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Una mañana tiempo después, Ji Yong esperaba ansioso la llegada de la tarde, pues Seunghyun se iría y el tendría tiempo para celebrar con MinSeok que el más pequeño había aprobado todas sus materias con notas sobresalientes a pesar de las dificultades.

Tenía todo preparado para esa tarde, no tenía ganas de quedarse en casa ya que una ocasión tan especial como aquella merecía una celebración igual de sublime.

Alguna vez dije que él no era fan de los ridículos títeres de madera, pero sabía que el niño había quedado genuinamente impresionado con el baile brusco, sonido estertoroso y trajes bordados de las marionetas japonesas, y como él haría todo por ver a MinSeok sonreír, decidió llevarlo al teatro.

De todos modos intentó comprar boletos para un teatro normal, pero solo consiguió entradas para una función de bunraku*, sin actores reales a pesar de que él los prefería, pues verdaderamente le desagradaban esos muñecos. Como sea y como ya dije antes para el momento de la función tenía que esperar a que el cielo oscureciera, hasta entonces se conformaba con ver la espalda esbelta y sedosa de MinSeok a través de su camiseta blanca transparente, mientras este veía la televisión.

— Me voy mis niños.— Anunció Seunghyun, se acercó a los dos chicos distraídos en la sala con su lujoso maletín nuevo.

— Adiós, ten un buen día.— Sonrió Ji Yong.

MinSeok le sonrió también, como siempre el era el menos hablador. Hizo hizo un esfuerzo sobre humano por no mostrar una expresión enojada cuando Seunghyun besó a Ji Yong en los labios.

— Daddy...— Susurró MinSeok sujetando a Seunghyun por el brazo.

Y el mayor lo besó a él también; por mucho que intantara, a MinSeok no le gustaban los besos se Seunghyun. Insistía en que no era lo mismo besar sus labios severos a tener los dóciles y esponjosos de Ji Yong.
Por su parte el chico predilecto miraba, pero le era tan difícil, tanto ver como expresar con exactitud la llamarada de fastidio que sentía en su interior, pensando que en el lugar de Seunghyun debería estar él y nadie más.

— Los veré mañana.— Su sonrisa consistía en levantar una ceja y enseñar ese peculiar hoyuelo. Seunghyun salió del departamento.

Ambos se quedaron en silencio unos minutos, MinSeok volvía a tener ese aire apagado.

— Minnie.— lo llamó Ji Yong para romper el pesado silencio.

— ¿Qué?— Preguntó el pequeño celoso, muy infantil, infinitamente precioso. Ji Yong sonrió porque no sabía que tenía MinSeok que lo excitaba tanto.

— ¿Por qué no le dijiste a Seunghyun sobre tus buenas calificaciones? Seguramente él estaría orgulloso de ti.

MinSeok lo miro con una ceja levantada.— Te dije a ti, ¿Tú estas orgulloso?—

Ji Yong rió.— Claro pequeño — Y lo rodeó en uno de sus típicos abrazos.— Estoy tan orgulloso que incluso preparé una sorpresa para ti.—

Las funciones habituales en el teatro empezaba en la mañana y se extendían hasta el atardecer, pero ese día en particular el universo se había puesto de acuerdo con Ji Yong para hacer incluso de los detalles más pequeños algo especial. SeokJin decidió que sería buena idea estrenar la nueva obra al caer la tarde, quería todo el teatro iluminando con lámparas nuevas.

— No se si deberíamos estar aquí Ji Yong.— susurró MinSeok a medida que empezaban a entrar al coliseo.

Caminaron hasta acomodarse en sus asientos con vista al ala oriental, donde se ubicaban los músicos.— ¿Por qué no? ¿No te gustaba el teatro?— Preguntó Ji Yong preocupado.

— ¡Si me gusta!- No mintió, generalmente Ji Yong entendía mal sus palabras.— Es que Seung...— El empresario le había dicho que tenía prohibido salir del departamento sin permiso.

— No se enterará príncipe.—

MinSeok cada vez le tenía más miedo a ese hombre, lo lastimaba mucho cada vez que tenían sexo, pero el pequeño seguía suponiendo que eso era normal.— Está bien...—

Las luces se apagaron, Ji Yong aprovechó ese momento para tomar la mano de MinSeok, acercarse a besar su orejita y decirle con su voz obsequiosa «todo estará bien». Y todo estaría bien mientras permanecieran juntos. Su corazón pareció latir en todas partes al mismo tiempo cuando MinSeok asintió con la cabeza y se recostó en su hombro, ¿Podría ser que se vieran como una pareja?

La audiencia silbó cuando apareció la primer marioneta sobre el escenario, una joven, vestida con un kimono rosado, salida de la primavera. Al director SeokJin le pareció buena idea escribir un guión renovado sobre la pequeña vendedora de cerillas. La muñeca conmovedora permaneció bajo un árbol recordando cuando todo era puro y brillante.

Pasaron las estaciones, los marionetistas sostenían las ramas de los árboles sobre la figura femenina. Parecía que la chica del kimono iba creciendo y en eso apareció la figura masculina, llevando una espada para protegerse. La niña le vendió los fosforitos y él se la llevó para hacerle compañía.

En lugar de mirar la elaborada obra —que no le gustaba para nada— Ji Yong veía a MinSeok en medio de la oscuridad, la bonita silueta de su rostro, impresionado, con los ojos brillantes y labios ligeramente abiertos. Hasta que una escena le interesó sólo se dedicó a pensar en que quería comerse a ese niño a besos.

La escena de la que habló, la que captó su atención, fue en la que la niña de los cerillas engaño al general japonés con un joven ladrón, enemigo del general.

«Perdóname» suplicaba una voz aguda. El general dolido no quería escuchar.

El público conversó sobre la escena, «¡Era imperdonable la traición!» todos se veían empáticos por él — Lord Ryoga— y deseaban la muerte al ladrón — no recordaba su nombre— y a la vendedora de cerillas.

Pero Ji Yong sólo podía pensar en que la gente no entendía realmente cuanto amaba el ladrón a la vendedora de cerillas, nunca entenderían que ella lo quería a él tanto, tanto, tanto... y no entendían tampoco que ella no podía escapar del espadachín.

Gracias por leer ^^

Make Daddy Proud || XiuDragon °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora