Un tanto vintage

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StoryBrooke, Maine

-¡Bienvenidos! -gritaron todos dentro de la mansión de Regina en cuanto la familia Locksley Mills había puesto sus maletas en el piso-

Había sido un viaje agotador, pues, aunque estaban de vuelta en casa y un chofer los había conducido hasta la mansión, el gran vientre de Regina cada vez la agotaba más y le era un poco difícil moverse con la misma facilidad de antes.

-¡Familia! -sonrió la morena un poco entusiasta-

Robin enseguida lo noto, pero sólo estaba la familia de confianza así que él enseguida hablo con Zelena.

-¿Que le ocurre? -pregunte la pelirroja preocupada-

-Tuvo unas contracciones demasiado fuertes hace dos días, me preocupa y ella se siente cansada. -respondió Robin apenado-

-¿Pero esta bien? ¿Fueron al médico? -Zelena estaba preocupada, eran gemelos sus próximos sobrinos y quizá podía ser un embarazó de alto riesgo-

-Si, fuimos y Regina necesita descansar estará bien, yo la cuidaré. -prometió Robin serio-

-Le diré a los demás que tenemos que irnos, por favor necesitó que me avises si algo llega a complicarse. -pidió la pelirroja mientras salía con Robin al living pero no estaba Regina-

-¡Papi, tenemos más de setenta dulces junto a Vannesa! -grito Roland emocionado-

-Eso es excelente hijo, son demasiados. -sonrió acariciando su cabello-

-¿Tío Robin, Roland puede quedarse en mi casa? -preguntó Vanne haciendo un puchero-

-Ehhh, no lo se pequeña... -el rubio fue interrumpido por Zelena la cuál había sacado ya a todos de la mansión-

-Yo creó que vendría bien a Roland en la casa, sólo por hoy Robin, ambos necesitan descansar. -termino la mujer tomando la manita de ambos-

-Esta bien, gracias Zelena, subiré a ver a Regina, no estaba con los demás supongo debe estar en nuestra recámara. -Robin se despidió y vio a Zelena irse juntó a los dos pequeños mientras él subía a ver a Regina-

Habitación de Regina

La morena había decidido tomar un baño, no quería hablar ni ver a nadie estaba demasiado preocupada por sus pequeños bebés ya que las contracciones y dolores en su vientre se sentían todo el día aunque fueran diminutos.

-¿Futura señora Locksley? -preguntó Robin entrando a la habitación acercándose ella al notar que estaba mirando su vientre frente al espejo-

-Hola... -musitó ella, adoraba que la llamará así-

-Les he dicho a todos que se fueran. -beso su hombro tiernamente posando sus manos en su vientre-

-¿Y Roland? -preguntó ella preocupada-

-Ambos necesitamos descansar y nuestro hijo quería ir con Vanne a comer dulces. -sonrió el rubio acariciando mucho más el vientre de su prometida-

-Lo siento, Robin. -la morena comenzó a llorar, los sentimientos y el desequilibrio emocional estaban al borde desde sus primeros dolores en New York-

-No, amor, no llores, ¿Porque lo sientes? No has hecho nada malo. -Robin la comprendía se sentía responsable de algún modo y nunca le había gustado verla llorar-

-Por estar embarazada y provocar problemas, hacer que Roland se vaya a dormir a otra casa. -respondió Regina con sus ojos rojos-

-Pero si estar embarazada es lo más bonito, ambos seremos papás y tú te vez hermosa así, no es tu culpa, son los cambios de humor. -susurro Robin tomando su cara entre sus manos-

Locksley... El insoportable vecino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora