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CHOI SEUNGHYUN

Llegué a mi destino a las cinco y media. Estacioné el auto frente al edificio-castillo en el que estaba mi lindo bebé.
Casi dormido, entré por la puerta, que se me antojaba tanto más pesada que la última vez. Sería el ambiente que dejaba mi encerrado y moribundo Ji Yong a su paso.

Esperaba encontrarlo desaliñado, melancólico, solitario y gastado, nunca se me pasó por la mente que no lo encontraría.

Estúpido Yang Hyun Suk, tenía que haberse llevado a mi pequeño espectro a algún lugar. ¿Qué más daba? Esperaría a que llegara de haber tomado un poco de aire fresco. Sí, que fuera a respirar junto a los pinos sería bueno para su inexistente salud.

Quiero que imaginen todo lo que sucedió, con él, sus excentricidades, las trivialidades y las lágrimas.

Ji Yong abrió la puerta, con lentitud y cuidado. Como si esperara aún encontrarse sólo en el departamento.

— Hola mi amor.—

Venía acompañado por Hyun Suk, pero eso no importó demasiado. Se veía más alto, y más delgado. Incluso me pareció que su rostro de ángel se veía menos bonito. Estaba ojeroso, descolorido y pecoso.

Me dije entonces, «¿Qué he hecho?»

No podía continuar así. Mi pobre, cadavérico Ji Yong. Tuve la firme resolución de cambiar, por él, para darle un hogar, una vida saludable y feliz, con toda la educación firme que no pudo tener.

Aunque...

En un abrir y cerrar de ojos, Ji Yong volvió a ser mi niño de sonrisa tonta, todo rosa y miel, agonizante, llorando, muriendo interiormente.
Aún teníamos una relación íntima. Aunque el sea mío, uno siempre llega a dudar de todo, aún de las afirmaciones de las matemática, los teoremas y las fórmulas. Y del amor.

Ji Yong, sin saludarme, se sentó en el sofá de la sala. Con cara de no haber hecho nada malo, aunque ambos sabíamos que que eso no era verdad. Se dejó envolver por la armonía magnífica de nuestro dulce hogar.

Hyun Suk me susurró algo al oído, después, miró a Ji Yong con lástima, y nos dejó a solas.

No pude evitar soltar una risa, ¡Kim MinSeok estaba de vuelta!, y peor que eso, era la razón por la que Ji Yong estaba diluyéndose en tristeza, mordía pensativo sus labios frescos y perfumados, tan pequeño y dañado.

¡Finalmente se había dado cuenta de que MinSeok no lo amaba, y jamás lo amo!

Casi desapareció ese inquietante sentimiento de Ellipsism¹ en mi pecho, porque ahora mi Ji Yong y yo habíamos eliminado al antagonista. Me hacía tan feliz ver a Ji Yong así, que incluso sentí ganas de ver con mis propios ojos a MinSeok con ese otro hombre.

¿Cómo será él?, me pregunté ociosamente, pues no imaginaba a una persona que pudiese suplantar a Ji Yong, tampoco una que estuviera a la altura de MinSeok de todas formas.

— ¿Ya te reemplazaron, cariño mío?— le pregunté, y debió dolerle con la intensidad de un disparo en el pecho, porque cubrió su rostro con las manos y empezó a llorar como un niño. Mi valiente Ji Yong, cada día menos perseverante.

Make Daddy Proud || XiuDragon °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora