N/A: Lamento el retraso, sé que no hay excusas, pero créanme he tenido unas semanas muy difíciles, espero puedan comprenderme. Disfruten el capítulo, y como siempre me gustaría conocer sus impresiones, no dejen de comentar, siempre las leo. Un abrazo.
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Ante sus palabras rodeé la silla y me desplomé sobre ella, sentía que el peso del universo había caído sobre mis hombros.
Pensamientos, vivencias, tantas vidas y momentos colisionaron dentro de mi cabeza y la ruidosa explosión me dejó sin fuerzas, aturdido, aletargado, mi espíritu fue turbado con inmensidad, la congoja se adueñó de mí y el pesar pasó a ser parte de mi alma.
Clarión hizo un sonido con su garganta, era más que evidente que trataba de llamar mi atención.
Ese sonido volvió a reverberar en mi apesadumbrado sentido. Tenía mi atención, pero mi cuerpo no colaboraba, seguía derrotado sobre aquella silla, mi cuerpo desparramado sin gracia, mis manos inertes en cada costado, mi mirada hacia la nada, porque frente a mí se presentaba un vacío infinito.
Las palabras de Clarión detonaron en mi cabeza, esa noticia era un peligro para mi raza, y no solo para nosotros, sino para toda la humanidad.
Un demonio procedía de un linaje angelical, pero si Dalaía estaba metida en esto, era una novedad en el inframundo. Algo que ellos buscaban imitar desde hacía mucho tiempo.
-Estás en mi casa, bajo mi autoridad -ni siquiera mi orgullo se inmutó ante aquello, era evidente de que ahora yo era inferior a él, y esas palabras en otro momento hubieran hecho saltar la arrogancia fuera de mí.
-Por tanto he estado investigando -prosiguió en tono sombrío, mas no continuó, su pausa fue deliberadamente extensa y mis ojos le hicieron frente. Estaba llamando mi atención. Bien. Ahora la tenía-. ¿Conoces a una arpía de nombre Salomé?
Mi cuerpo entró en tensión, los músculos de mi cuello se contrajeron produciéndome dolor. Un profundo y tenso silencio llenó la estancia. Dos hombres que una vez compartieron las más sangrientas luchas en las regiones celestes se miraban como si ninguno de los dos deseara proseguir con aquella absurda, difícil y burda conversación.
Mi frente se frunció. Admitirlo frente a Aragón, era alco muy distinto, pero, ¿frente a Clarión?
Jamás.
Por tanto guardé silencio, y un ligero e imperceptible murmullo abandonó a aquel hombre que continuó diciendo:
-Dalaía y Kemuel están investigando, no tienen poder en el abismo, pero hay algo que les resulta perturbador -la tensión aumentó dentro de mí, era como si mi cuerpo anticipará lo malo por acontecer-. Aragón me relató el encuentro que tuviste con aquel ser, y aunque su marca era la de una arpía, en ese momento él no se percató de algo importante, su antigüedad -mi cejo se frunció.
-Es una arpía -denoté con monotonía.
No se necesitaba ser demasiado listo para atinar al hecho de que ellas habitaban la tierra cuando aún estaba desordenada.
-Es evidente -pronunció con desgano- pero, ¿en nuestra escala es el calificativo de antiguo apropiado para 200 años?
Manoseé mis cabellos.
« ¿Qué tenía que ver la maldita arpía en todo esto?».
Suspiré con aburrimiento.
Estaba perdiendo mi tiempo y no me interesaba saber lo que con esa bruja acontecía. Hacía más de un siglo que ella no me interesaba. La había aborrecido. Me quedé en silencio, y ante mi mudez su semblante rezumó suspicacia.
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El beso de un Ángel
ParanormalUn encuentro inesperado marcara sus almas... Labios cálidos, imperiosos, soplando vida. Se deberán tomar las decisiones correctas. Se ha puesto un camino frente a ellos. Vida o muerte. Luz u oscuridad. Tendrán que elegir. La dec...