Y si todo fuera diferente

Capítulo 8 : Babosa

La picazón se fue gracias a jebus, en esos tres días que pasaron en la hacienda, la fiesta se llevó en paz por Nico, sólo por que estaba pegado a ambas.

Al regresar a la casa, Paula le dio un buen beso a Nico frente a Altagracia, haciéndola voltear la mirada y hacer muecas de asco.

Si ambas bien infantiles pero bueno, navidad estaba cerca, Fernando en un intento de que nuera y suegra se llevarán bien.

Organizó una actividad para ambas, escoger y probar la comida para ese día, como Altagracia sería inocente para esa fecha podían hacer una buena fiesta.

Lo que Fernando no sabía, es que ambas estaban en plena guerra, el territorio a conquistar y defender era el muchachito carita de Ángel violable.

Está vez le tocaba a Paula dar el golpe y claro, venía preparada, en lo que Altagracia bajaba la guardia discutiendo con Fernando sobre el color de las servilletas y los cubiertos que se usarían.

Ella saca una jeringa, lo que había en ella era el líquido de una de esas pastillas para adormecer la garganta cuándo tienes bastante tos.

Pero no iba a adormecer la garganta de su querida suegra, no no no, sería la boca, pincha la carne dejando que el líquido quedará dentro, tapa el sabor con más salsa y listo.

No había problema ya que los tres probarían cosas diferentes, ahora sólo quedaba esperar que trajeran los platos.

- Entonces servilletas blancas cascarón y cubiertos de plata -concuerda Fernando con ella

- Exactamente -bebe de su copa

- Y que bebidas les serviremos -la ve

- Deja comer y luego seguimos viendo -dice al ver que ya traían los platos

- Ahg bien, Pero que no se te olvide -se hace para atrás dándole pasó a la cocinera

- A mi no se me olvida nada -rueda los ojos

- Ujum, difiero contigo está vez -come

- Qué novedad -finge sorpresa cortando la carne

Paula se mantenía en silencio viendo con disimulo a Altagracia, en lo que se llevaba la ensalada a la boca checando que el líquido de la carne no se saliera del todo.

Se pone nerviosa cuándo llega al pedazo con el medicamento, en serio era una buena idea? Pensó en hacerse para atrás pero ya era tarde además ella no empezó la guerra, la carne estaba en su boca.

Altagracia hace una mueca, el sabor definitivamente estaba raro, pero siguió masticando, la lengua le empezó a cosquillear, esto era más raro aún, al tragar siente un sabor amargó.

Casi no podía mover la lengua y la saliva se juntaba en su boca, levanta la cabeza viendo a Paula que tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Ahí lo supo, esa culicagada le puso algo a la comida, Fernando hablaba y hablaba tratando de hacerle conversación a Altagracia.

Quien asentía o negaba con la servilleta en la boca, la saliva se le empezaba a escurrir de la boca, si seguía ahí por un momento más iba a pasar por una vergüenza terrible.

- Estás bien? -la ve Fernando- Nuca te quedas tanto tiempo callada

- Debo -se cubre con la servilleta cuando la saliva se le escurre- irme -no se le entendía

- Qué? No te entiendo -ríe Fernando- Habla más fuerte Altagracia o te comió la lengua el ratón

- Fue una víbora -como si de una catarata se tratase la baba sale

- Ay que viste o que -le pasa otra servilleta Fernando- Mi mantel Altagracia

- Vas a ver -mira a Paula y sale yéndose a lavar

- Que está pasando aquí -la ve

- Ella empezó -da de hombros

- Ay no -niega- Nicolás lo sabe?

- No esto es entre ella y yo -sonríe- Iré a ver si no se resbaló con su baba -ríe y la va a buscar

Altagracia había ido a su cuarto, estaba en el baño cepillando su lengua, tratando de hacerla reaccionar pero como que no estaba funcionando.

Paula se le queda viendo desde la puerta, era gracioso verla quejarse mientras la baba bajaba, esto valía las horas dolorosas del polvo pica pica.

- Parece que tu veneno te jugó una mala pasada -sonríe

- Esto fue golpe bajó -escupe

- Lo tuyo también así que no chilles -rueda los ojos- Todavía tengo que ponerme crema para lo de las ronchas

- Ah que bien recuerda que también las tengo -cada que se limpiaba salía más baba- Que asco

- Mira que fui buena, el efecto sólo va a durar dos horas -ríe- Mejor no comas ni beses a nadie, chau suegrita -la deja sola

La primera hora fue desesperante, tuvo que ponerse un plato de cereal bajo el mentón para que la baba no mojara las sábanas.

La espalda le dolía por estar apoyada en la cabecera de la cama pero no se podía acostar o la baja le llegaría al cuello.

Matamoros entra al cuarto, no entiende el por que del plato hasta que nota la baba y se empieza a reír haciendo que ella lo mirará.

- No le veo el chiste -arrastra las palabras

- Por que tan babosa hoy -se sienta a su lado riendo

- Ja ja imbécil -rueda los ojos

- Fuiste al dentista? Por eso traes dormida la boca o que -intenta no reírse

- Paula -es lo único que dice

- Entonces la guerra sigue eh -ríe- Cuál será tu siguiente movimiento?

- Espera y verás -al hablar escupe más baba y Matamoros se muere de la risa