Salí de mi casa y caminé hasta llegar a la entrada principal donde Emily ya estaba sentada esperándome. Caminé silenciosamente y justo cuando estaba detrás de ella...
-BUUUUUH- grité a todo pulmón cuando estaba al lado de su oído mientras ella caía al suelo del susto.
-¡¡¡¿Pero tú estás loca?!!!- gritó aún nerviosa. -Me podías haber matado idiota- dijo seria con sus manos en la frente. Es una exagerada...
-Casi me da un infarto y no estoy bromeando- me golpeó en el hombro.-Lo siento... pero que sepas que eres muy dramática- dije llorando de la risa, me dolía la barriga. -podrías dedicarte al teatro- comenté intentando sonar lo más seria que mi vocabulario permite. -de seguro tienes un futuro exitoso y me han dicho que pagan bien- me burlé para molestarla.
-Ya cállate víbora, eres peor que mi hermano Sean y eso ya es algo grave, muy grave - espetó intentando mantener su postura sin reírse.
-A todos les llega su hora, y tú algún día me lo pagarás Lily Amdersson, ya lo verás- dijo mirándome de reojo con recelo mientras empezábamos a correr.Corrimos durante 1 hora más o menos y nos detuvimos al llegar al parque Rowey. Nos sentamos en un banco bajo la sombra de un árbol a descansar. Adoro este sitio... siempre está repleto de niños jugando, gente paseando y riendo... es un ambiente agradable.
-¿Este año irás a Richway?- preguntó con la mirada puesta en mí. ¿Acaso tiene alguna duda? Por supuesto que iré, no me lo perderé ni en broma... y menos después de haberme esforzado tanto en la escuela, necesito despejar mi mente, un descanso de todo...
El Internado Richway está valorado como uno de los mejores del mundo. Puede ir cualquier persona, que pueda pagarlo claro... yo llevo yendo varios años y es lo mejor del mundo. Siempre me divierto mucho y conozco a gente increíble. Recuerdo que cuando mi madre me recogía para regresar de nuevo a mi casa, en ocasiones hasta lloraba de lástima por irme. Imagínense... tengo tan buenos recuerdos de ese lugar...
-Pues claro, llevo esperando todo el año para ir de nuevo, ¿tú irás verdad?- pregunté mientras recogía mi pelo sudado.
La primera vez que fui a Richway, Emily me acompañó. Nuestras madres se pusieron de acuerdo en mandarnos allí con la intención de darnos una lección porque estábamos pasando una etapa algo complicada... pero resultó que les salió mal y nos encantó ese lugar.
-Claro que sí- dijo con seguridad mientras las dos reíamos. -Voy a sacar buenas notas este curso y mi padre me felicitó y ya me premió diciéndome que me lo pagará- explicó satisfecha. Emily tiene déficit de atención y para ella verdaderamente es un logro.
-Me alegro mucho por ti Emy- sonreí abrazándola. -Hablaré con mi madre entonces para que llame hoy y nos inscriba, ¿te parece bien?- dije levantándome para irme, se acercaba la hora de almorzar y no me convenía hacer enfadar a la bestia o también llamada Samantha Amderson, nada más y nada menos que mi querida madre.
-Perfecto, nos vemos el lunes en clase, te quiero... pero muy poco, no te entusiasmes- rió despidiéndose con un beso en la mejilla y picando de ojo divertida. Algún día la mataré, lo juro.
Corrí de vuelta a casa y cuando entré, para mi sorpresa, estaba mi padre leyendo el periódico sentado en su cómodo sofá. Con su traje gris oscuro, perfectamente planchado, su corbata con un nudo perfecto y sus zapatos impecables.
-¿Has salido a hacer deporte cariño?- preguntó mi padre levantando su vista hacia mí. No recuerdo la ultima vez que hice algo con mis padres que no sea comer. Triste pero cierto.
-¿Y tú te has cansado de tus negocios?- pregunté de vuelta desafiante y sonando aún mas bruta de lo que yo pretendía.
-No te permito que le contestes así a tu padre Lily- me riñó mi madre muy enfadada. -eres una maleducada, discúlpate ahora mismo- gruñó.
-No te preocupes mi amor, es mi culpa... apenas paso tiempo con ustedes- susurró mi padre aparentemente triste. Casi me lo creo, pero no, la práctica hace al maestro y este es su caso.
Subí al baño para darme una ducha fría y refrescante, no me interesaba esa conversación.
Llevaba una semana muy dura, llena de exámenes, trabajos, profesores insoportables... pero es normal, la próxima semana se acaba el Instituto y comienza el verano así que tenemos la agenda llena.
Salí de la ducha y me fui a mi habitación, me puse ropa cómoda y bajé al comedor después de oír el grito de mi madre para almorzar. Una vez todos sentados en la mesa, mi madre sirvió la comida con la ayuda de Mike.-Papá, siento haberte respondido así antes, llevo una semana muy dura y lo pagué contigo- dije con cara de pócker y con la mirada puesta en mi plato. Mentira, no lo siento en absoluto. El único motivo por el que decidí disculparme es para que el único momento que estamos juntos, el almuerzo, no haya tensión y Mike se sienta cómodo.
-No te preocupes, te entiendo y quiero que sepas Lily que lo que más deseo en este mundo es poder dedicarles mucho más tiempo a tu hermano y a ti, pero no puedo, de verdad que no- dijo mi padre con una sonrisa tras mi disculpa.
-Lo sé- asentí. Me gustó que me lo haya dicho. Me gustó que Mike lo escuchara y sepa que papá le quiere a pesar de todo.
-Hija, ¿este año quieres ir Richway?- preguntó mamá cambiando de tema. -El plazo de inscripción acaba en unos días- dijo mi mientras pinchaba la verdura con el tenedor y se la metía en la boca.
-¿La pregunta es en serio?- añadió Mike con ironía a lo que todos reímos.
-Claro que sí mamá, me muero de ganas- exclamé mientras todos se reían de mi respuesta.
-En ese caso, esta misma tarde llamaré- dijo mi madre tranquilizándome. Genial, ahora sólo queda rezar para que nos admitan a Emily y a mí.
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No me busques
Roman d'amourLily Amderson es una estudiante ejemplar y aspirante a médico. Cada verano, se va con sus amigas al prestigioso Internado Richway, dónde todo es posible. Su inocencia mezclada con dulzura hacen de ella un blanco irresistible. Por su parte, nunca ha...