Más que a mi vida

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Eran aproximadamente las 10:00 de la mañana Regina había despertado y con mucho cuidado de no despertar a Robín bajo a la cocina para prepararle jugó de naranja y que este lo bebiera en cuanto despertara. Después de hacer esto la morena dejo el jugó cerca el buró de Robín y por miedo a contarle sobre su embarazó y sobre la verdad que ya sabia acerca de las fotografías decidió cambiarse e irse al mar, era un día nublado pero no le importo ya que el sonido relajante del agua chocando contra las piedras era lo que más necesitaba escuchar, salio de su casa y se dirigió a la playa no sin antes colocarse el collar que siempre le lograba traer tranquilidad, el collar que Robín le había regalado hace más de 5 meses.

En la playa

La morena había tardado 10 minutos en llegar, solo había desayunado un jugó de naranja puesto que a Robín también le había dejado lo mismo, así que decidió sentarse en la playa y comenzar a jugar la arena.

-Ayudame bebé, ¿como podrías decirle a alguien que amas que fue tu error no confiar en el? -dijo Regina refiriéndose a su pequeño hijo nonato- Sabes, lo amo, aun lo amo, creo que ayer me preocupe mucho por él y por que se fuera a morir de hipotermia, creo que por eso lo deje pasar, aparte no te quería dejarte sin un papá. -dijo la morena entre risas- Te prometo que cuando menos lo esperes él sabrá de tu existencia, solo lo único que esperó es que te quiera y no se aleje, aunque si llegara a ser el caso creeme que yo te cuidaría mucho, porque te amare demasiado pequeñito. -finalizó Regina mientras se acariciaba su vientre junto a una sonrisa y volvía a observar la playa-

Con Robín en la mansión

Robín se levantó y lo primero que hizo fue buscar a Regina pero se dio cuenta que no estaba, la cabeza le daba vueltas, no recordaba mucho de ayer, tenía más en mente cuando despertó asustado y la morena lo tranquilo para después el poderle dar un beso, pero antes de eso no recordaba muchas cosas, tenía dudas y quería aclararlas.

-Maldito dolor de cabeza. -dijo Robín mientras se incorporaba para girarse y notar que Regina le había dejado un jugó y una pastilla en el buró- "Bebeme" -dijo Robín leyendo la pequeña notita que tenia el vaso de jugó al lado-

Después de que Robín bebiera su jugo se dio una ducha y cambio para bajar a la cocina a buscar a Regina.

15 minutos después

-¿Regina? -pregunto Robín bajando por las escaleras pero no encontró a nadie- Es sábado y no estas aquí, no trabajaste así que debes estar en el mar. -dijo Robín ríendo mientras tomaba sus llaves y se dirigía a la puerta- Demonios Regina Mills, te conozco tan bien.

Robín se dirigió a la playa pues pensó que Regina querría aclarar sentimientos y dudas por lo sucedido ayer, ya que incluso el estaba un poco apenado, así que sin mas decidió irse caminando.

Con Regina en la playa

Regina había sentido un poco de hambre así que fue a una pequeña tienda donde vendían pasteles y compro uno para después regresar a la playa y comerlo ahí.

15 minutos después

La calma y paz habían llenado a Regina por completo, estaba decidida a decirle a Robín sobre su futuro hijo, recogió sus cosas pero decidió esperarse un poco más ya que la brisa le parecería demasiado relajante.

-¿No te parece relajante esto pequeñito? -preguntaba Regina hablando con su bebé- Sabes en cuanto nazcas te traeré aquí para que ames el mar y su tranquilidad así tanto como yo. -termino la morena sonriendo con su mano en su vientre-

Locksley... El insoportable vecino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora