El Dragón Elegido

Forma verdadera

Squall seguía en su cama cuando salió el sol tímido entre las montañas, esperaba ansioso que su padre se levantara para que le enseñará eso que le había dicho el día anterior, pero Garret aun dormía. El sueño del día anterior también daba vueltas por su mente y no entendía por que había soñado con eso. Por fin decidió ponerse en pie y salio de la cama dirección a la cocina, una vez allí se preparo un poco de leche caliente y tostó pan del día anterior para untarlo en manteca mientras hacía tiempo para que su padre se levantase. Cuando estaba suficientemente tostado cogio las rebanadas de pan y se sentó a la mesa para disponerse a comerlas. De repente escucho un ruido procedente de la habitación de Garret dando por hecho que se había despertado por fin. Siguió desayunando. A los pocos minutos Garret apareció cojeando por la puerta.

-Buenos días - saludo Garret.

-igualmente - contesto el chico.

-¿dejaste pan para mi?- le pregunto el cazador que parecía que se había levantado con hambre, Squall afirmó con la cabeza mientras daba un bocado a su rebanada.

Garret repitió el proceso que poco antes había hecho Squall y también se preparo un poco de pan tostado y leche caliente.

Cuando estaba sentado a la mesa el joven lo miro.

-¿cuando me ensañaras eso de que me dijiste ayer?- pregunto tratando de no parecer muy ansioso.

-come tranquilo cuando hayamos acabado de desayunar iremos al bosque y allí te lo enseñaré. Pero tardaremos un rato, ya sabes que yo no puedo ir muy rápido.

-No hay problema- el chico sabia que no iría despacio por voluntad propia si no por su tobillo dañado. Siguió comiendo.

En menos de media hora ya habían acabado y se prepararon para salir. Calentaron agua al fuego y primero se lavo Squall y después Garret. Cuando terminaron de asearse se vistieron, cogieron sus respectivos arcos y herramientas de caza y pusieron rumbo al bosque.

El bosque era muy grande así que Squall no pudo evitar hacer una pregunta.

- ¿esta muy lejos el sitio al que vamos?

- a este ritmo una hora aproximadamente - confirmo Garret

-esta bien.- dijo Squall resignado.

Cuando llevaban una media hora caminando vieron unos conejos y Squall se paró a cazarlos mientras Garret se adelantaba. Sólo consiguió cazar uno pero pronto alcanzó a su padre.

Al cabo de un rato ya estaban en medio del bosque y Garret hizo a Squall una señal indicándole que parase. El chico la entendió y miro alrededor, estaban en un claro del bosque rodeados de árboles bastante grandes. Allá donde mirase solo veía hierva alguna roca plantas y árboles.  También vio un ciervo que se alejaba al haber detectado su presencia. El chico no entendía nada, para que lo había traído hasta allí si no había nada llamativo.

-¿quieres descansar? - le pregunto convencido de que no era el final de su trayecto.

-No,  es aquí donde venimos

-pero si aquí no hay nada.. - protestó el joven.

-No te impacientes Squall. - le pidió Garret
-lo primero que debes saber es que lo que quiero mostrarte no está en ningún lugar. Es algo que podría decirse que siempre va contigo.

-¿conmigo? No entiendo nada.

-es un secreto que guardo desde que naciste. Sabes que siempre te he dicho que nunca te quitase ese  brazalete.- le dijo señalandolo

-Sí,  y eso he hecho, siempre lo llevo puesto. ¿Que tiene eso que ver con el secreto?.- Squall cada vez estaba más confuso.

-Así me gusta eres buen chico y te agradezco que me hayas hecho caso. Hoy te lo quitarás y descubrirás la verdad. No quiero que te asustes pero no eres humano.. Eres un dragón.

El joven se quedo petrificado unos segundos y después se echó a reír. Después de unas cuantas carcajadas consiguió decir unas palabras.

-que malo eres padre, como te burlas de mi. Como voy ser un dragón. Se que no soy tu hijo de verdad y que en teoría tengo una misión que cumplir en la vida pero ¿como voy a ser un dragón? Deberías haberme dicho que estabas cansado y que querías descansar antes de burlarse de mi así.

-No me estoy burlando.. quítate el brazalete y tu mismo lo veras

Squall estaba dubitativo no sabia que creer pero la solución era fácil. Echo la mano al brazalete y lo deslizó hacia abajo. Cuando se lo quito lo dejo caer al suelo y la magia empezó.

Empezó a notar como su piel se endurecía y como su pelo se enroscaba haciendo espirales. Todos los músculos de su cuerpo se tensaron y empezó a crecer. Puso sus miembros delanteros en el suelo y sus manos y pies se combirtieron en garras unas alas se desplegaron a su espalda, el cuello se estiro y le creció una enorme cola terminada en lo que parecía la punta de una flecha.

No era la primera vez que veía una transformación similar pero Garret no podía estar más sorprendido. Cuando vio la forma final de Squall se le vino a la mente la dragona que había matado hace 15 años. Él era muy parecido solo que media bastante menos aproximadamente la mitad y tenia los cuernos más pequeños, otra diferencia es que era dorado pero esto ya lo sabia.

Squall movía la cabeza de un lado a otro mirándose las patas, las alas y todo el.

-No te estabas burlando de mi..- dijo Squall que ahora en su forma de dragón no sonaba tan dulce.

-ya te lo dije hijo, no podía decírtelo antes, tenias que ser lo suficientemente adulto como para afrontarlo como es debido. No puedes hacer uso de esta forma de manera insensata.

- No puedo creermelo- dijo fascinado.
- ¿y puedo volar?- pregunto

-Supongo que si, ¿por que no lo intentas? Pero no subas mucho más alto de la altura de los árboles,  no sabemos si alguien podría verte.

Squall comenzó a agitar las alas con fuerza. Notaba como el aire empezaba a empujarlo hacia arriba. Poco a poco se fue levantando del suelo. Siguió aleteando mientras subía y cuando estaba casi a la altura de la copa de los árboles sintió una corriente de aire e instintivamente desplegó las alas para planear y lo consiguió. Dio un par de vueltas al claro y decidió aterrizar. Descendió con velocidad y cuando estaba cerca del terreno levanto un poco el vuelo y plegó las alas para caer al suelo.

-¡guau! No podrías haberlo hecho mejor. Nadie diría que es tu primer vuelo.- dijo Garret sorprendido.

-¡sin duda! Según iba ascendiendo como que sabía lo que tenia que hacer.. ¡esto es increíble!

Garret se río, cogio el brazalete y se lo acerco a Squall.

-te lo voy a poner, por hoy ha sido suficiente pero otro día puedes volver y practicar como volar y más cosas.

El dragón alzó la zarpa a la altura del pecho de Garret y este le puso el brazalete de anillo y el proceso de transformación fluyó en sentido contrario. En unos instantes Squall volvía a ser el chico atlético que siempre había sido. Miro al hombre que lo había criado y le dedicó unas palabras.

-gracias por decirme la verdad padre y considerarme lo suficientemente maduro para conocer este secreto. Haré uso de esta forma de manera sensata.

-No esperaría menos de ti pequeño, si no creyese que estas preparado no te lo mostraría.

-¿volvemos?-pregunto Squall

-claro- confirmo Garret

Emprendieron el camino de vuelta ya con menos prisas por parte de Squall que ya sabia cual era el secreto y no sabía que sentir, por una parte era un dragón,  una de las criaturas más magistrales que existían en el mundo pero por otra sentía una fuerte presión por ser presuntamente el elegido para salvar el mundo. De repente Garret se giro hacia el.

-¡ah! por cierto, la dragona que te entrego a mi podía transformarse a voluntad no necesitaba quitarse el brazalete, pero no se que hay que hacer para que eso pase.. si te ves con ganas ve de vez en cuando al bosque a intentar practicarlo además de practicar el vuelo.

-Así lo haré padre

-si quieres yo puedo decirte como se hace- se oyó decir a una voz detrás de ellos.

Dos figuras se encontraban detrás de ellos una algo más alta que Garret la otra algo más baja que Squall.