XIII. Día de la Madre.

964 113 35
                                    

Laura

— ¿Estás viviendo con el padre de tu hija? — pregunta Lydia mientras me sirve café y yo le doy una sonrisa a modo de agradecimiento.

— No es Gabriel, es Ross.

— ¿Y qué ha pasado con tu caliente profesor?

— Nada, estoy algo confundida... — murmuro negando con la cabeza. — Es tan... complicado todo. Creo que estoy empezando a tener sentimientos por Ross, pero está mal porque por más que no quiera aceptarlo... Tiene novia. Tal vez no la quiera, pero sigue con ella y no pienso cometer el mismo error. Al principio, un beso o dos estaba bien... simplemente me parecía caliente. Pero ahora... es mucho más. Y no se que hacer, yo no le gusto y tiene novia. Duele saber que quiere a otra mientras que yo soy la que cuida de él todo el día y lo hace reir. Es como si... no me valorara.

— Laura, cariño...

— Soy una idiota, ¿verdad? Me enamoré de un hombre con otra mujer en su vida nuevamente y siempre salgo lastimada. Estoy tan cansada... Gabriel no deja de insistir, Seth quiere una cita y Ross no me mira como yo deseara que lo hiciera. Ya no se que hacer, he sido amable, comprensiva y tierna... Pero nada resulta. Le parezco fea a pesar de que hago ejercicios desde que tengo memoria, no le atraigo en absoluto. A veces tiene sus arranques, pero creo que es simplemente por la abstinencia. Ya no se que hacer...

— No puedo decirte como sentirte al respecto o que hacer, no conozco a Ross en absoluto. Pero creo que siente lo mismo que tú, no te lo digo por ser tu madrastra... Te lo digo porque no hay manera de que no le gustes a un hombre, puedes comprobarlo por ti misma. Gabriel, Seth, Mason... Todos en algún momento de sus vidas sintieron algo por ti. Eres una mujer hermosa, tanto por dentro como por afuera y si Ross no es capaz de ver eso entonces es un idiota. Pero créeme que sus arranques no son por abstinencia, tiene sentimientos por ti y no sabe como enfrentarlos. Tu padre era igual, con ese miedo a perderme hemos estado dando vueltas como por un año y sinceramente iba a rendirme, pero no lo hice... Todo hombre merece ser amado, merece tener a una persona a su lado que lo cuide y lo ame como se lo merece. No importa si tienen muchos problemas o defectos, los buenos hombres siempre dejan entrever que su corazón es noble y que tienen miedo a enamorarse por miedo a perder a esa persona. Enamorarse a veces es una mierda, tú no sabes cuando terminará y de qué manera, un día estás con esa persona sintiéndote pleno y al día siguiente todo termina y tú quedas destrozado. No quiere a Courtney, créeme. Así que, Laura, lucha por ese hombre porque nadie merece más tu amor que él. — me dice y yo siento mis ojos llenos de lágrimas.

— Gracias, Lydia... — susurro llorando para después abrazarla.

Lydia solía ser muy superficial y egoísta, pero siempre había sido una buena persona. Ella había cambiado, se adaptó a la nueva vida que llevaba y cambió. Estaba agradecida por ello.

— Oye, creo que deberías ir yendo. Han quedado mucho tiempo a solas tu hija y Ross.

— Mierda... Es verdad. ¡Mándale saludos a mi papá! — exclamo mientras agarro mi bolso y mis llaves.

— De acuerdo. Y Laura...

Me volteo para verla. — ¿Si?

— Siento mucho lo que ha pasado hace unos años con Jade, realmente lo siento... Yo no sabía. Lo juro.

— No importa. Te lo agradezco, ha encontrado a Ross gracias a ello. — la tranquilizo sonriendo para después irme.



Mientras estoy manejando, suena mi celular y pongo el manos libres sin ver el número.

— ¡Hola! Ya estoy yendo. — digo pensando que puede ser Ross.

— ¿Quieres que te lleve los papeles del divorcio? ¡Realmente la he dejado!

Under the same Roof | RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora