Epílogo

162 17 0
                                    

Último día en este internado.

Eso me hace estar feliz pero a la vez me entristece, voy a echar de menos a los chicos ya me había encariñado con la mayoría.

Chad y Tyler se fueron hace unos dos meses, desde ese entonces con Tyler nos hemos visto como dos veces al mes o las que pudiéramos, ha sido insoportable no tenerle pero eso me ha hecho darme cuenta que ahora cuando salga va a ser incluso más fácil para mí ya que he aguantado en un internado en el que supuestamente no se puede usar nada con lo que puedas comunicarte con el exterior salvo los ordenadores de la biblioteca ha sido difícil.

Y más aún cuando me acabaron confiscando el móvil hace tres semanas, aunque hoy me lo devolverán.

Me he encariñado con muchos pero los que realmente quiero seguir viendo fuera son unos pocos como Astrid, Miranda, Charles, Abby, Erik y por último mis dos tontos obviamente Chad y Tyler.

Han pasado tantas cosas en estos meses.

Chris le confesó a Brad que estaba enamorado de él y Brad dijo que ya lo sabía, lo dejo ahí, friendzoneado diciéndole que lo sentía pero prefería a las chicas.

Me da pena Chris aunque seguramente ya encontrará algún chico.

Abby y Chad siguen en una especie de relación pero muy extraña, realmente me río mucho cuando los veo, aunque tienen su dulzura.

Y los demás simplemente están solteros y ellos dicen que prefieren seguir así para que el día en el que estemos todos fuera mientras nosotros tan solo podamos estar con nuestras parejas ellos irán de juerga y se la pasarán bien y disfrutarán.

Sí, Charles el dulzón también estuvo de acuerdo con eso.

Y ahora mismo disfrutaría hablando con Charles pero hace media hora que me despedí de todos ellos y aún ahora sigo esperando que llegue el estúpido de Chad.

Yo y Chad vamos a vivir juntos, ósea viviremos en la casa de mi padre y él me pagará el alquiler y hará la compra con su dinerito, cuando me lo ofreció me reí en su cara pero ahora le veo la parte buena y es que hay otro bolsillo que puede pagar en la casa.

Siempre se ha de ver la parte positiva a las cosas.

Cuando se lo conté a Tyler flipo mucho y se río tan fuerte que parecía que estuviera delante mío y no a kilómetros de distancia, sus palabras exactas fueron suerte con el orangután en tu casa y por favor intenta no volverte cómo él, no quiero tener una novia orangután y una carita riendo al final.

Es tan mono.

¿Mi progenitora y yo? No tenemos ni la más mínima relación por lo cuál no le importa ni un poquito que hoy salga y prefiero que eso siga así, será mejor para las dos creo yo.

Ah y en dos semanas tengo una cena familiar con los padres de Tyler, estoy estresada y emocionada a la vez, él dice que ya les caigo bien sin conocerme pero semanas sinceros, siempre dicen eso y luego cuando te vas le dicen a su hijo cualquier defecto que hayan podido detectar en ti.

Pero bueno, la suerte estará de mi lado, o al menos eso espero.

No me falles suerte.

—¡¿Quién soy?!— exclaman detrás de mí y por el susto le doy un golpe con el brazo a la persona detrás de mí—. Agresiva— murmura la persona detrás de mí.

Me giro y me lo quedo mirando fijamente a los ojos.

—¡Serás imbécil! ¡Llevo cuarenta malditos minutos esperándote así que ya puedes coger mis maletas y ponerlas en el maletero por haber tardado tanto— hago un intento de sonrisa dulce—. Lo siento si pesan un poquito— digo viendo como su cara está rojísima.

—Que te zurzan Colins — gruñe mientras yo voy directa a la puerta del copiloto a sentarme para el gran viaje que nos espera, espero que no sea de los que tienen pánico en los aviones, me ponen de los nervios.

Pero bueno, ya lo iré descubriendo y me tengo que acostumbrar a él, al fin y al cabo acabaremos viviendo en la misma casa hasta dios sabe cuando.

Fin.

Operación Salvando Al InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora