Capítulo 2 : Nicolás

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Muchos años atrás...

El día de la violación, horas antes de que salieran al carnaval, César y Altagracia habían tenido su primera vez juntos, todo había sido tan lindo y tierno.

Lástima que esa felicidad no les había durado mucho, cuándo toda la tragedia pasó y descubrieron que Altagracia había salido embaraza, la posibilidad rondaba su mente.

Pero cinco asquerosos contra César, el bebé obviamente era de ellos, la sorpresa fue bastante grande el día del nacimiento, luego de que Altagracia saliera del quirófano al realizarse una cesárea, corrió a Yesenia y Lázaro.

La niña lloraba en su cuna, haciendo que la cabeza le estallara de dolor, la anestesia la había dejado más sensible.

No pasó mucho para que la enfermera entrará con otra cuna, colocandola junto a la niña, al principio Altagracia le resto importancia pensaba que venía a llevársela.

- Felicidades -murmura la enfermera cargando a la niña- Tiene dos bebés muy sanos 

- Se está confundiendo -masajea el puente de su nariz- Sólo tuve una niña, el otro debe ser de alguien más cheque en su brazalete y por favor llevatela 

- Pensé que ya se lo habían dicho -mece a la pequeña- Al nacer la niña notamos al segundo, es un niño muy guapo -sonríe

- Genial ahora son dos -suspira

- Dejé la ayudó a sentarse para que pueda verlos -acuesta a Mónica y va- Son muy diferentes sabe -acomoda su almohada- El niño es muy tranquilo prácticamente no llora

- Si se nota la diferencia -dice irónica viendo hacia Mónica que hacía más escándalo- En serio llevatela me está dando dolor de cabeza

- Sólo llora por que quiere los brazos de su madre o está con hambre -se regresa a dónde estaba Mónica

- Pues dale biberón o algo pero callala -suplica

- No es necesario el biberón para eso estás tu -se la acerca- Anda dale pecho, te dejare a ambos aquí -los acomoda- Regreso enseguida -la deja sola

- No quiero dárselo, mierda ya se fue -rueda los ojos- Haz silencio por Dios -carga a Mónica que se calla por un momento pero vuelve a llorar- Cállate, cállate -la acomoda dándole de mamar y ahí se calla por fin

Maldice por lo bajo, sus senos y la herida en su vientre dolían levemente, la habitación por fin estaba en silencio, de apoco su dolor de cabeza se calma, coloca de nuevo a Mónica en la cuna cuándo se queda dormida, al levantar la mirada nota al segundo bebé que se mantenía entretenido con sus dedos.

Sonríe leve cuándo se pega sin querer en la boca haciendo una carita chistosa, curiosa en saber como se veía el niño por completo jala la cuna hacia ella.

El pequeño al sentir el movimiento deja sus deditos para ver a la persona que movía su cuna, al dar con esos ojos verdes apagados y tristes estira su piecito a ella.

Altagracia por su vez se encontraba en transe, no era posible ella había visto fotos de César cuándo bebé, el niño era su copia exacta, con los cachetes regordetes, la boquita rosada y carnosos

El pequeño que pasaría a llamarse Nicolás, levantaba sus manitas pidiendo ser cargado, al no conseguirlo por que su mamá se encontraba buscando alguna diferencia se queja dándose vuelta quedando boca abajo.

- Ey te estaba admirando -lo carga- Te pareces mucho a tu papá -le da de comer mientras mira de reojo a Mónica- Supongo que ella no es hija de César, no tiene nada igual, ni mío siquiera

Al pasar los días, mantuvo al niño ocultó, Regina no era un problema pues la habían mandado a un internado que ella deseaba ir con sus amigas, después de entregarle la bebé a Lázaro y echarlos de su vida junto con Yesenia.

Decidió que se quedaría con el niño, tal vez era una decisión egoísta, ambos niños crecieron en su vientre pero sólo sentía que uno era verdaderamente suyo.

También estaba el factor que era lo único que le quedaba de César, en cambio Mónica era hija de uno de sus violadores, no podía acercarsele ni hacerle un mimo sin recordarlos, en el fondo la quería pues era su hija.

Sólo que el amor no era suficiente para mantenerla a su lado, la mejor solución que encontró fue dársela a Lázaro, el si la amaba por completo, podría darle todo el amor posible a esa pequeña.

Por esa razón no se sintió tan culpable, con el pasar de los meses contrató a Matamoros, quien encantado con el pequeño no dudo en cuidarlo y ser su segundo padre por así decirle.

Pero las cosas cambian, Regina regresaría pronto del internado, sabía que su decisión afectaría un poco a ambas y más por que escogió con quien quedarse.

Ideó un buen plan cuido al niño como pudo siempre, fue a la misma escuela que Isabela aunque le pasaba por años, nunca faltó a ningún acto pues su hijo y sobrina se presentaban el mismo día.

Ahora, la gente no se daba cuenta del apellido? No por que el llevaba el apellido de su padre al principio y de segundo el de Altagracia, sólo llamaban por el primero así que nadie se fijaba.

Con el tiempo el niño creció y creció para convertirse en un hombre guapo, fuerte y talentoso, al enterarse que su abuelo vivía en Roma quiso pasar una temporada allá, hasta que eso se convirtió en años.

Siempre en contacto con su madre, además de los viajes que hacían juntos, pero eso cambió cuándo Altagracia comenzó su venganza y conoció a Saúl, los viajes dejaron de ser frecuentes, las llamadas igual, prácticamente se estaban volviendo a ver.

Y precisamente iban para allá, Nicolás vivía con su abuelo en una mansión bien grande, Altagracia mantenía contacto con el por si un día necesitaba ayuda, pues el momento había llegado.

Y si todo fuera diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora