Make Daddy Proud || XiuDragon °

41: 💋

La ausencia y la sensación de una pérdida irreparable le harían perder la cabeza, si es que no lo encontraba. Lo que creía que era el mundo se había terminado cuando perdió a Ji Yong, pero por otro lado, eso lo había hecho muy fuerte. Tenía tantas cosas que agradacerle.

Y lo mejor de todo, es que si iba a agradecerle, en persona. No pensaba seguir viviendo fingiendo descaradamente que ya no podía recuperar lo que había perdido.

MinSeok pensaba en eso mientras caminaba con su acompañante por un bulevar cuesta abajo, aunque internamente no podía controlar su impaciencia, porque en poco tiempo emprendería un verdadero viaje de rescate. Constantemente miraba al suelo, sólo para devolver lentamente la vista al frente, irguiéndose e imponiendo una encantadora presencia de la que no se percataba. Parecía distraído, sumido en su propio mundo.

Aún le costaba trabajo creer que para celebrar su adquisición de la Villa Dolce Vita, Seunghyun había organizado una fiesta benéfica, pero en un mundo de ojos prismáticos y tintineos en los avellanos todo es posible.

— Se que estas ansioso, pero intenta relajarte.— Le sugirió Amber, quien caminaba a su lado disfrutando de un helado de chocolate que a MinSeok no le apetecía en absoluto.

— Es que lo extraño.— Contestó el pequeño, medio ensimismado.

Al caer la tarde, MinSeok se puso un elegante traje negro de camuflaje. Se moría de la impaciencia, tanto EunRim como Jisoo lo notaban. La única noche que la Villa Dolce Vita abriría sus puertas al público y se quedaría por completo desprovista de protección, y la hora de la fiesta se acercaba cada vez más.

Amber paso por él al caer la noche, regañándolo una vez más por su impaciencia. Se veía hermosa, más hermosa que nunca antes, con un vestido azul noche que dejaba a la vista parte de su espalda, también gracias a su pelo corto.

Ambos emprendieron camino. Amber insistió en no apresurarse, pues tenían que mantener las apariencias, pero a MinSeok se le hacía difícil controlar su pulso y sobre todo sus ganas de ver a su adorado Ji Yong.

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— ¿Bailarías conmigo?—

ChaeRin lo sacó abruptamente de su mundo. Su amiga aún tenía el cabello largo, pero ahora rubio y caía por su espalda y hombros como una cascada de oro, seguía teniendo la misma mirada comprensiva y los bonitos ojos pequeños y maquillados de negro.

— Claro.— Ji Yong tomó su mano, la saludo con una sonrisa ladina, y ambos fueron a la pista de baile. El salón estaba admirablemente iluminado, la multitud se movía inquieta y aprovechaba cada rincón del apartado escénico. Ji Yong se sentía seguro entre tanta gente, le parecía obvio que no sería el centro de atención. Miraba de reojo al suelo donde el vestido de gasa verde de su amiga revoloteaba a milímetros de la madera.

Podía a veces equivocarse. Atraía las miradas sin querer, por lo menos durante una milésima de segundo, quienes pasaban por su lado seguían la dirección de sus bellos ojos.

— ¿Quieres hablar?— Susurró la chica. A lo lejos, Seunghyun acercaba sus labios a una copa de vino. Por primera vez, estaban en la misma habitación, y él no lo miraba.

— Estoy cansado, eso es todo... ¿Crees que el vino tenga veneno?— Sopló con cierto tono sombrío. ChaeRin nunca lo había escuchado hablar con tanta amargura.

Ji Yong estaba distraído viendo como no-lo-miraban. No notó que un chiquillo de cabello castaño entraba al gran salón junto a una mujer bella de rostro conocido. MinSeok empezó a buscarlo desesperadamente. Nervioso como si estuviera apunto de subir a escena.