Capítulo 29 : Novio

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Después de pasar un rato juntos le toca irse a Nicolás, sólo una persona podría quedarse en la habitación y lo justo era que el papá de la criatura se quedará.

Después de una pequeña amenaza a Matamoros de que si algo le pasaba a su mamá el sería el único culpable, se fue, apesar de ser amenazado no sintió en ella odio o rencor por parte de el.

Todo parecía indicar que ya estaba aceptando el hecho de que no seria el único hombre en la vida de Altagracia.

Dejó a Fernando con Antonia quien estaba por lograr invitarle un café y va a la habitación, como en los hospitales se cena temprano, ya la cena estaba frente Altagracia quien no tenía muchas ganas de comer lo que le trajeron.

- Quita esa cara -se sienta en el sillón- Debes comer

- Tu también pero no veo que trajeras algo contigo -toma la cuchara sumergiendola en la sopa

- Ya comí algo afuera, no iba a entrar con comida -ríe- Me la robarias

- Que poca fe me tienes -come- La sopa no sabe taaaan mal pero prefiero la de mi casa -suspira y sigue comiendo

- También te vas a comer el pescado -le avisa

- No -niega rotundamente- Sabes que lo odio, mejor te lo dejó a ti, estás flaco

- No voy a comer lo que te traen a ti -ríe- Y claro que lo harás, ya oiste a la doctora

- Pero vomitare -dice como niña chiquita- De que sirve que me alimente si lo voy a tirar por culpa del innecesario pez aquí presente

- Te lo comes -toma la revista leyendo

- Ti li cimis -rueda los ojos

El sólo ríe mientras ella se termina la sopa, pasa a comer los vegetales que venían con el pescado ignorandolo por completo, espera que Matamoros estuviera bien concentrado en la lectura.

Y toma su gelatina, ni madres se iba a comer al pescado, al agarrar la otra cuchara es descubierta.

- Si no te terminas la cena -le quita la gelatina- No hay postre

- Ay por favor -se queja- Me quitas lo único dulce que comeré mientras esté aquí, eso se llama crueldad

- Lo quieres? Come el pescado y te lo doy -tapa la gelatina dejándola en la mesita

- Ni siquiera sabe tan rica esa mierda -aleja la mesa para comer- Quedatela

- Segura? Parece que es de cereza -dice oliendola

- Y que? Huele bonito pero no sabe igual, además es de hospital, será la dietética que no tiene azúcar -acomoda sus cables

- Te rindes así de rápido por lo único dulce que te darán? -la provoca

- Como te dije -lo ve- No vale la pena -se acuesta prendiendo la tele

- Bien me la comeré yo -la destapa comiendola

- No que no ibas a comer nada de lo que me trajeran? -se cruza de brazos

- Tampoco voy a desperdiciar -da de hombros

- Quien te entiende -niega y bosteza

- Duerme -ríe- Es mejor que descanses el susto fue grande y anoche no dormiste nada

- Esperaré que te acabes mi gelatina para que te acuestes conmigo -se pone de ladito para verlo

- La terminó después si quieres -sugiere

- No hay prisa, come tranquilo, sólo cerrare mis ojitos en lo que te espero -eso hace

- Uhm bien -le da penita viéndola esperar así que deja la gelatina y se acuesta con ella- Estás cómoda? -dice bajo abrazandola

- Ujum -se medio sube sobre el- Y tu?

- También, quien iba a decir que sean cómodas estás camas -besa su cabeza

- En esté hospital lo son por eso lo elegí -ríe

- Sabes en que hospital hay buenas camas? -la ve

- Si voy a pasar días en uno, al menos que sea cómoda no? -sonríe

- No voy a discutir con esa lógica -ríe- Ahora a dormir sandoval -acaricia su cabello

- Buenas noches -se acomoda en su pecho

La mima hasta después de que se queda dormida, en los días que van pasando Nicolás y Matamoros se iban turnando para estar con ella, en lo que el iba a la casa para tomar una ducha y comer algo.

Nicolás se quedaba con ella, contándole como iba todo en la casa y empresa, le preguntaba como se sentía, estuvo en una ecografía viendo a su hermano o hermana por primera vez.

Llegó el día en que por fin se iría a casa, después de 5 días ingresada, volvería a su hogar con buena comida y lo mejor, sin agujas.

- Estás segura que puedes caminar? -la ve tomando su bolso

- Que si -rueda los ojos sonriendo- Matamoros, pase en esa cama por 5 días déjame mover mis piernitas

- Segura -le abre la puerta- Puedo conseguir una silla de ruedas

- Para que -van caminando por el pasillo- Dejaselas a alguien que las necesite

- Bien pero si notas algo inusual, paramos y nos sentamos un rato -toma su mano

- Ay que novio más exagerado -ríe y besa su mejilla

- Novio? -sonríe

- Pues lo somos no? -se detiene- Osea yo asumo que si pero tu no me dijiste nada

- Estaba esperando para proponertelo de una forma decente -confiesa

- Aw -lo ve- No necesito nada

- No pensaba pedirtelo en el pasillo de un hospital -ríe- Quieres ser mi novia??

- Si -sonríe y le da un beso cortó- Vamos a casa, quiero comer rico

- Bien -ríe y salen del hospital

Y si todo fuera diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora