Capítulo 5 : Mandona

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Las manos de Matamoros bajan tímidas a su cintura, en lo que ella devoraba su boca removiendose sobre el buscando excitarlo.

De apoco Altagracia se va haciendo para atrás logrando que el se fuera con ella quedando encima suya, sus lenguas se tocan tratando de que las ganas entre ambos bajarán de intensidad.

Pero eso sólo provocó más calor en ambos, la ropa empezó a estorbar terminando en el piso amontonada, empieza a pasar las manos por sobre la ropa interior de Altagracia jalandola hasta arrancarsela.

Al quedar ambos desnudos Matamoros se toma unos segundos para admirarla, no mucho ella lo deja abajo besandolo en lo que se unen.

Al amanecer la luz de la mañana les llega a la cara haciendo que se despierten, Altagracia se gira dando de cara con Matamoros, observa su pecho desnudo y directamente se cubre el rostro.

- Hay no Altagracia que hiciste -masajea su cabeza que estaba por estallar- Matamoros -lo mueve

- Uhm -abraza la almohada

- Despierta y vístete -le pega con la almohada

- Siempre tierna tu -se queja poniéndose el boxer

- Lo sé -ríe- Anda ve a tu cuarto que van a sospechar -le mira el trasero- Aunque

- Qué -se voltea viéndola

- Puedes quedarte un ratito más -muerde su labio

- Quieres que me quedé? -se sienta frente a ella

- Pues si no haces ruido -se acerca a el haciendo que la sábana resbale- Y te portas mal conmigo en la cama -besa su cuello

- No suena mal la propuesta -la deja abajo- Pero la que hace ruido es otra -la besa

Un rato después Matamoros sale de su cuarto despeinado y sin camisa, sólo con el pantalón y los zapatos en las manos, mira para los lados para luego correr a su cuarto.

Y así toda la semana, el humor de Altagracia había mejorado bastante desde que llegaron a Roma, el único que sabía de su relación en la cama era Fernando, quien le encantaba molestar a Altagracia con eso.

- A ver devoradora de empleados -ríe- Prepara tus cosas te vas a la hacienda con tu hijo

- Déjame en paz -se queja- Y para que? Alguna ocasión especial o que

- Pues como te la pasas, desayunandote, almorzandote y cenandote a tu guardaespaldas y chofer, tu hijo quiere llevarte para allá -sonríe

- Bien iré -toma el periódico enrollandolo- Siguele ventilando mi intimidad y vas a ver -le pega

- El que la ventila es otro mi cielo -estalla en risas

- Cállate -le vuelve a pegar

- Por cierto puedes llevar a tu... -piensa- Cómo le llamas?

- Yaaaaaa -rueda los ojos- Consiguete alguien que te ayude rápido -se levanta

- Ujum trata de no hacer mucho ruido en la hacienda hay eco -se burla

- Vete a la mierda -grita

Sube al cuarto a preparar un bolso pequeño unas horas pasan y van a la hacienda, Matamoros los llevaba, había un poco de silencio pero se quiebra en lo que hacen conversación.

Al llegar se instalan y Altagracia se entera que su querida nuera también estaría allí, empieza a caminar por el cuarto balbuseando enojada en lo que Matamoros la veía sentado en la cama.

- Calmate, te vas a marear Altagracia -se acuesta

- Pero por que la trajo -se queja

- Será por que prometiste conocerla mejor? -ríe

- Mierda yo y mi bocota -se le sube encima

- Pues si ahora te aguantas -ríe acariciando su mejilla

- No quiero -esconde el rostro en su cuello

- Tu hijo puede entrar en cualquier momento -acaricia su espalda

- Que se enteré -da de hombros- El está con su novia no?

- Si tu dices -ríe- No creés que se enojé?

- Por que lo haría -lo ve

- Por que soy el tío Matamoros? El guardaespaldas de su mamá -le dice obvio 

- El no tiene por que decir nada -juega con su barba- Es mi vida, así como el está con Paula y yo no digo nada

- Frente a el -la corrige- Todos sabemos que no te agrada la chica -ríe

- Bueno son detalles, mi punto es que el tampoco puede decirlo, si se quiere quejar está su abuelo -acuesta la cabeza en su pecho 

- Bueno -ríe

- Abrazame no? Estoy aquí bien pegadita a ti y ni me abrazas -se queja

- Ya mandona -ríe y la abraza besando su cabeza

Y si todo fuera diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora