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¿Será que él es inocente a pesar de su interior roto?

Ji Yong estaba roto, indiferente y astuto en la vida cotidiana, pero MinSeok pudo conocer un lado diferente de él, el lado que era juguetón, inocente, franco y amable, el lado al que le gustaban las películas de suspenso, las golosinas, cantar y tocar el piano.

Ji Yong era especial, MinSeok era susceptible ante las personas especiales.

Había pasado un día desde que MinSeok sufrió esa pequeña pérdida de cordura, pues era verdad que no se le ocurrió mejor forma de agradecer a Ji Yong sus tratos y cuidados con él que con un beso.

Agradecimiento, susceptibilidad, ninguna de esas palabras describían lo que MinSeok sentía por él. Sabía que estaba enamorado de Ji Yong y sus inofensivas excentricidades, pero amor tampoco era un término que fuera conveniente decir.

Al menor le alegró saber que a pesar de su error, a la mañana siguiente no había cambiado nada entre el y su compañero. Ji Yong estaba a su lado, despierto, parpadeaba moviendo arriba y abajo sus pestañas negras como el carbón. MinSeok parpadeo rápidamente, imitando a su mayor y este sonrió de pura alegría. Al menor —que ya se sentía un poco mejor ese día— le tocó cuidar de Ji Yong está vez, pues su piel ardía. MinSeok no pudo evitar sentirse un poquito culpable por eso.

Un día después MinSeok ya estaba totalmente bien de salud, esperaba a Ji Yong sentado en la mesa de la cocina preparando el desayuno.

— ¿Hace cuánto despertaste?— preguntó él con un timbre de voz bajo al llegar a la cocina. Frotando sus ojos en círculos, adormilado.

— Hace poco.— MinSeok pensó que le había vuelto la fiebre pues sentía sus mejillas calientes.— ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?—

Ji Yong rió y tomó asiento junto a él.— Yo estoy bien, ¿Te sientes culpable por haberme contagiado?—

MinSeok se puso rojo como un tomate. Su hyung era muy fastidioso a veces.— Lo siento, pero cerré la puerta de mi habitación por una razón. Tu fuiste el que entró sin permiso.— se defendió.

Ji Yong se hizo al ofendido.— ¿No querías estar conmigo?—

—No es eso Ji...— puchereó el pequeño.— Pero ya viste que terminaste enfermo por estar cuidándome.—

—En eso te equivocas ratoncito, me enferme porque me besaste.— Sonrió burlón.— Eso no estaba incluido en mi paquete de cuidados, pero como una propina extra, me hizo realmente feliz.—

MinSeok siseó y se cruzó de brazos, aparentemente molesto pero con ese adorable rubor en sus mejillas.— Eres un tonto.—

Ji Yong se acercó, con las cejas levantadas.— ¿Lo repetimos?— preguntó divertido. Sintió casi por primera vez que estaba haciendo bien las cosas cuando vio la sonrisa de MinSeok, esa torpe mueca adornada por sus encías.

Le hubiese gustado que las cosas se dieran de manera diferente, pensó que tal vez hubiese podido ser amigo de MinSeok en otro momento, en otro lugar. Simplemente que todos los días fueran como los pasados en los que sólo fueron él y MinSeok. Quisiera pasar sus tardes de ocio viendo películas, quisiera vivir en un hogar normal con todas sus responsabilidades, incluso en ese mundo paralelo cabía la posibilidad de tener una rutinaria vida de pareja. Un mundo sin que las cosas fueran tan complicadas. Pero el estaba consciente de que sus deseos de besar los labios vulnerables estaban prohibidos en su realidad, porque entonces Kwon Ji Yong y Kim MinSeok eran propiedad de Choi Seunghyun. 

Pero también estaba consciente de que en ese preciso momento estaba acariciando sus mejillas suaves como el borde de las alas de una mariposa, y que esos ojos que por una mezcla casual de brillo y forma le afectaban, estaban cada vez más cerca.

Fueren los ojos de ese niño como fuesen, sólo parecían revelar su
esencia, el inusual resplandor vacío, ciego, de ceniza de chimenea. Ji Yong se estremecía cuando él le clavaba la mirada, eran oscuros pero luminosos, como si un pedazo de metal muy bonito, bien pulido y con reflejos brillantes se hubiera metido entre los propios párpados. En la realidad, los ojos de MinSeok eran de un gris transparente.

Se hubiera pasado toda la tarde mirando sus ojos, pero él de pronto los cerró y Ji Yong ya se encontraba besándolo de nuevo.

Entre su sesión de besos — práctica que se estaba haciendo injustificadamente frecuente— se escuchó el sonido del cerrojo de la puerta. MinSeok pegó un salto, asustado, era algo obvio el temor que el pequeño sentía por el actual dueño del departamento. Ambos olvidaron que Seunghyun llegaba ese día, ese estrepitoso sonido se había encargado de ponerlos a los dos en el plano de la del mundo real. Ji Yong odio a todo el mundo cuando tuvo que separarse de los labios color rosa y nieve.

— MinSeok...— Susurró al ver el semblante triste y apagado de su compañero.

Él realmente no comprendía todos los sentimientos que MinSeok tenía entremezclados en su estómago justo ahora. El pequeño se dio cuenta de que si él no besaba a Ji Yong, era porque Seunghyun lo haría.

«Mierda» Tuvo que ponerse en su personaje de nuevo. Ji Yong salió de la cocina corriendo, con una sonrisa tierna pero que no era real y exclamó:

— ¡Daddy!—

Seunghyun sonrió complacido y lo estrechó entre sus brazos.— ¿Me extrañaste, bebé?—

— Sí.— «No» — No vuelvas a irte por tanto tiempo.—

— ¿Dónde está él?—

— Aquí daddy.— Dijo MinSeok con su habitual tono tímido y abrazo el también a Seunghyun.

— ¿Ji Yong se comportó bien contigo?— preguntó Seunghyun acariciando su mentón.

MinSeok se puso pálido al creerse descubierto, atinó a asentir y después acurrucarse entre el abrigo cruzado de Seunghyun. Tal vez por primera vez, Ji Yong se sintió genuinamente celoso.

Hola polinomios  🌚
Gracias por leer ^^

Make Daddy Proud || XiuDragon °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora