No me busques

Capítulo 35.

Ring ring ring...

-Lily, es el tuyo- dijo Jake entregándome le teléfono. ¿Qué habría pasado? ¿Qué hacía mi madre llamando a estas altas horas de la noche?

-Hola mamá- dije nerviosa.

-Hola Lily, ¿sigues con aquel muchacho qué me dijiste?- preguntó triste.

-Si, ¿pasó algo en casa?- pregunté atenta.

-¿Dónde estás exactamente?- preguntó sin responderme.

-En las Maldivas mamá, te lo dije...-dije extrañada. Mi madre era una mujer muy atenta y jamás se olvidaba de nada, era demasiado cuadriculada por lo que era imposible que se olvidara de dónde estaba. 

-Tú hermano a tenido un grave accidente, estamos de camino al hospital- dijo llorando. ¿Cómo? Esto no me podía estar pasando. De repente, empecé a tener una crisis nerviosa... me temblaban las manos, sudaba, tartamudeaba. Jake, que estaba a mi lado me observaba muy preocupado. 

-¿Qué le ha pasado?- dije medio llorando medio gritando. Mi madre no me respondía, se limitaba a llorar. -Mamá por dios, responde- dije tirando de mi cabello fuertemente debido a la frustración. 

-Solo ven- dijo y colgó. Tiré el móvil al suelo con tanta fuerza que lo rompí en mil pedazos. Después empecé a darle golpes en las paredes hasta que unas brazos me rodearon. 

-Lily por favor...- dijo Jake tranquilizándome.

-Apártate- grité mientras lo empujaba con fuerza. Estaba muy furiosa en esos momentos como para recibir cariño. No quería saber nada de nadie, simplemente quería estar al lado de Mike. 

-¿Se puede saber qué te pasa?- preguntó Jake un poco molesto y agarrando mis nudillos llenos de sangre. Después de todo, todavía no le había informado. 

-Es Mike... mi madre dice que ha tenido un grave accidente- dije asfixiada de llorar. Dicho esto, unas manos cálidas sostenían mi cara. 

-Mañana a primera hora estaremos allí, tranquila- dijo el poniéndose en marcha. -Haz tus maletas, haré unas cuantas llamadas- dijo cogiendo el teléfono y saliendo al balcón. Acaté sus órdenes y me puse en marcha. Cogía mi ropa y la tiraba dentro con mucha prisa, acabé las maletas en menos de 20 minutos. 

-Ya está- dije mirándolo todavía llorando.

-En 5 minutos nos recoge mi chófer e iremos en helicóptero porque a estas horas ya no salen vuelos- dijo. Al cabo de 5 minutos fuimos al helipuerto en el coche y nos pusimos en marcha. 

-Deberías intentar dormir, descansa...- me dijo dándome un beso en la frente.

-Lo último que quiero ahora mismo es descansar, no puedo estar tranquila sabiendo que mi hermano esta en una camilla de hospital- dije seca. Jake no tenía culpa de nada y era consciente de que estaba siendo injusta, él solo me intentaba ayudar, pero en esos momentos no pensaba. Jake no dijo nada más en todo el viaje, creo que me entendió. 

Al llegar a California, tomamos otro coche en dirección al Hospital Raderbout, el trayecto se me hizo infinito, definitivamente el más largo de mi vida. Nada más bajarme del coche salí corriendo a la recepción.

-Busco a la familia Amderson- dije asfixiada por la carrera. 

-Tercera planta, habitación 89- dijo la recepcionista mirándome con lástima. Subí corriendo por las escaleras ya que el ascensor estaba ocupado. Al llegar a la tercera planta, buscaba como loca el número 89. Al verla, entré rápidamente y vi a Mike conectado a muchas máquinas. Me acerqué a darle un beso en la frente ignorando a mis padres.

-¿Qué le ha pasado?- dije gritando. 

-Se cayó y se golpeó fuertemente, se quedó inconsciente en el acto... llamamos a la ambulancia rápidamente y sabemos lo mismo que tú, así que tranquilízate que todos estamos sufriendo- dijo mi padre. Yo me limité a llorar y Jake entró a la habitación. Mi reflejo fue abrazarlo y nada más.

-Hola chico, lamento que nos conozcamos en esta situación- dijo mi madre dándole la mano a modo de presentación.

-Lo mismo digo- dijo mi padre repitiendo el procedimiento. 

-Lily vamos a comer algo, hemos hecho un largo viaje...- dijo Jake acariciando mi cabello. 

-Tiene razón, el médico vendrá en un rato para informarnos- dijo mi madre. Salí de la habitación de la mano de Jake hasta llegar a la cafetería. Nos sentamos en una pequeña mesa y pedimos unos dulces, apenas probé bocado, no tenía nada de hambre.

-Jake no me obligues a comer por favor- dije sincera.

-No iba a hacerlo- respondió dándome su mano.