Capítulo 4

2.1K 66 1
                                    




Viernes, ultimo día de Instituto.
Aún no me creo que hoy finalice esta etapa de mi vida. Cuando comencé en el instituto, no veía la hora de salir, recorrer mundo, de cumplir la mayoría de edad para hacer todo lo que quisiese, de que mis padres no me dijeran lo qué tenía hacer, de salir de fiesta sin hora de llegada... y ahora que ha sucedido, me parece mentira.
Tengo que confesar que me da hasta un poco de miedo, siempre he sabido que tendría a mis padres ahí, conmigo. Pero según pasan los años y crezco, me voy dando cuenta de que todo depende de mí y solo de mí.
Las mejores etapas de la vida son la infancia y la adolescencia y yo ya he pasado por cada una de ellas. Jamás podré volver.
Sin quererlo me deprimí... está claro que quiero crecer, madurar, aprender, tener mi propia vida y ser independiente... pero eso no quita la parte de dejar ir todo mi presente, mi niñez, mis amigos que se irán a estudiar a otros lugares, decir adiós a mi hogar...

Después de mí reflexión, hice la misma rutina de siempre y estaba desayunando cuando mi madre me sacó fuera de mis pensamientos.

-Buenos días cariño, me han llamado del Internado ayer- me informó mordiendo una manzana. Que estrés, parece como si disfrutara viéndome así de intrigada.

-¿Y qué te han dicho?- pregunté muy nerviosa mientras la miraba fijamente.

-Este año empieza antes, este domingo para ser exactos- dijo indiferente.

-¿Este Domingo?- ahogué en un grito. -No me dará tiempo a preparar todas las cosas, me quiero morir- maldije preocupada, como respuesta mi madre se rió. Tengo que hacer maletas para todo un verano y aún no he acabado las clases, imposible, no me dará tiempo.

-Claro que te dará tiempo exagerada, ya lo he programado todo. -sacó su agenda de su bolso negro. -El Domingo a las 10 de la mañana Paul vendrá a recogerte, así que debes estar preparada- dijo segura de sus palabras aportándome tranquilidad.

-Gracias mamá, no sé que haría sin ti- confesé levantándome de la silla y dándole un beso en la mejilla.

-Date prisa, hoy puedo llevarte yo, Paul tiene el día libre- dijo cogiendo las llaves del coche y saliendo de casa.

-Mamá espera- le grité. -¿Puedo preguntarte algo?- susurré.

-Claro cielo- me miró atenta. -¿Qué te ocurre?- se sentó en una silla del comedor prestándome toda su atención.

-Nada... es solo que...- tartamudeé. -No quiero dejar ir mi adolescencia... nunca podré volver a vivir como ahora y soy tremendamente feliz- lloré. -¿Qué pasará con todo lo que tengo en esta ciudad?- lloré aún más . -Mis amigos, mi casa, ustedes... estarán lejos de mí y no sé si podré acostumbrarme- la abracé.

-Mi pequeña...- me abrazó. -Todos crecemos y debemos abrir la mente, ver mundo, conocer gente nueva...- me sonrió. -Cuándo vine a este país, estaba muy asustada... no conocía a nadie, ni siquiera el idioma- se rió al recordarlo. -Tardé un tiempo en lograr adaptarme pero fue la mejor decisión de mi vida- limpió mis lágrimas con su dedo. -Conocí a un hombre maravilloso que me dio un hogar y la familia más hermosa del mundo- sonrió.

-Gracias mamá- la abracé.

Cuando llegué al Instituto ya estaban todos mis amigos reunidos en el patio de la entrada. Miré el reloj y si... era muy tarde, demonios.

-Ya era hora idiota- protestó Emily enseñándome su reloj.

-¿Por qué has tardado tanto?- preguntó Cam moviendo sus ojos para arriba. -Eres más lenta que mi abuela en muletas- le di un codazo. -Auchhh, eso dolió- se quejó.

-No lo hice para que te gustara- sonreí irónica. -fue para que aprendas a cerrar tu sucia boca- espeté.

-¿Qué tanto tardaste?- preguntó Emy para evitar una guerra.

-Me ha traído mi madre pesados- rodé los ojos. -Por cierto, ¿te has enterado ya Emy?- dije mientras Cam me miraba extrañado.

- Sí, no sé cómo me va a dar tiempo-suspiró. -tendré que empezar a hacer las maletas esta misma tarde- bufó.

Sonó la sirena, ¡se había terminado este ciclo de mi vida! Aquel momento era maravilloso. Todo el mundo gritando de felicidad, sacándose fotos... me puse un poco triste porque jamás volvería a vivir aquello.

-Creo que eres la única persona de este sitio que está triste, ¿Qué te pasa?- dijo mi amiga Jessica tocándome el hombro.

-Este es nuestro último año Jess, después de todo... echaré de menos este sitio, a ustedes... pero no me hagas caso, me esta al llegar la menstruación- dije mientras ambas reíamos.

Reuní en el patio a todos mis amigos y compañeros de clase para que nos hicieran una foto de recuerdo y después de esto me fui a mi casa para hacer las maletas y organizar todo lo del Internado.

Ring, ring, ring... llamada de Emily

-Ya he acabado mis maletas- dijo orgullosa.

-Yo también- dije riéndome.

-¿Puedes llevarme el domingo?-preguntó. -Mi padre estará de viaje y no se me ocurre nadie mejor que mi amada mejor amiga para hacerme ese favor- dijo con voz de angelito. -Se lo pedí a mi hermano pero el muy capullo prefiere irse con la novia en lugar de cuidar de su hermana- bufó.

-Eres peor que un grano en el trasero- reí. -pero claro, te llevaré- añadí.

-Lo sabía- gritó. -gracias, te amo- y colgó.

Una foto de la dulce Lily, ¿o no tan dulce?

No me busquesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora