Capítulo 3: Mariquita.

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NamJoon al fin abandona el baño y se lanza sobre su cama, ni siquiera le quedan energías para estar molesto.  Aunque definitivamente lo está y "Tengo que hacer algo al respecto" se dice a sí mismo.

Se gira para poder ver el techo y solo piensa en el maldito de SeokJin. Pensó que no le haría nada porque dios "solo es un cartón de leche un poco pasada". Pero al parecer el rubio no pensó lo mismo.

Y solo le reconforta el hecho de que SeokJin no lo puede ni ver en pintura sin parecer que le entra un ataque como de quien ve a su secuestrador después de ser liberado.

Le da gracia ver como aprieta sus labios y cruza sus brazos demostrando su molestia y más al verlo reír. Porque NamJoon no puede evitar hacerlo cada vez que lo ve. Sabe que ya no son unos niños y solo recordar la razón por la que empezaron a odiarse le causa gracia. Aunque la razón por la que su odio persiste ya no sea la misma.

Tal vez se ha pasado un poco con SeokJin pero es que esta tan acostumbrado que dejar las bromas no le parece una opción viable. Es como una tradición.


Jin está listo para otro día de universidad,  preparado para cualquier cosa porque definitivamente NamJoon hará algo en su contra. Y no se arrepiente de nada, se lo merecía.

Apenas pisa la Universidad siente esta atmósfera de campo de batalla, como si acabara de llegar a la guerra sin saber por dónde caerá la primera granada o bala. Pasa su vista por los alrededores sin ver nada raro. Camina rumbo a su primera clase y llega sin ningún percance y es demasiado bueno para ser verdad. Si NamJoon se toma la molestia para no molestarlo tan temprano es porque prepara algo lo suficientemente malo y a Jin no le gusta.

Sus primeras dos clases pasan con una normalidad de miedo hasta que Jin es abordado por sus amigos. Al parecer ellos notan la inquietud de su amigo.

—¿Qué pasa?

—Nada, lo mismo de siempre. —Y está a punto de decirles lo que hizo cuando divisa a NamJoon cerca de ellos con una gran sonrisa en su rostro, una tan grande que Jin se asusta a sobremanera. Y le jode tanto no saber la razón exacta de su felicidad, porque sabe que se ríe de él y lo que le va a hacer.

—Vámonos —dice Jin dándose la vuelta—. No quiero estar aquí.

Y solo puede avanzar unos cuantos pasos antes de que la voz de NamJoon lo detenga. —¿Te vas tan rápido SeokJin? —pregunta llamando un poco la atención de las personas a su alrededor—. ¿Sin saludar? 

Jin se da la vuelta tratando de lucir calmado. —Hola, Kim NamJoon, tengo algo de prisa así que disculpa mi falta de modales.

—¿Kim? Vaya, esta vez te luciste Kim SeokJin. Es curioso que ambos seamos Kim, debe significar algo —dice NamJoon pensativo.

—Una desgracia —asegura Jin. — no podría significar otra cosa.

NamJoon sonríe divertido. —Que optimista, pero dejando de lado este tema sin gracia quería contarte algo que me paso ayer.

—Oh claro —dice Jin con evidente sarcasmo—, me interesa demasiado saberlo.

—Yo sé que sí, fue algo bastante... curioso. Estaba en mi departamento tratando de disfrutar de mi tarde pero un pequeño inconveniente en mi estómago me lo impidió. —Jin trata de no reír mordiendo su labio—. Pero lo que más llamó mi atención fue una nota al reverso de esta tarjeta—muestra la tarjeta de la pizzería—. Tal vez puedas reconocer esta caligrafía.

—Solo puedo decir que es una linda caligrafía —dice Jin sin prestar verdadera atención a la tarjeta.

—Lo es, aún más con esa tinta color rosa. Bastante varonil.

Kim vs Kim | NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora