Operación Salvando Al Internado

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Este comportamiento de los chicos no lo he entendido aunque tampoco entiendo porque Tyler se ha puesto a pegar a Chad como si fuera la única solución.

La solución no siempre son puñetazos y hostias, a veces siendo inteligente encuentras una respuesta.

Me ha dado pena como ha quedado Comsgrid pero le conozco y sé que podría haberse defendido por lo cual todo esto tiene que tener algo oculto y sinceramente no me importa.

Nada de esto me afecta ya que no me interesa lo idiotas que pueden llegar a ser estos dos.

Aunque tampoco voy a decir que sí alguien llegara con información yo le diría que no me diese, al fin y al cabo estar informado a veces va muy bien.

Y tengo decidido que ya no me interesa si se enfadan conmigo cuando se queden sin secuaces.

Y sí, antes eso me importaba.

En estas tres semanas he logrado convencer a algunos más de que pueden ser ellos con sus amigos y no hace falta que se separen.

Así que tengo muy decidido que ya se han acabado los bandos.

***

Hoy llevo toda la mañana nerviosa por cuando vaya a la cafetería, no tengo pensado decir nada ya que se va a notar a kilómetros lo que está pasando.

Ahora mismo estoy en la puerta y ya puedo oír el jaleo de las voces hablando y cómo se nota que los supuestos importantes todavía no han llegado.

Decido entrar y no puedo evitar sonreír al ver lo normal que parece esto ahora, hay un montón de mesas separadas y muchos grupos de amigos hermanos primos están juntos riéndose, y luego hay algo que no me imaginaba, por el centro hay una mesa que es igual a las demás tan solo que todos te ven hacer lo que hagas y ahí están las hermanas Woods, Charles, Erik, Abby y Brook, y al parecer esa es mi mesa, sonrío sentándome a su lado y la pequeña Stephanie viene hacia mí y me da un abrazo sin que me de cuenta.

—Gracias por todo Ali— su voz es tan dulce y me da risa ver qué diferente es esta Stephanie de diez años comparada con la de diecisiete que ahora mismo está comiendo en mi mesa.

—Yo no he hecho nada pequeña, tan solo os he demostrado lo que podéis hacer y que no estáis obligados a escuchar a gente que no le importáis— le digo mientras le pongo un pequeño mechón rebelde tras la oreja—. Ahora vete a comer pequeña antes de que se pase la hora.

Veo como la niña se va y sonrío feliz, he servido para alguien, y la verdad es que sienta muy bien saber que has ayudado a alguien que lo estaba pasando mal.

—¿Tú eres la culpable de todo esto?— una voz un poco irritante dice detrás mío.

Al girarme me encuentro con cuatro personas que conozco a la perfección, y algún que otro estudiante más con ellos.

Miro a la dueña de la voz y suspiro.

—¿Algún problema Astrid?— veo las ganas que ella tiene ahora mismo de matarme o simplemente la rabia que le da no tener a toda esa gente detrás de ella.

Al fin y al cabo tanto los que van de malos y los pijos quieren lo mismo, el respeto de los demás, y ahora mismo yo soy un inconveniente que les ha quitado ese respeto.

—Me lo imaginaba, ahora quiero comer y vuestras amenazas ya no me importan, ya que aquí ya no hay grupos por lo cual no tenéis un ejército con el que atacarme y lo sabéis— paso mi mirada por todos y cada uno de ellos y me paro en Tyler y Chad—. No os habéis ni dado cuenta de lo que estaba pasando hasta que ya era demasiado tarde para que lo evitarais, eso os pasa por estar en peleas estúpidas entre vosotros— decido girarme y seguir con mi comida tranquilamente.

—¿Abby?— la voz de Chad parece impresionada al ver a la chica en esta mesa.

—¿Qué quieres Chad?— su voz es fría pero sus ojos parecen raros, no sé porque.

El chico no lo soporta y va junto con sus amigos en una mesa, aunque no me imaginaba esto, Tyler y sus amigos van con ellos y puedo sentir su odio por mi unirse.

Ahora mismo no sé si puedo afirmar que el problema ha terminado.

Al menos para mí creo que no.

12/08/18