XV. Abstinencia

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¡I'm back! Al fin terminé mi semana llena de pruebas asi que solo me queda esperar mis notas. Tal vez haga una maratón para compensarles la espera, no se si este fin de semana.

Ross

— ¿Soy la única que no le ve sentido a esta película? — pregunta mi chica acostada en mi pecho. — Solo corren.

— ¡La supervivencia! — exclama Rydel emocionada. Adora esta película.

— Y corren. Ya con solo verlos, las ganas de correr se me van.

— Es por eso que jamás serías elegida.

— Púdrete, Ellington.

Río y la beso dulcemente, ella me corresponde el beso acariciando mi mejilla. Jade aún no sabía de nosotros así que aprovechábamos que ella dormía para estar así.

— Oye, deja a mi hermana. — dice Ellington. — La manito. Afuera de su cintura.

Me separo de Laura y lo miro divertido. — No sabía que eras protector con ella.

— Por supuesto que si.

— ¡Que no somos hermanos! — exclama mi chica.

— Pero yo te quiero como a una hermana así que cállate y déjame cumplir mi rol.

— ¿Me quieres como a una...? Bien. De acuerdo. Pero, ¿puedo besarlo?

— No. Vean la película como personas civilizadas, aprendan de Rydel y yo. Hasta con hormonas de embarazada sabe comportarse.

— En realidad, no te besa porque sabe que te romperé la cara en cuanto pongas una mano en mi hermana.

Laura gime exasperada. — ¿No se dan cuenta que estar los cuatro juntos no resulta y lo seguimos haciendo? Ross, déjala que haga lo que quiera. Ellington, déjame hacer lo que quiera, de todas formas no tendré sexo hasta el matrimonio.

Me incorporo y la miro sorprendido. — Disculpa, ¿qué?

— No tendré sexo hasta el matrimonio... — murmura.

— Creo que esta es la peor noticia que ha recibido Ross en toda su vida. — dice mi hermana divertida.

— ¿Cuándo pensabas decírmelo?

¿Cómo soportaría no ir a mayores con ella? Creo que sería la tarea más dificil de toda mi vida, ser padre único era más fácil.

— Lo siento, me olvidé. De todas formas, ¿qué importa? Me quieres a mi, no a mi cuerpo.

Al parecer malinterpreta mi silencio, pero en realidad yo estaba pensando en por qué ha decidido eso.

— ¡Me quieres por mi cuerpo! — exclama enojada. — ¿No hay un maldito hombre que no me quiera por eso? Seth, Gabriel... Tú. Si fuera una zorra y una perra con todo el mundo, lo aceptaría, pero soy buena persona. ¿Eso no importa? ¿Por qué basan todo en el sexo? Y ya sé como terminará esto, tú acostándote con otra a mis espaldas mientras esperas el momento para pedirme matrimonio, ¿sabes por qué? Porque en realidad te interesa el sexo.

¿Qué?

— A mi no me interesa el...

— No quiero escucharte. — dice para después irse a su habitación.

— La he jodido. ¿Verdad? — le pregunto a Ellington y él suelta un suspiro.

— No has sido tú, ha sido Gabriel. Dale su tiempo, lo superó pero cree que no tiene nada más que su cuerpo para conquistar a un hombre. Gabriel no la amaba, jamás lo hizo, pero ella llegó a enamorarse a pesar de que ahora lo niegue. Nadie sabe las cosas que él le hizo hacer, pero más de uno sintió lástima cuando se enteraron de su aventura. Tuvo que irse por la vergüenza que sentía, además de por Jade. — me comenta.

Under the same Roof | RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora