Hoy es Lunes y como rutina, mi alarma interrumpió mis dulces sueños a las 7 a.m. Maldita sea... odio mi vida en estos momentos... bueno, también la odio en cualquier momento donde tenga que madrugar.
Me desperté y miré por la ventana, hacía un día genial. Después de esto, me duché rápidamente, elegí mi ropa y me cepillé el pelo. Bajé las escaleras y ahí estaba mi madre, perfectamente vestida con su uniforme y dispuesta a salir para arreglar los asuntos de mi padre.
-Buenos días cielo, te he preparado unas tortas como a ti te gustan- dijo mi madre sacando las tortas del fuego y sirviéndolas en un plato acompañadas con chocolate.
-Gracias mamá, eres la mejor- dije empezando a devorar las deliciosas tortas.
-Estas aceptada en Richway y tu amiga Emily también, me lo han dicho hoy- dijo abriendo la puerta para marcharse. -Mike mueve tu trasero o vas andando a la escuela- gritó para que la escuchara. -Te estoy esperando- volvió a gritar.
-Ya estoy aquí mamá- suspiró agobiado.
-Hasta luego renacuajo- rebujé su caballo haciéndolo enfadar. -estudia mucho- besé su frente. -Adiós mamá- me despedí.
Cuando mi madre me lo dijo, estaba demasiado feliz pero miré mi reloj y era tardísimo, así que me lavé los dientes y llegó el chófer de mi padre a recogerme. Como cada mañana, pasamos a buscar a Emily, ya que vivía en el mismo vecindario.
-Buenos días marmota- me dijo entrando en el coche. -llevo un día de mierda- gruñó. -y encima hoy tengo un examen de matemáticas que no aprobaré ni de milagro- maldijo.
-Olvidaré que me has llamado marmota...- suspiré hondo para calmarme. - Tengo buenas noticias, estamos aceptadas- dije aplaudiendo mientras Paul, el chófer, me miraba burlón.
-¡¡¡Biennn!!!- sonrió mientras me abrazaba. -me has mejorado el día- exclamó. -solo me falta que Dylan Russell se fije en mí, o por lo menos sepa que existo- reímos.
Dylan Russell es el amor platónico de Emily desde que estamos en la primaria, aunque creo que nunca han hablado más de dos palabras... pero aún así ella ve un futuro prometedor.Al llegar al Instituto estaba mi mejor amigo Cammeron, Cam para los amigos, esperándonos.
Lo conozco desde que empecé en este Instituto. Era el típico niño antisocial que se pasaba el día encerrado jugando a videojuegos y entonces me tocó hacer un trabajo de clase con él y desde ahí fuimos inseparables. Luego maduró y se convirtió en quién es ahora, el chico más guapo de mi Instituto, si como lo oyen... aunque es mucho más que eso y tiene que ser una mierda que te admiren por tu físico en lugar de por quién eres. Pobre Cam.-¿Cómo está el chico más feo del mundo?- dije mientras me abalanzaba sobre el como una leona con su presa. Ya es costumbre.
-Un día de estos me vas a matar- maldijo quitándome de encima suyo. -más bruta y no naces- gruñó.
-Eres muy aburrido... no entiendo como eres mi amigo, qué suerte tienes- me encogí de hombros mientras entrábamos a clase.
A la salida me reuní con Cam y se ofreció a llevarme en su coche nuevo y yo como soy muy vaga, acepté.
-A Emy y a mí nos han aceptado en Richway- le informé subiendo el volumen de la radio. - ¿tienes las mismas ganas que yo? porque tu cara dice lo contrario- le miré mal.
-Yo este año no iré, mi padre dice que no me lo pagará por mi suspenso en física- suspiró arrancando el coche. -pero lo superaré... además, podrás pasar el verano sin mi, para la próxima disimula mejor- bromeó.
Cam es muy divertido y leal, por eso es mi mejor amigo... pero eso si, no es el mejor estudiante. Su novia se llama Maika, Maika Carrington, se mudó este año a otra ciudad y decidieron mantener la relación a distancia, una idiotez desde mi punto de vista. Desde que salen juntos ha empeorado mucho en sus estudios y es porque el muy idiota se pasa las tardes chateando con ella en vez de estudiar. Estúpido Cammeron con su enamoramiento adolescente...
-Cuando necesites ayuda, pídemela idiota- dije tocando su hombro. -Que parece que tienes pájaros en la cabeza- bromeé logrando robarle una sonrisa.
-Lo sé Lily, por eso te amo- sonrió dándome un beso en la mejilla. -Hasta otra, tengo que ir a llamar a Maika- se despidió.
Salí del coche y entré en mi casa en silencio. Mi hermano se había quedado dormido en el sofá. Con mucho cuidado para que no se despertara, lo cogí en brazos y lo llevé hasta su habitación, dejándolo acostado en su cama.
-Dulces sueños enano- susurré dándole un beso en la frente. -te amo más que a todo en este mundo- cerré la puerta de su habitación.
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No me busques
Любовные романыLily Amderson es una estudiante ejemplar y aspirante a médico. Cada verano, se va con sus amigas al prestigioso Internado Richway, dónde todo es posible. Su inocencia mezclada con dulzura hacen de ella un blanco irresistible. Por su parte, nunca ha...