IX. Deseo

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Laura

— ¡Baby you light up my world like nobody else
The way that you flip your hair gets me overwhelmed! — canto sobre el sofá utilizando un cepillo como microfono.

—¡But when you smile at the ground it ain't hard to tell
You don't know, oh oh
You don't know you're beautiful! — sigue Jade riendo.

Para ser las ocho de la mañana, nosotras teníamos energía de sobra.

—  If only you saw what I can see
You'll understand why I want you so desperately
Right now I'm looking at you and I can't believe
You don't know, oh oh
You don't know you're beautiful, oh oh
You don't know you're beautiful, oh oh
That's what makes you beautiful... — cantamos las dos gritando para luego reirnos.

— Mierda, estoy llegando tarde... — murmuro aún riendo con Jade acostada arriba mio.

— ¿No puedes decir que estás enferma? Me gusta estar contigo.

Sonrío ampliamente. — ¿Lo hago?

Mi hija me está pidiendo tiempo con ella, lo dejaría todo por al menos cinco segundos más con Jade. De todas formas, no necesitaba el dinero.

— ¡Si! Podemos preparar un desayuno juntas. Hoy regresa papá con Courtney, tenemos que disfrutar nuestra paz.

— ¿Cómo es que llegaron a ser novios? No sabía de la existencia de ella.

— La conocí unos días antes de que papá tuviera el accidente, me molestó mucho. Parece ser mala y yo no le agrado... Luego no la trajo más y a ti no te había visto así que no pude decirte. Tenía la esperanza de que tal vez tú seas como Giselle y lo enamoraras, así él la dejaría.

Jade tenía que dejar de ver "Encantada". Era típico de la edad creer que todo es un cuento de hadas y yo no pensaba arruinar su ilusión.

— No te puedo prometer aquello... Pero no la trates mal. Es la mujer que eligió tu papá, Jade. No debes meterte en cosas de adultos, cariño... Disfruta de tu niñez.

— ¡Pero te ha insultado! Nadie puede insultarte. Si se meten contigo, se meten conmigo también.

Río suavemente y beso su frente. — Sé defenderme sola, princesa. Lo mejor que puedes hacer es ignorar a las personas que hablan mal sobre ti, créeme.

— Pero no te lo mereces... Eres dulce y buena.

— ¿Sabes? Yo tengo una madrastra. Mi madre murió cuando tenía dos años y mi padre se casó con otra mujer cuando tenía seis, al principio no la quería pero luego me di cuenta de que no era tan desagradable. Bueno... Ahora no se que pensar sobre ella... Pero el punto es que deberías darle una oportunidad.

— No la quiero como madrastra. Te quiero a ti. Me gustaría que fueras mi mamá, la mia me abandonó cuando era bebé... Tú jamás lo harías.

— Tal vez tu mamá no quiso dejarte... — murmuro en voz baja.

 — Ella no me quiso, no quiero saber nada con ella. Preferiría pasar un día entero con la tonta de Courtney.

Sinceramente, tengo ganas de llorar pero me obligo a sonreir levemente y la abrazo con fuerza.

— No te dejaré... — le prometo.

Y esta vez lo decía en serio. Tendrían que matarme si me querían lejos de Jade. No volvería a abandonarla.

— Señorita Marano, puede irse a su casa. — dice mi jefe y yo asiento sonriendo.

— De acuerdo. Que tenga una buena noche.

Under the same Roof | RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora