XX. Posibilidades

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Laura

Mi mirada van desde unos ojos azules hacia unos cálidos ojos avellana. Espero a que alguien hable, pero solo se fulminan con la mirada en una pelea privada de testosterona.

Hombres.

Miro a las dos mujeres que hablan entre ellas mientras miran a Gabriel y se ríen estúpidamente. Parecen comentar algo, luego me miran a mi y me fulminan con la mirada.

— ¿Te has acostado con esas dos, verdad? — le pregunto a mi ex profesor rompiendo el silencio.

Gabriel se voltea y vuelve a mirarme sonriendo de lado. — Gemí tu nombre cuando llegué al orgasmo con la rubia. Recordé esa vez que tú... — comienza a decir pero lo interrumpo.

— ¡No interesa! — exclamo. Joder, hubiera preferido quedarme callada.

Ross se tensa a mi lado y yo pongo mi mano en su rodilla para tranquilizarlo. Lo amo a él ahora, no a Gabriel.

— ¿Podemos hablar sobre Jade?

— Dijiste que habías abortado, ahora resulta que todo este tiempo tuve una hija y ni siquiera lo supe.  Actuaste como una puta colegiala y te marchaste cuando te enteraste del papel que jugabas en mi vida, creía que eras más madura. Solo querías que te follaran como se debe y lo sigues queriendo, ¿no es así? Lo has demostrado cuando te acostaste conmigo ese día y gemías placenteramente. Nadie conoce tu cuerpo como yo lo hago, nadie te lleva tan alto y mucho menos nadie puede lograr volverte loca de placer. Tengo que admitirlo, has sido el polvo de mi vida. — dice en voz baja mirándome de manera lasciva.

Mis ojos se llenan de lágrimas ante sus sucias palabras y la verdad es que me asusta el hombre que tengo sentado en frente mio. Antes de que pudiera contestar, siento una silla moverse y de repente Ross se abalanza hacia Gabriel para molerlo a palos.

¡Oh, joder!

— ¡Dile algo más y juro que terminaré con tu vida, jodido imbecil! — le grita. — Aléjate de Jade. Aléjate de Laura. ¡Aléjate de mis chicas! Ninguna de las dos te necesita. Vete a la maldita mierda.

Me acerco a Ross y lo alejo de Gabriel como puedo con la ayuda de algunos camareros. Gabriel se incorpora y lo fulmina con la mirada.

— Antes de que siquiera llegaran a ser tuyas, me pertenecían. Lo siguen haciendo. Esto no quedará así.

— Jade no quiere saber nada de ti, yo soy su padre. Laura te detesta, es a mi a quien ama. Señor, deje de andar detrás de una joven y busque a alguna señora solitaria en un asilo. Sal de nuestras vidas porque te arrepentirás. No jodas con mi familia. — responde Ross con una mirada que hasta a mi me da miedo. Jamás lo había visto así.

La mirada de Gabriel cae en mi y me mira de arriba a abajo. — Cuídate. — murmura para después irse.

Suelto un suspiro y Ross respira agitado.

— Yo... Yo... — intenta decir pero niega con la cabeza, me acerco a él y rodeo su cuello con mis brazos para después besarlo con dulzura.

— Gracias... — murmuro sonriendo.

Ross suspira y me corresponde el beso acercándome más a él.

— ¿Estás bien? — me pregunta.

— Ahora que tú me estás abrazando mientras me besas, estoy perfecta. Descuida, Ross... Estoy bien. — lo tranquilizo.

— De acuerdo... No quiere a Jade, te quiere a ti. Quiere una familia contigo.

— No la tendrá. Vamos a buscar a nuestra hija. — le digo y recalco la palabra "nuestra".




— ¡Mami! — grita emocionada y feliz mi hija cuando me ve ingresar a la casa de los padres de Ross. — ¡Has vuelto! Te he extrañado mucho.

Sonrío con lágrimas en los ojos y la alzo en brazos para después abrazarla con fuerza.

— Yo a ti, princesa... ¿Cómo has estado?

— Mal. — dice haciendo puchero. — Con papi te hemos extrañado.

— Yo a ustedes, descuida... Pasaremos tiempo juntos.

— ¿Seguirás siendo la novia? No quiero a Courtney y a su estúpido bebé.

— ¡Jade! — la regaño suavemente. — Es la pareja de tu padre y tu hermanito... No seas así con ellos.

— No quiero un hermanito de ellos, quería un hermanito de parte tuya y papá.

— Lo siento, cariño... Pero eso no será posible.

Ross estaba hablando con sus padres así que éramos solo Jade y yo ahora mismo. Cuando termino de decir aquella frase, las ganas de vomitar se hacen presentes y corro al baño.

— ¿Estás bien? — pregunta Ross cuando termino, ingresando al baño y mirándome preocupado.

— Yo creo que si será posible... — murmura Jade sonriendo pícaramente.

Sinceramente, creo que la vida me odia.






Under the same Roof | RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora