Somos uno

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Narra Astrid

Me levante con un dolor de cabeza increíblemente horrible, no sé que demonios paso anoche, ni que es lo que hice.

Mire a mi alrededor para confirmar si estaba en mi casa o en la de Elsa, Elsa, ¡por Odín que paso con Elsa!

Un recuerdo fugaz me azoto.

No sé cuánto paso, pero nos detuvimos cuando los dolores de pies estaban por matarme, aunque hay que admitir que sentí que alguien me observaba tal vez son imaginaciones mías.

Estábamos por volver a la barra cuando me gire Elsa había desaparecido, jodida amiga que tengo, seguro ya se fue a coquetear a alguien.

Matare a Elsa por dejarme sola, que hubiera pasado si me hubieran violado.

Me di la vuelta y había un vaso con agua, dos pastillas y una carta

Astrid, Astrid a ¿Qué horas llegaste a casa? ¿Cuánto bebiste?, te veías muy cansada, supongo que no tomaste mucho por eso has podido llegar a casa sana y salva, ducharte y ponerte un piyama.

Le preguntare a la vecina Maru si ha visto a que hora llegaste, en fin, te tomas las pastillas, te vistes y sales de casa no quiero ver como estas encerradas en tu habitación.

Besos te quiere

MAMA

Tendría que ir hablar con la vecina antes, estaba por levantarme cuando otro recuerdo me azoto.

Estaba encima de una mesa bailando como una stripper, me tape la cara que esta roja como un tomate, como se me ha ocurrido hacer eso, nunca más vuelvo a tomar.

Luego recordé algo más; iba en los brazos de hipo.

¡Demonios! que carajo le dije estando borracha, aunque si lo veo de otro modo supongo que fue él el que me trajo a casa, pero ¿el me baño? ¿el me vistió?

Solo con pensarlo me volví a sonrojar, te calmas Astrid te calmas, me reprendí mental entente.

Y hablando de hipo, recuerdo que él estaba corto de dinero y no creo que haiga conseguido dinero de un día para u otro así que lo voy a ayudar, luego me lo agradecerá.

Me levante y fui al armario para cambiarme de ropa, baje y vi otra nota en el refri

Comida en el micro

Luego de comer todo cogí las llaves, la cartera donde tengo todo, un poco de dinero y salí de casa con rumbo al banco.

Antes de salir vi el reloj de la pared y ya eran las 2, joder enserio que dormí.

(...)

-entiéndame, pero cómo es posible que esté pasando esto, yo no he sacado ni un jodido centavo y ahora me dice que no hay nada en mi cuenta- ¿Por qué? ¿Por qué? Me repetía mentalmente

-Señorita escuche en este caso yo no puedo ayudarla por favor suba y hable con mi gerente, segundo piso tercer cuarto a la derecha

-Gracias-por nada dije en mi cabeza, como me dijo subí y entré a al cuarto.

-Buenos días señorita ¿Le puedo ayudar en algo?

-espero que si- susurre- si, es un problema en mi cuenta

-siéntese por favor - me senté- ahora si cuénteme

-llegue hoy al cajero para sacar un poco de dinero de mi cuenta de ahorros

El drogadicto y la tímida de la claseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora