida.

– Ese chico no lo he visto en la iglesia – Comentó Christian.

– A mí me parece bien – Dijo papá –. Así va asociándose más con los chicos de la iglesia.

Se encogieron de hombros y aceptaron la propuesta.

– ¿Club Márquez? – Preguntó Joshua.

– Sí, y hasta te harán un descuento por formar parte del equipo de trabajo.

El Dolor que me llevó a tu CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora