Capítulo 28 : Pescado

476 58 21
                                    

Pasan tres días, Nicolás llegaba a la casa venía por ropa, por ahora estaba en el departamento de Paula, no podía verle a Matamoros sin darle de golpes.

Le extrañó ver bajar con prisa a su abuelo echo un manojo de nervios buscando las llaves que se encontraban en sus manos.

- Pasa algo? -llama su atención

- Que raro que estés por aquí -ve las llaves y toma el bolso de Altagracia que había bajado

- Vine por ropa nada más -lo ve raro- Que haces con el bolso de viaje que usa mamá

- Está en el hospital, le estoy llevando ropa tal vez se quede allí unos días -va a la puerta

- Se puso mal? Que tiene -va tras el

- Anoche le empezó a dar calentura, vómito prácticamente su alma -abre la puerta

- Y te dijeron como está? -lo sigue hasta el coche

- No Nicolás y me preocupa por que ella no puede enfermarse por su estado -mete el bolso

- Voy contigo -sube al asiento de copiloto

- No vayas a buscar pleito oiste -arranca- Te van a meter preso de nuevo y ahora no hay mamá que te saque

- Por que no la llevaron ayer al hospital -se pone el cinturón

- Ya la conoces, vomita todo el tiempo así que nos pareció normal pero algo raro no suele vomitar así y lo de la calentura -prende la señal para girar- Matamoros se dio cuenta en la mañana

- El está durmiendo con ella? -pregunta celoso

- Si no fuera por el, tu mamá ni nos cuenta que se siente mal, así que no empieces que lo único que el está haciendo es cuidarla -lo regaña

- Está bien -rueda los ojos

En el hospital

- Quieres que le llame a la doctora? -sostiene su cabello en lo que ella vomita

- Ya me puso algo en el suero para que me lo corté -se limpia con una servilleta

- Al menos la calentura bajo más, estabas temblando -toma su mano cuando ella se acuesta

- Perdón por no avisarte antes -lo acaricia con el pulgar

- Ayer hacia calor pensaste que sólo estabas caliente por eso -besa su frente- Además ya pasó, estamos aquí y nada malo va a pasarte

- No siento mi brazo -se queja viéndolo

- Baja muy rápido el gotero? Quieres que le llame a una enfermera para que lo frene un poco? -se medio levanta

- No -lo detiene- Es soportable y no me quiero quedar sola, odio los hospitales

- Sería sólo un segundo amor -sonríe

- A ver repite -lo ve boba

- Que -ríe

- Lo de amor, para que me sienta mejor y nos larguemos de aquí -sonríe leve

- Amor, Amor, Amor, Amor -ríe

- Escapemos, andale, nos llevamos el suero si quiere -hace puchero

- Ni se les ocurra -dice Antonia entrando- Te me quedas aquí quietecita dónde yo te pueda vigilar

- No es justo -se queja- Hice todo bien por que me enfermé

- Son los cambios en tu cuerpo -se acerca- Pero hay que nivelarlos para evitar que sea de riesgo para ambos, por eso te vas a quedar -cierra un poco más el gotero- Mejor?

- Si -mueve sus deditos- Por cuantos días me tendrás aquí presa -la ve

- Hasta que la calentura se te quite -le inyecta directo en el suero- Y tengamos certeza de que no te va a regresar si sales del hospital, además estás deshidratada

- Tendré que comer lo que sirven aquí no? -hace una mueca- No me pueden traer comida de mi casa?

- No por que la que se hace aquí, no lleva sal y será puro caldo, frutas, verduras y un poco de carnes sin aceites -toma el expediente

- Dime que pescado no -suplica

- Lo siento pero te toca -ríe- Tal vez a ti no te guste pero le hará bien al bebé, debemos reforzar todo para evitar que te enfermes de nuevo

- Ni modo -suspira- Será pescado -rueda los ojos

- Buena chica -ríe- Cualquier cosa Matamoros, ahí hay un botón, tocalo por sí notas algo extraño o ella no se siente bien -sonríe y se va

- Me vas a tener que avisar si algo anda mal -la ve

- Lo haré no te preocupes -le hace espacio- Deja ese sillón y acuestate conmigo

- Necesitas comodidad, el espacio está chiquito -acaricia su pelo

- Mejor aún, así me abrazas, subo mi piernita arriba de ti y te uso como almohada -ríe- Es el plan perfecto

- Si estás incómoda me avisas y vuelvo al sillón -se acuesta a su lado

- Andas mandon por ahora -lo abraza

- Me preocupas pues -besa su cabeza- Y no me dices nada

- Ay por Dios -sonríe- Que hombre más preocupon me saliste

- Sólo con lo que es importante para mi -la mima

- Soy importante para ti? -lo ve

- Mucho -sonríe- Bueno lo son -acaricia su vientre

- Permisoooo -abre la puerta Fernando- Se puede? Ohs ya hasta tienes color en la cara -sonríe

- Si la medicina está haciendo efecto por fin, me trajiste comida? -ríe

- Ehhh no, se me pasó pero te traje ropa y a tu hijo necio, celoso que te ama mucho -abre más la puerta- Ven Matamoros vamos por un juguito está nos dio un puto susto

- Cualquier cosa estoy en el celular -besa su cabeza y va con Fernando

- Tiene enfermeras que cuidan de ella calmate -le pega y se van cerrando la puerta

- Ya te sientes mejor? -se sienta en el sillón- Tu y el bebé están bien?

- Primero ven a darme un abrazo -abre los brazos y el va

- Perdón por como te trate hace unos días -la abraza a el- Sólo que antes yo cuidaba de ti, no estoy acostumbrado a que alguien más lo haga

- Ay mi corazón -ríe- Tu eres mi primer amor por siempre y puedes cuidarme cuándo quieras -soba su espalda

- Entonces puedo regresar a la casa y ver esas series que tanto te gustan? -ríe

- Nada me pondría más feliz, sólo no te agarres con Matamoros si? Odiense como las mujeres, en silencio -se separa acariciando su mejilla

- Está bien, Pero sólo lo hago por ti que quede claro -vuelve a abrazarla

Y si todo fuera diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora