IV. Día diferente.

995 121 14
                                    

Jade

Laura es realmente linda y buena. Me gusta para mi papá y sabía que mi tía Rydel podría ayudarme a juntarlos. Cuando bajo a la cocina, me encuentro a Laura cocinando mientras habla por celular.

— Mason, ya te he dicho que no. Solo dormí aquí. Bueno, durmió conmigo... Pero solo porque Jade ya estaba dormida y ninguno quiso despertarla.  No pasó nada. — dice riendo.

¿Mi papá y ella habían dormido juntos?

— No es como si... — continua pero deja la oración ahí al verme. — Debo colgar. Jade está aquí.

Laura deja el celular en la mesada y me dedica una dulce sonrisa. — Hola, cariño. ¿Cómo has dormido?

— Bien. ¿Has dormido con mi papá?

Se que la pregunta la tomó por sorpresa dado que se sonroja y mira a cualquier otro lugar menos a mi.

— Yo... Eh... No queríamos despertarte así que Ross durmió conmigo... No es gran cosa.

— ¿Te gusta mi papá? — le pregunto.

— ¡No! Recién lo conozco. Eso lleva tiempo y no es mi tipo.

— Mi papá dijo lo mismo, que no eras su tipo. Pero yo creo que si lo eres... No deja de mirarte.

Laura niega con la cabeza riendo y deja un plato de panqueques en la mesa. — ¿Tomas exprimido de naranja?

— ¡Sip! Me encanta.

— Eres de las mías. — dice entregándome un vaso con jugo de naranja. — ¿Desayunamos juntas?

— Claro.

Laura limpia un poco la cocina y se sienta en frente mio.

— ¿Hoy te irás? — le pregunto.

— Si, tu padre me llevará antes de irse al trabajo.

— ¿Irá a trabajar? Tenía que irse hace rato...

Ella me mira confundida y unos segundos después, Ross baja corriendo mientras se abrocha la camisa.

— Mierda. Estoy llegando realmente tarde. — murmura y yo no puedo evitar ver como Laura lo mira detenidamente. — ¿Estoy presentable al menos? — le pregunta.

— Te ves bien, Ross... Me iré sola a mi casa, estamos a una hora y te demorarás más.

— ¿Laura no puede quedarse para cuidarme? — pregunto sonriendo. — Por favor.

Quiero pasar más tiempo con Laura. Es realmente agradable. Ross mira a Laura pidiendo su aprobación y ella asiente mientras sonríe ampliamente.

— Tengo que ir a comprarme ropa así que puedo llevarla conmigo, si lo permites...

— De acuerdo. Diviértanse. Si necesitan algo, llámame. Tienes dinero en mi habitación si necesitan.

— Que tengas un buen día. — se despide Laura sonriendo y él besa su mejilla provocando un sonrojo en ella.

— Igualmente. Adiós, cariño. — me dice y besa mi cabeza.

— ¡Adiós, papá!

Mi papá se va y con Laura nos quedamos desayunando. Quería tener una mañana así más seguido, siempre éramos solo papá y yo y a veces no tenía tiempo para mi. Además, una parte de mi quería a una mamá como Laura, ella es genial.



— Iré a cambiarme, ¿tú ya estás lista, verdad? Ya estás vestida, peinada... — dice Laura luego de peinarme.

— Si, ve a prepararte tranquila. ¡Gracias por el peinado!

— No es nada. Te ves hermosa. Ya vengo.

Laura se va y yo me quedo esperándola en la sala mientras veo Enredados. Unos minutos después, finalmente baja con el vestido que tenía ayer.

— No se como mi papá puede decir que no le gustas... Eres hermosa. — murmuro indignada.

Ella se ríe suavemente y niega con la cabeza. — Eres imposible, Jade.



Jamás había ido de compras, siempre era Ross quien me compraba la ropa y nunca podía elegir. Laura, luego de comprarse una camisa y unos vaqueros, hace que me elija ropa para mi. Lo que yo quisiera y el gusto que quisiera, decidí elegir ropa como la que ella tenía.

Su celular suena y atiende como puede mientras vamos a almorzar.

— Hola, Ross. — dice sonriendo. — Si, estamos perfectamente. Acabamos de comprar ropa y ahora vamos a ir a comer. ¿Quieres hablar con ella? No hay problema. Ya te la paso. No es nada.

Laura me pasa el celular y de inmediato lo agarro queriendo contarle a mi papá lo que he hecho.

— ¡Hola, papi! Hemos comprado mucha ropa y Laura dijo que tengo un buen gusto para la moda. ¿Ves? — digo provocando una risa de su parte.

— Me alegro, cariño. Estoy seguro de que no ha agarrado mi dinero así que no la hagas gastar mucho.

Estoy a punto de contestar pero Laura me interrumpe. — Dile que no se haga problemas. Puedo costearme esto y más.

— Creo que ya la has escuchado... — murmuro sonriendo. — ¡Ahora iremos a almorzar!

— De acuerdo. Me alegro de que estén disfrutando su día de chicas, debo volver al trabajo. Pasaré a recogerlas en dos horas y llevaremos a Laura a su casa. ¿Está bien?

Hago puchero. — No quiero que se vaya...

— La volverás a ver el próximo miércoles si quieres.

— ¿En serio? ¡Si si si! — exclamo emocionada.

— Bien... Creo que si quieres. Luego arreglaré con ella. Nos vemos luego. Te amo, hija.

— Yo a ti, papá.

Corto la llamada y le devuelvo el celular a Laura, quien me estaba mirando con una expresión que no podía descifrar. ¿Amor? ¿Adoración? No lo sé.

— ¿Quieres pasar más tiempo conmigo? — pregunta sonriendo.

— ¡Si! Eres muy linda y dulce, eres genial. ¿Has visto alguna vez Encantada? Te pareces a Giselle.

— Adivino... ¿Y tu padre sería Robert?

— Exacto. Yo sería la niña, la hija de Robert.

Ella ríe rodando los ojos y toma mi mano nuevamente. Al parecer no era consciente de las miradas de los hombres en ella. La miraban como mi papá.

 — Vamos a comer un poco. — sugiere.

Ese había sido uno de los mejores días, jamás había pasado tanto tiempo con una mujer que no sea mi abuela ni mi tía y me gustaba. Por lo general, me desagradaban las mujeres con las que mi papá salía pero Laura... No me molestaría que fuera la novia de mi papá.

De hecho, haría que sucediera con la ayuda de mi tia Rydel.






Under the same Roof | RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora