Hoy era mi primer día como criada de la bruja, perdón de la Sra. Rickingham.
Me levanté y cuando acabé de desayunar intenté escabullirme junto con la masa de adolescentes que salía en masa de la cafetería.-¿Dónde cree que va Señorita Amderson?- preguntó la Sra. Rickingham bloqueándome el paso. -¿No pensará en huir de sus responsabilidades, verdad?- rió irónica. Ojalá pudiera huir de ti víbora... y no volver a verte...
-¿Huir? Claro que no, jamás se me ocurriría- reí nerviosa. -Iba al servicio-tartamudeé. -si eso es, al servicio... cosas de chicas- asentí desviando la mirada. Dios santo esa mujer me pone de los nervios. Es intimidante.
-Está bien- espetó con rabia. -te daré solo 5 minutos- y puso el cronómetro a su reloj. Realmente esta mujer estaba muy amargada. Pensado esto, di media vuelta dirigiéndome al servicio. Una vez allí, me miré en el espejo y me recogí el cabello para estar más cómoda, me maquillé un poco y me mentalicé para realizar mis tareas. De repente, la puerta se abrió y aparecieron dos chicas muy repugnantes.
-Deberías estar limpiando mis restos de comida zorra- rió junto con su tonta amiga.
-¿Hablas conmigo?- espeté muy indignada. Lo sé, es muy fácil sobresaltarme, estoy trabajando en ello.
-¿Acaso también eres tonta? ¿Te lo tengo que repetir?- dijo mirándose las uñas con gesto de superioridad.
-Mira rubia de bote estúpida, no tengo tiempo para ti. No me busques, te lo aconsejo. Última advertencia- sonreí saliendo del servicio sin darle tiempo a responder. Había ganado el primer asalto, pero no será el último para su desgracia.
Caminaba por los pasillos rápidamente para llegar antes de que el cronómetro se detuviera. Llegué al comedor y la Sra. Rickingham estaba tomando su desayuno. Miré alrededor y no había nadie más.
-Ya he llegado Sra. Rickingham, estoy lista para la tortura- dije con mala gana.
-Muy bien, puedes comenzar- me dijo sin ni siquiera mirarme. -Tienes todo lo que necesitas dentro de la cocina a la derecha- dijo señalándome con su dedo índice.
Después de 1 hora aproximadamente terminé mis tareas. Me di por satisfecha hasta que me di cuenta que me esperaba lo mismo en el almuerzo y cena. Muy frustrada, me dirigí a descansar el tiempo que pudiera a mi habitación. Tumbada en mi cama y mirando al techo, pensé y pensé hasta que me venció el sueño. De repente, noté unas manos golpearme fuertemente.
-¿Tú estás mal de la cabeza?- dije mirando a Emily.
-Hace un rato que terminamos de almorzar. La Sra. Rickingham está como loca buscándote- me dijo indignada.
Automáticamente me levanté y me dirigí corriendo al comedor. Una vez allí estaban: la directora, Annie y Jake.
-Lo siento de verdad, no fue mi intención- dije casi suplicándole clemencia.
-¿Cuál fue tu intención?- preguntó Annie mirándome. Esta mujer es realmente odiosa.
-Eres la persona que más problemas me está dando de todo el Internado, incluyendo chicos. Te queda 1 advertencia antes de la expulsión. Como castigo deberás ir a la torre de aislamiento- dijo enfadada.
-Tía, creo que estás exagerando- dijo Jake defendiéndome.
-Cállate o tu serás el siguiente- dijo antes de irse.
-¿Qué es aislamiento?- pregunté a Jake.
-Es una torre aislada de las demás, donde van las personas que son casos perdidos...-dijo mirándome con preocupación.
-Genial- dije con los ojos brillantes. Las lágrimas amenazaban con salir.
-Oye Lily, no te pongas así- me dijo cogiendo mi cara con sus manos, pudiéndome que no derramara ni una lágrima.
-Esta tarde llamaré a mi madre para irme- dijo segura de mis palabras y librándome de su agarre.
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No me busques
RomanceLily Amderson es una estudiante ejemplar y aspirante a médico. Cada verano, se va con sus amigas al prestigioso Internado Richway, dónde todo es posible. Su inocencia mezclada con dulzura hacen de ella un blanco irresistible. Por su parte, nunca ha...