35: 🍑

555 87 20
                                    

Amor de tarde

— ¡Bienvenidos!— exclamó Amber cuando MinSeok y JongDae llegaron a la mansión.— ¿Fue un viaje largo?—

— Bastante.— Sonrió JongDae, y se acercó para abrazar a su hermana.

Un día realmente malo, con el cielo encapotado y pronto a soltar gotas de lluvia. Hacia un frío demasiado intenso.
MinSeok miró a su novio con curiosidad, como si fuera un extraño. Tan elegante, inteligente y lleno de maneras mesuradas.

— ¿No me vas a saludar?— Preguntó Amber con tono burlón. MinSeok se acercó sonriente, y la abrazó como buscando refugio, su amiga lo acogió protectoramente entre sus brazos.

Se sentía interesante y aterrador estar de vuelta en su primer escenario. Los nervios lo consumían hasta no dejarlo respirar, y se sentía pesado como si estuviese llevando un armazón. Parte de su disfraz, del caballero que había vuelto para rescatar a una princesa de un dragón.

MinSeok sonrió internamente. Mejor dicho, el pianista que había vuelto para salvar a un dragón de un monstruo.
O el héroe que había olvidado como ser un héroe.

Representar un papel podía ser muy divertido, pero MinSeok ya estaba agotado. De no saber que era lo que verdaderamente quería, y se lamentaba porque ya nisiquiera podía recordar bien el rostro de él, en su mente solo aparecía ese precioso rostro en rasgos generales.

Una mirada que te atrapa desde el primer instante y encarcela el corazón. Una sonrisa bonita y traviesa que te eriza la piel, una sonrisa con dulzura de caramelo. Un lunar en la mejilla, que sólo se podía notar a poca distancia. Una obra de arte.

Pero a MinSeok le dolía, que sólo pudiese recordar su imagen como una impresión borrosa y gastada. Y también le dolía que había olvidado como se sentían esos latidos robados y esas pequeñas aventuras que vivieron juntos.

— Amber, hay algo que queríamos decirte.— Dijo JongDae con una media sonrisa, y tomó la mano de su distraído prometido.

— ¿Hm?— Amber los miró temerosa, quizá sospechando algo.

— MinSeok y yo nos vamos a casar.—

"Hay que estar loco..." pensó MinSeok, "para estar haciendo lo que yo hago".

Mientras, Amber miraba a su hermano con reproche, y a ambos con decepción. Para ella, el verdaderamente loco, era JongDae.

Culpa.

Eso era lo que sentía Amber. Porque sabía demasiadas cosas, y ocultaba tantas otras, y no sabía con quien debía ser honesta.

¡Oh, Dios! Tan gratuitamente, su vida se había vuelto demasiado complicada. Pobre Kwon Ji Yong... que no sabía que su MinSeok había vuelto a la ciudad hace poco más de una semana. Pobre muchacho delgado, que parecía que en cualquier momento se iba a diluir entre sombras y sol.

— ¡Siento la tardanza, Oppa!— Sonrió Amber, cuando lo vio sentado en los peldaños de la puerta trasera del teatro, totalmente sumergido en un libro de tapa roja.

— Amber...— Dijo Ji Yong, devolviéndole la sonrisa.

— ¿Qué lees esta vez?, ¿Te gustan mucho los poemas, verdad? ¡Lee uno para mi!— Pidió Amber mientras se sentaba unos escalones más abajo.

El pelinegro soltó una risita pobre, probablemente porque estaba enfermo. Si estuviera sano, Amber se imaginaba lo hermosa que sería su risa.

Make Daddy Proud || XiuDragon °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora