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Escucho ruidos distorsionados, parecen chillidos de alegría y risas muy fuertes, abro los ojos lentamente y mi visión está nublada. Me restriego los ojos con los puños de las manos y levantó el torso de la cama para ver que la chica y los chicos de antes se han multiplicado ya que ahora son como seis chicos y dos chicas.

Al darse cuenta de que me he levantado todos me miran pero yo les ignoro y cojo el móvil de su escondite y al instante lo pongo en silencio antes de metérmelo en medio de los sujetadores.

Seguidamente me levanto de la cama y voy al armario a mirar que ropa ponerme, aunque tampoco es que me importe mucho y no sé porque pero mi subconsciente tiene ganas de ponerse algo negro llamativo pero no para que todos estén detrás de mí si no, para que no se acerquen a mí.

Decido coger unos pantalones de cuero preciosos de color negro y un top negro con unas tiras que van bajando abajo, conjunto con unas Adidas negras preciosas.

Cierro el armario y con la ropa en la mano busco el baño con la mirada hasta que lo encuentro al otro lado de la habitación, justamente donde está todo el grupo que mágicamente se han callado desde que yo he guardado el móvil en mis sujetadores.

Tranquila paso por delante suyo y me encierro en el baño y me empiezo a poner la ropa, me pongo agua en la cara lavándola de cualquier suciedad que se me haya quedado de mi siesta y me lavo los dientes, después me hago una coleta alta y ya vestida salgo tranquila de el baño con la otra ropa en mi mano doblada.

Vuelvo donde mi cama y dejo allí la ropa, saco mi móvil y miro la hora 19:47 a.m, pienso en que hora era la cena y sonrío al saber que es dentro de tan solo 13 minutos algo que me hace estar más relajada ya que me estoy muriendo de hambre desde que me he levantado de mi siesta.

Vuelvo a guardar el móvil y cojo las llaves del cuarto y antes de salir me giro a mirar a mi compañera de cuarto de la que todavía no me sé su nombre.

—Pelinegra la barbie esa ¿hacia qué hora crees que volverá? No es por nada es que es bastante insoportable y quiero saber a qué hora no venir— le digo y la miró esperando su respuesta mientas ella me mira tranquila.

—No sé, depende aunque vendrá antes de las 22:30 a.m seguro así que ya sabes— contesta mientras busca algo en su cama—. A y no me llamo pelinegra, me llamo Astrid— en ese instante me mira a los ojos y yo asiento abriendo la puerta y sacando mi cuerpo por esta—. ¿Y tú nombre es?

—Alice Collins a secas— y al decir eso cierro la puerta detrás de mí y voy directa al ascensor.

Cuando aprieto el botón para que el ascensor venga al piso escucho como una puerta se abre y miles de personas andando y al segundo otra puerta y otros miles de personas andando y haciendo resonar sus zapatos en el suelo.

Cuando el ascensor viene y entro unas dos docenas de personas entran pero rápidamente se dividen cada uno a un lado y otro al otro lado dejándome a mi al medio. Puedo ver que lógicamente uno de los grupos son los que estaban en la habitación y esta también mi compañera de cuarto Astrid, en el otro está mi otra compañera Elsa y las otras barbie's y ken's de este internado.

Suerte que el ascensor es grande y tiene suficiente espacio.

Cuando va bajando el ascensor me siento analizada por todos los presentes y no es algo muy cómodo.

Hasta que una chica del grupo pijo empieza ha hablarme.

—¡Pero que pelo más hermoso que tienes! Me fascina tu pelo chica tienes que decirme que champú usas— antes de que pueda contestar de forma que la chica me deje en paz llegamos al piso y como veo que llega una batalla de 'tú sal primero, no tú' hago lo que cualquier persona razonable en su vida haría, salgo al segundo y voy camino a la cafetería, espero que tengan algo bueno y pueda comer algo que sea comestible por así decirlo.

Puede ver en mi mente la cara que se les habrá quedado a los demás pero no me importa ni lo más mínimo.

El camino es muy tranquilo y lo único que sigue pasando son las miradas que todos tienen sobre mí pero seguro que a los días ya se les pasará el querer saber todo de la nueva y acabaré siendo una simple estudiante más a la que solo le interesa que acabe ya el año y irse del internado.

Voy siguiendo a donde toda la gente va hasta que eso me lleva a la cafetería, donde todo está sumamente callado y hay muchas mesas juntas que hacen el conjunto de dos mesas y algunas están fuera de este conjunto donde nadie parece sentarse.

Hago la fila para la comida que parecen ser solo macarrones cosa que me desilusiona bastante, de postre me cojo un flan y cuando me giro para ver dónde sentarme veo la mirada de todo el internado posada en mí.

Paso en medio de las dos mesas hasta llegar al fondo en una de las mesas solitarias y sentarme tranquila a comer.

Escucho algunos gritos de sorpresa pero los ignoro totalmente mientras empiezo a comer tranquila, hasta que dos personas vienen a detenerme de mi tranquilo momento de felicidad junto con mi comida.

—¿Qué te crees que estás haciendo justamente ahora?— dice una voz bastante molesta.

Me giro y veo a una chica de pelo castaño casi rubio mirándome y a su lado un chico de su altura y detrás de ellos todo el internado mirando para ver que es lo que pasa.

—Pues estaba comiendo hasta que tu voz molesta ha venido a quitarme de mi increíble hora de sabiduría y aprendizaje de como la comida me hace feliz, así que te agradecería que te fueras por donde has venido y me dejaras terminar mi cena antes de que termine el tiempo.

Veo como toda la mesa del lado derecho se levanta al oírme hablar de esa manera y lo único que me permití hacer es subir una ceja burlándome de que parecen unos robots.

—En este internado hay reglas— grita un chico mientras me mira con los ojos furiosos.

Unos cuantos chicos y chicas más susurran un 'eso' que en vez de ser al unísono se escucha unas repetidas veces.

—Debes elegir un bando, dinero o sin dinero— dice el monstruo que está delante mío con una sonrisa maléfica que tan solo define como es ella.

—Las normas del internado que debo saber ya me las ha dicho el director ¿te queda claro? Y esa manera en la que lo habéis dividido está mal— miro como todos me miran con atención—. La buena separación sería, gente que se cree más que los demás por su aspecto y gente que se cree mejor por atemorizar. Y en ese caso yo no soy ninguno de estos dos grupos— los miro a todos y veo las caras de furia que saltan en muchos de ellos por no decir todos—. Pero como no me gusta juzgar antes de conocer creo que eso es algo que la gente ven desde afuera y por ese hecho no quiero entrar en ninguno de los dos grupos, porque no sé cómo sois verdaderamente para saber en cuál encajaría mejor— digo eso muy rápido por lo cual la mayoría tarda un poco en entender mis palabras—. Y dónde yo quería llegar, no quiero estar en ningún grupo ya que yo me siento mejor siendo mi propio grupo, lo tomáis o lo tomáis porque hagáis lo que hagáis no conseguiréis que yo haga lo que me decís.— me giro y termino mi cena y todo parece volver a la normalidad, o lo que aquí se le puede llamar normalidad.

Dejo la bandeja en su lugar y cuando camino en medio de los dos grupos una persona de cada grupo se levanta y casualmente son dos chicas muy similares, creo que son gemelas pero se nota que esto las dividió, me paran el camino y a la vez con la vista de todos pronuncian unas palabras que me dejan pasmada.

—Conseguiremos que te unas a nosotras— al instante que lo dicen se fulminan con la mirada.

Hola hoooolaaaa amigos míos
Aunque no lo parezca estoy escribiendo muchos capítulos solo que no sé si soy la única pero el día pasa volando y no tengo tiempo a subirlos
Lo importante es que están muy trabajado y intento hacer el menor error posible y la mejor manera escrita para que se os facilite leer
Hasta la próxima que será dentro de poco, os amo
20/08/17

Operación Salvando Al InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora