V. Placentero

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Ross

Tengo que admitirlo, Laura se veía demasiado bien en pantalones cortos y top. No era precisamente un castigo para la vista.

— ¿No es preciosa? — pregunta una voz a mi lado mientras espero a que Laura se termine de bañar, ya se había ido hace un rato.

— Supongo... — murmuro.

— Oh, vamos. Lo sabes. ¿Ya te has acostado con ella, verdad?

Lo miro confundido pero no llego a responder ya que Laura se acerca a mi bebiendo agua.

— Hola, Ross. — me saluda sonriendo, ignorando completamente al hombre que estaba a mi lado. — ¿Vamos a buscar a Jade?

— ¿No me saludarás, Laura? — le pregunta él sonriendo de lado.

— No. Dije que me dejaras en paz. ¿Cómo incluso sabías que estaría aquí?

— Simplemente una cita... ¿Por qué no?

Ella parece sorprendida ante la pregunta y sin una escapatoria, así que decido salvarla.

— Porque es mi novia. — digo abrazándola por la cintura.

— ¿Ah si? Hace cinco minutos atrás no te parecía muy linda.

Mierda.

— Por supuesto que me parece hermosa, solo que no voy hablando sobre ello con todo el mundo. — respondo.

— ¿Laura?

— Ya lo has escuchado.

— ¡Es solo una cita! Ni siquiera es tu novio, tú no tienes uno.

Entonces, hago la cosa más estúpida y placentera. Coloco mis manos a ambos costados de su cintura atrayéndola hacia mi para luego juntar sus labios con los mios. El beso es lento pero en cuanto Laura me corresponde, la apreto a mi cuerpo y profundizo el beso. Es tan chica entre mis brazos que te hace querer tenerla allí para siempre.

Cuando me separo, el hombre ya no está y un silencio incómodo se instala entre nosotros.

— Vamos a buscar a Jade... — murmura ella sonrojada.

Laura hoy había trabajado medio turno y yo tenía el día libre así que le propuse ir a cenar con Jade luego de ir a buscarla al colegio, ella aceptó encantada pero tenía clases de no se que mierda ese día asi que vine a recogerla. Ya no estaba con su top ni su pantalón corto, estaba con unos vaqueros y su camisa. Su vestimenta típica.


— ¿Cómo ha estado Jade? — me pregunta rompiendo el silencio en el que estábamos hace veinte minutos durante el viaje.

— Muy bien, habla de ti la mayoría del tiempo. ¿Quieres empezar a salir con ella a solas? Ha pasado un mes y ya se ha acostumbrado a tu presencia.

— Si, cree que soy tu novia. — dice riendo. — No le voy a decir que soy su madre, al menos no aún. Quiero tener una relación más fuerte con ella antes de siquiera mencionarlo.

— Me parece bien. Yo no le diré nada, es tu asunto.

— En serio muchísimas gracias por todo lo que haces, gracias a ti Jade me quiere y puedo pasar tiempo con mi hija. Eres un gran hombre, Ross.

Le sonrío rápidamente antes de volver a mirar hacia el frente. — No eres tan mala como lo pensé. Habrías sido una excelente mamá, Jade te adora.

— Creo que mi padre tenía razón pero tendría que haberlo intentado de todas formas. Me arrepentiré toda mi vida.

— Ahora la tienes.

— Soy una extraña, la novia que quiere para su padre.

— Bueno, ella no quiere a nadie como mi pareja. Algo bien estás haciendo.

Laura rueda los ojos riendo y yo estaciono el auto para después abrirle la puerta. Cuando Jade nos ve, viene corriendo hacia nosotros y nos abraza con fuerza.

— ¡Hola, papá! ¡Hola, Laura! — nos saluda sonriendo ampliamente. — Laura, ¡te he extrañado mucho!

— Yo a ti, cariño. Escucha... Este fin de semana tengo una fiesta, ¿quieres ir conmigo a comprar ropa y a ayudarme a elegir un vestido? — le pregunta.

— ¡Si si si si! ¿Tienes una cita?

— No, voy sola. Siempre ha sido así. — responde riendo y Jade me mira sonriendo ampliamente.

— Papá puede ser tu cita. — sugiere.

— Yo... No creo que sea una buena idea... Además debe tener cosas para hacer. — murmura Laura.

Y en ese momento me lo cuestiono... ¿Por qué no? Puedo ser amigo de ella.

— Pasaré a recogerte a las ocho. — le hago saber guiñándole el ojo y me mira sorprendida mientras que Jade sonríe como el gato de Alicia en el pais de las maravillas.

— ¿En serio irás?

— ¿Por qué no? Es mejor ir acompañada a esos eventos, tienes con quien hablar y en donde refugiarte en cuanto alguien se ponga molesto. En plan de amigos. — aclaro.

— Oh, si... Claro... ¿Vamos?

La miro confundido ante su reacción pero no me da tiempo para contestar ya que se dirige al auto.

Jade niega la cabeza mirándome enojada. — Eres un tonto, papá. — me hace saber para después ir detrás de Laura.

¿Ahora qué he hecho? Jamás entendería a estas dos castañas.

Under the same Roof | RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora