Regalos

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El día empezaba como todos los demás,  el sol reluciente saliendo por el horizonte bañaba en calor la ciudad. Squall y sus compañeros se despertaron tarde pues no tenían nada que hacer hasta mediodía. Los lazos entre ellos se estrechaban cada día más. Shilena y Squall congeniaban  bien y ella le ayudaba a mejorar. Alborei le daba buenos consejos y se preocupaba por el y Aenor con sus historias y aventuras se había hecho un hueco en el grupo.

Squall fue el primero en despertar y aprovecho para entrenar con su elemento. Saco los relojes de arena y tras varios intentos le dio la impresión de que uno había terminado un poco más tarde. No estaba seguro de si había sido el o si había errado al darles la vuelta y uno había empezado un poco antes pero eso le dio fuerzas para seguir intentándolo.

Los siguientes en despertarse fueron Aenor y Alborei que al ver que el joven estaba entrenando lo animaron a seguir esforzándose.

Según avanzaba la mañana Squall estaba más nervioso por conocer a sus nuevos compañeros.

-¿y como creéis que serán? - les pregunto a los demás

- amables- dijo Alborei

-inteligentes - continuó Aenor

-guapos - termino diciendo Shilena con una sonrisa pícara

Cuando llegó el mediodía pusieron rumbo a la sede del consejo, esta vez sin ser escoltados por nadie. No tardaron en llegar y en la entrada vieron a Otis esperando.

-el consejo os esta esperando- dijo el elfo

-pues no los hagamos esperar mas- dijo Alborei con simpatía

Entraron en la sala y allí vieron de nuevo a los siete miembros y una pareja de elfos. El era alto, un poco más que Alborei y le sacaba una cabeza a ella. Los dos tenian el cabello rubio claro casi blanco. Ella tenían las orejas puntiagudas adornadas con pendientes de aro. Vestían con ropa de cuero con runas grabadas. Él llevaba una espada al cinto en su vaina y ella un arco con su carcaj lleno de flechas.

-acercaros, os presentaré a vuestros nuevos compañeros- dijo Ytan

Squall y su grupo obedecieron y se acercaron a la pareja.

-el se llama Dan y ella es Taki. Son hermanos y excelentes guerreros, os ayudarán en vuestro viaje y hablarán por nosotros ante las demás razas. Cuidadlos bien, son mis hijos - dijo Ytan.

-es un honor tan grata compañía, y descuidad, los protegere con mi vida, al igual que seguramente hagan ellos con nosotros- dijo Aenor

- el viaje no será fácil pero nos cuidaremos los unos a los otros - aseguró Shilena.

-muchas gracias por acompañarnos - dijo Squall

Dan se acercó al joven dragón y lo cogio de las manos

-el honor es nuestro de poder acompañar al elegido para ayudarlo en su misión, será un placer- dijo el elfo

Squall se sonrojo y miro al suelo

-debemos irnos, si nos retrasamos más nos cogera la noche pronto y apenas aprovecharemos el día de hoy- dijo Alborei

-nosotros hemos terminado, no os retrasamos más- dijo Ytan

Todos se retiraron y salieron de la estancia, fuera seguía Otis que se acercó a ellos.

-tengo un mensaje para vosotros - dijo el centinela
-un runador que al parecer hablo ayer con vosotros a venido a deciros que os paséis por alli otra vez antes de marcharos. Al parecer tenia algo que deciros.-explicó

-muchas gracias por el recado, ahora iremos por alli.- dijo Alborei

-nosotros os esperamos en el puente levadizo, aprovecharemos este tiempo para preparar nuestro equipaje- dijo Taki

-esta bien, tardaremos lo mínimo posible- dijo Aenor

En ese momento separaron sus caminos. Squall y su grupo pusieron rumbo al distrito de runadores. Cuando llegaron vieron al elfo con el que habían estado hablando el día anterior trabajando en una lanza.

-disculpa, nos ha dicho Otis que querías hablar con nosotros.- dijo Alborei

-es correcto, fui a buscaros a la sede del consejo, pero Otis me dijo que estabais reunidos y le deje el recado para venir a continuar mi trabajo. Eferion vino ayer a solicitarnos un aumento de producción de runas, y nos explicó vuestra misión. Quiero ayudaros en vuestro viaje y os voy hacer unos regalos- dijo el elfo

El runador se levantó y cogio siete paquetes que tenia detrás de él para después volver a sentarse en su puesto de trabajo. Extendió cuatro de los paquetes delante de él.

-estos son uno para cada uno, son ropas de cuero marcadas con la runa del metal. Son ligeras, pues no son armaduras metálicas pero protegen como si lo fueran, os serán útiles en vuestra aventura.

-¡increíble! Muchísimas gracias- dijo Squall

-pero eso no es todo, ayer me preguntaste cuales eran las mejores runas para flechas, para que las pruebes tu mismo te he hecho una docena de las tres que te dije- continuó diciendo el runador

-pero.. no se como agradecerte todo esto- dijo Squall

-cumple tu misión- contesto el elfo
-para ti tengo esta espada con doble runa - dijo mirando a Alborei
-por un lado tiene grabada la runa que afila el filo, cortará aunque este roma, por el otro tiene la runa de sangre que hará que las heridas que provoque no se cierren - explico

-te lo agradezco, la usare con sabiduría -contesto el veterano dragón

-para esta chica tan guapa tengo esta daga, que porta la runa eléctrica. Ya te explique ayer que hacía,  ¿te acuerdas?- dijo el elfo a Shilena

-por supuesto, como olvidarlo. muchísimas gracias- dijo ella

-y para ti.. -dijo mirando a Aenor
-estoy terminando esta lanza con la runa del hielo, que hará que se congele lo que entre en contacto con su punta. Si empiezas a notar frio en la espalda igual es que te está tocando- bromeó el elfo

-la usare con honor- dijo el centauro

El artesano continuó trabajando en la lanza para acabarla lo antes posible, mientras tanto Squall y sus compañeros observaron otros trabajos del artesano pero sin hacerle muchas preguntas para no interrumpirlo pues tenían algo de prisa, Dan y Taki esperaban en el puente. En nada el runador termino su trabajo y se lo entrego a Aenor. Se despidieron del elfo y fueron al encuentro de sus nuevos compañeros.

Tardaron poco en llegar y la pareja de elfos estaba allí esperándolos con sus monturas, hablando entre ellos. Alborei se disculpo por hacerlos esperar y Aenor fue buscar los caballos al establo, que era el edificio más cercano al puente, cuando volvió con ellos un elfo mando bajar el puente levadizo tras una señal de Dan para permitirles continuar el viaje. Mientras el puente bajaba todos montaron en sus respectivos caballos, a excepción de Aenor que era su propia montura.

El puente bajo de todo permitiendo les continuar su viaje y eso hicieron.

El Dragón Elegido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora