Una parte de nosotros

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1 mes después

Regina ahora tenia 7 meses y medio de embarazo, estaba débil parecía que de verdad sus pequeños le quitaban bastante energía. Ya no tenía tantos antojos como antes y había decidido contratar a una nutriologa para que le aconsejara sobre su etapa, la morena estaba preocupada y Robin por igual aveces intentaba que comiera al menos un poco de azúcar pero nunca lo lograba.

—Amor, por favor intenta tomarlo es chocolate caliente te hará bien a ti y a nuestros bebés. —suplicó Robin quien había llevado una taza del mejor chocolate en el pueblo, recordó cuanto Regina lo amaba pero ella simplemente no quería tomarlo—

—Robin, no puedo me duele demasiado no insistas. —respondió frustrada sin mirarlo mientras Robin sólo se acercó a darle un dulce beso en su cabeza haciendo que el corazón de Regina se rompiera, él de verdad estaba preocupado y ella no podía pagarle de esta manera tan cruel—

El hombre salió de ahí con la taza de chocolate y pensó que un té de manzana con canela podría hacerle bien a su prometida después de todo en la lista de su nutriologa estaba permitido todo tipo de té.
Llegó a la cocina mientras buscaba los sobres y llenaba de agua el frasco de metal para colocarlo en la estufa esperando a que hirviera, mientras esperaba fue a ver a su pequeño hijo el cual se encontraba viendo televisión.

—¿Como esta mamá? —preguntó el niño mientras veía a su padre sentarse junto con él—

—Está mejor hijo, le llevaré un té de manzana y tus hermanitos estarán bien. —sonrió Robin mientras acariciaba su cabello de Roland—

—¿Cuando querrá verme? —preguntó triste el castañito porque Regina no había querido ver a nadie regularmente, apenas podía soportar que su hijo la viera en ese estado que la viera débil, no lo soportaría—

—Puedes ayudarme a escoger unas galletas para que ella las coma con su té, ¿Que te parece? —preguntó su padre intentando enmendar la situación en espera de hacer sentir mejor a su prometida—

—¡Si! ¿Pueden ser galletas de animalitos? —sonrió su hijo mostrando sus hoyuelos—

—Pueden ser, vamos iré a servir el té y mientras tu puedes servir las galletas en un plató, yo subiré para hablar con ella. —sugirió Robin mientras veía asentir a su hijo y se ponía de pié dirigiéndose a la cocina—

El británico bajo el empaque de galletas de la gaveta y se lo entregó a su pequeño hijo mientras el servía el té pues ya había hervido, puso un plato al alcance de Roland y dijo un 'Te veré arriba' el niño asintió y su padre se quedó tranquilo mientras lo dejaba en la cocina y subía la taza a la habitación con cuidado.

—Hey... —musitó Robin entrando a su habitación encontrando a Regina viendo televisión— A ti no te gustan las películas de comedia, las soportas muy poco. —recordó mientras dejaba la taza en el buró y se acostaba a su lado mientras ponía mute a la televisión—

—Estaba buscando algo y no sé, no encontré nada interesante. —respondió la morena volteandose a ver a su prometido y tomarle su mano—

—¿Te sientes mejor? —preguntó acercándose más a ella mientras acariciaba las yemas de sus dedos—

Regina no contestó sólo se recargó en su hombro y sintió un beso de Robin en su cabeza, ¿Como este hombre podía quererla tanto? Ella simplemente pensaba que no se lo merecía desde que habían comenzado los dolores y sus extraños cambios de humor.

—Robin lo siento, no debería tratarte así cuando tú sólo quieres que me sienta bien e intente comer. —sintió unas pequeñas lágrimas asomarse pero eso no iba a evitar que continuará— Nunca entenderé como puedes amarme tanto, me he comportado horrible y yo... —suspiro mientras su prometido sólo la escuchaba, sabia que ella quería hacerlo y la dejaría— Lo siento, no se que más decir, siento tratarte así y siento también que estos dolores puedan afectar nuestra relación porque sinceramente me partiría el corazón si decidieras que ninguno de los planes futuros... —musitó lo último apretando la mano de él mientras lloraba un poco, tenía tanto dolor acumulado por su mal comportamiento. Sabía que estaba mal pero no podía remediar su anterior comportamiento y no podían hacer nada más que pedir disculpas—

Locksley... El insoportable vecino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora