— ¡Arriba papi, arriba! —Exclamó la pequeña Amelie brincando en el estómago de su padre cuando lo escucho soltar un extraño ruido.
Robin estaba dormido con sus pantalones de dormir y sin camisa hasta que sintió el peso extra junto a un quejido de dolor saliendo de su ronca garganta.
—Amelie, amor, deja dormir a papá. —Pidió Regina pero claramente ya había sido demasiado tarde, su esposo estaba despierto y se había colado a la habitación de sus padres cuando la morena había hecho un pequeño viaje al baño.
— ¡Es que es Domingo de waffles, mamá! Y mi papá prometió que sería su cocinera. —La hermosa pequeña de ojos azules exclamó inclinándose para tocar el rastrojo de su padre, soltó una risita ya que picaba pero eso no detuvo a la niña cuando dio pequeños golpesitos.
—Arriba, papi, arriba... ¡Vamos papi! —Soltó un chillido cuando los fuertes brazos de su padre la abrazaron.
—¿Alguien tiene cosquillas? El monstruo de las cosquillas atacará a la princesa de los Locksley.
—No, no papi, no el monstruo por favor.
Amelie suplicó riendo demasiado cuando Regina solo disfrutaba esa escena entre padre e hija y un calor sin duda rodeó su corazón.
Robin por otro lado comenzó a hacerle cosquillas a su hija escuchando las sonoras carcajadas de una pequeña con tan solo seis años de edad.
—¡Papi, hambrocito quiere waffles, no quiere cosquillas! —Dijo entre risas la niña haciendo que Robin se detuviera para besarle su mejilla a su hija.
—Haremos waffles pero necesito que te laves esos dientes y cepilles ese cabello, ¿Te esperare en la cocina, sí? —Preguntó Robin ayudando a ponerla de pie cuando Amelie sacudió su largo y negro cabello tan parecido al de su madre.
–¡No comiences sin mi, papi! —Gritó cuando dio un beso a su madre de buenos días y entonces salió por la puerta dejando a los adultos solos.
Robin sonrío por la petición de su niña cuando comenzó a caminar hacia su esposa acortando la distancia entre ellos para besarla sin previo aviso.
—Siempre te ves tan guapo cuando cocinas para nosotros. —Ella sonrío alagandolo mientras rodeaba su cuello con ambos brazos.
—Se que te encanta tener esa vista de mi espalda y trasero mientras haces el jugo para todos. —Robin levantó una ceja estudiando su reacción, era tan culpable de eso.
—Bueno, que puedo decir, los años no te hacen justicia.
Ella volvió a besarlo nuevamente pero esta vez sintió como Robin no correspondía y eso la hizo separarse tan solo para encontrar un rostro lleno de seriedad.
—¿Amor? ¿Que pasa?
—Quiero el divorcio. —Eso la asusto hasta la muerte y sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos pero no pretendía alejarse de él.
—¿Qué? No, no Robin, no quieres eso, no digas eso... —Pidió intentando acariciar su rostro pero esta vez fue él quien se alejo.
—Lo necesito pero quiero asegurarme de que podas ver a los niños como se especifique frente a un juez. —No le dolía en lo más mínimo pronunciar esas palabras aunque todo parecía tan raro. —Los tres vivirán conmigo y obtendré todos los derechos, Regina.
—Robin por favor, te amo, somos una familia... Eras... Eres mi futuro, Robin te amo.
Esta mañana había comenzado tan bien que ni siquiera sabía como interpretar todo esto, habían hecho el amor hace dos días, ayer habían estado llenos de mimos, besos y hermosas palabras por parte de amor hasta quedarse dormidos, ¿Que cambió? Regina estaba buscando entre tantos pensamientos porque demonios Robin quería esto.
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Locksley... El insoportable vecino.
FanficRegina Mills... Alcaldesa de la ciudad y dueña de una cadena de apartamentos ubicados en StoryBrooke, Maine... Soltera, sin hijos y con un pasado poco agradable. Robín de Locksley... Padre soltero, en busca de una nueva oportunidad luego de un accid...