Capítulo 3 : El abuelo

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Luego de muchísimas pero muchísimas horas en el avión, por fin aterrizan en Roma, era de tarde cuándo llegaron, una camioneta los esperaba afuera, el chofer los ayudó con las maletas y les dio un mini Tour en lo que iban a la casa.

Al llegar son recibidos por la amistosa ama de llaves, que enseguida simpatiza con Altagracia, al ver el vendaje en su brazo su preocupa encargándose de llevar su bolso, aunque no era nada pesado.

Estaba muy agradecida con Altagracia, verán el abuelo de Nicolás había estado por muchos años sólo, prácticamente estaba desarrollando un cuadro leve de depresión, pero ahí recibió la noticia de que era abuelo de un niño de tres años.

La señora nunca había visto tan contento a su patrón y aún más cuándo su nieto se vino a vivir para acá, además Nicolás le dio vida a la casa, tenía ese toque hogareño.

En lo que la señora le explicaba más o menos dónde quedaba todo, el señor Fernando o abuelo sale del gimnasio, dando de cara con sus visitas.

Coloca una sonrisa de felicidad en su rostro y se encamina a ellos, saludando primeramente a su nieto para luego quedarse viendo a Altagracia, los años no parecían afectarle.

- No puedo creér que sigas igual de hermosa que siempre -la abraza- Es bueno volverte a ver

- Ay lo mismo digo -sonríe- Pero mira que guapo estás, alguna mujer por ahí -indaga con un tono algo picoso- Por que tan guapo y musculoso eh

- Todavía ninguna, espero llamar la atención de alguna -ríe- Pero vamos los ayudaré a instalarse, ven Matamoros tu también, no dejaré que vayas al cuarto de servicio como la última vez

- Don Fernando soy un empleado entienda -repite por enésima vez

- Pamplinas, eres mi invitado, sube tu trasero por esas escaleras quieres -lo medio empuja

En lo que se acomodaban en sus cuartos, Fernando mandaba preparar alguna coda leve para comer y así no dejar de lado la cena, además de empezar a revertir el problema de Altagracia.

No quería a la madre de su nieto en la cárcel, el era una víctima como ella, ambos perdieron a personas importantes en manos de esos animales.

- Quieres que le llamé a un doctor? -ve su brazo preocupado

- No es necesario Fernando mañana iré -acomoda su venda

- Segura? Tengo un amigo médico que puede venir si lo llamó -ofrece

- Estoy bien, calma -ríe

- No quieres una copa? -sirve el vino

- A ver que pasa -deja de lado los tentempiés

- Toma la copa primero -se la da

- Ya me asustaste -la aleja

- En serio mejor tomatela -el toma de la suya

- Por que -se acomoda en la silla

El timbre suena llamando la atención de ambos, Nicolás baja todo trajeado, Fernando se sirve más vino.

Altagracia se levanta yendo a la sala para curiosear, Fernando va tras ella tomandola de los hombros.

Ven a Nicolás llegar a la puerta, acomoda el saco del traje y abre la puerta, una mujer muy bonita aparece detrás de esta, ambos se abrazan y dan un beso en la mejilla dejando perpleja a Altagracia.

La muchacha era delgada, el cabello largo café tirando al rubio, ojos cafés oscuros, labios carnosos y rosados.

- Quién es ella -se gira viendo a Fernando

- Vas a querer la botella o sólo una copa bien cargada -levanta ambas

- Quién es y por que abraza a mi hijo de esa manera -susurra medio gritando

- Si sólo te molestas por el abrazo es mejor que no voltees ahora -advierte

- Por que -se gira enseguida apoyándose en el marco de la puerta al verlos besándose- No, no, no, eso no -se recompone con intenciones de ir

- A dónde piensas que vas -la trae a la cocina de nuevo

- Se está tragando a mi hijo -dice obvia

- Altagracia el ya está grande tiene 20, no vayas a interferir -suplica

- Es mi bebé -se queja

- Tu bebé ya creció -rueda los ojos

- Pero -piensa algo para seguir discutiendole- Es mi bebé

- Y no va a dejar de serlo -ríe- Paula es una buena muchacha

- Mentira ella se lo va a llevar -suspira- Me quedaré sin mi nene

- Altagracia ya creció -la toma de los hombros- Ya no es un nene o un bebé

- Para mi lo es -hace un puchero

- Pues hazte a la idea por que es su novia -le suelta de sopetón

- Nooooooo -se tira al piso- Por queeeeee

- Ay por Dios que dramática está mujer -niega

- Mi bebé -llora- No es justo, el es mío

- Si, tuyo de ti, lo sé, lo sé -la consuela

Y si todo fuera diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora